Capítulo Cinco

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No fui capaz de contarle todo lo que había sucedido a Clar, si lo hacía, de seguro que se pondría de su parte y seguiría diciendo que era una loca, y que yo era la psicópata paranoica que estaba pensando cosas que no venían al caso.

Las clases en la escuela, desde que tuvimos esa conversación alias discusión, Max comenzó a sentarse a mi lado, de hecho, extrañamente todos los que se sentaban atrás, de la noche a la mañana comenzaron a sentarse adelante. Al lado de Clar ahora se sentaba el tal Noah, luego seguía ella, yo, Max, Eric y Victoria. Y para mi peor suerte, los almuerzos la pasábamos con ellos. Clar estaba encantada con ello, porque no paraba de conversar con Noah, en cambio yo, tenía que soportar la presencia y ojos intimidadores que me ponía Max cada vez que me veía conversando con Eric. Dije que saldría con él, pero en ningún momento dije que no hablaría con otro chico, además, él era su primo. Si no confiaba en él, no era mi problema.

- Vamos, te irás conmigo.

Dijo tomándome de la muñeca y haciendo que todo el grupo se volteara a vernos. Fruncí mi ceño e intenté soltarme de su agarre.

- No. Traje mi auto.

- No, te irás conmigo. Quiero salir contigo, ahora.

- ¡Max!

Alcé la voz furiosa por la forma en como me estaba tratando. ¿No veía que me estaba humillando delante de sus amigos, de mi amiga? Eric se paró para ayudarme, pero Victoria se interpuso entre ellos.

- Déjalo, Eric. Sabes que no podemos meternos en eso.

- No es justo.

Protestó empuñando sus manos, al punto en que sus nudillos se volvieron blancos.

- Tenemos reglas, Eric. Ya no puedes hacer nada, sabes de lo que hablo.

- Lo sé.

Claro, ellos sabían de lo que hablaban, pero yo no. ¿Qué reglas? Mire a Clar, quien se encogió de hombros y negó con su cabeza, como diciéndome que ella tampoco sabía a qué se referían.

- Vamos.

Insistió de nuevo, Max.

- ¿Y mi minions? No puedo dejarlo en la escuela.

- Tu minions –Hizo énfasis en la palabra- Se lo llevará Victoria, ella lo dejará en tu casa ¿Cierto?

- ¿Qué? –sonó sorprendida- Oh, claro. No te preocupes por el auto, lo dejaré en tu casa.

- ¿Lo ves? Tema resuelto. Ahora, nos vamos.

Fui prácticamente arrastrada hasta su ¿Moto? Oh, no sabía que tenía una moto. Eso le daba un aire de chico malo, más del que ya tenía. Un chico malo, sexy, con moto, ojos grises, testarudo y que odiaba. Perfecto. Puse mis ojos en blanco cuando no me dejó colocarme el casco y él lo puso por mí abrochando las correas debajo de mi mentón. Se subió y luego me subí detrás de él. Intenté mantenerme alejada o a cierta distancia, pero en cuanto encendió la moto y dio los primeros arranques, me aferré como lapa a su cuerpo. Lo cierto era que nunca me había subido a una moto, y estaba bastante nerviosa.

En cuanto nos bajamos y dejé el casco sobre la moto, miré hacia mi espalda. De todos los lugares que pensé que podría llevarme, este fue el último que pasó por mi mente, y ni eso, ni siquiera alcanzó a pasar por mi cabeza, ni fugazmente como un cometa.

- ¿El cine? ¿En serio?

Dije intentando no reír.

- Sí, el cine.

Los Warner #1: ¿Podrás ser salvada?Where stories live. Discover now