Capítulo Dieciocho

2.3K 172 2
                                    


Ahora entendía por qué Max parecía asustado cuando me miró a los ojos. Los míos estaban inyectados en sangre. Se veían feos, raros. Yo me veía distinta. ¿Sería posible que Eric me inyectara algo? No. Recuerdo que Max le dijo a Noah que si Eric me hubiese dado el suero completo, yo ya no existiría. Pero aquí estoy, frente al espejo, observando mi demacrado y cansado rostro. ¿Qué era lo tanto que quería hacer Max como para que me insistiera a levantarme de la cama?

Al parecer estábamos en las afueras del pueblo, cerca de donde se encontraba Cósmicos. Era raro que para que estuviéramos tan cerca, ningún Rogenes se hubiese acercado a nosotros en estos días. Salimos de la cabaña en la que nos estábamos quedando y Max me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos. Esto se sentía extraño. Algo estaba pasando aquí. Caminamos lentamente por la orilla de un camino de piedra, mientras mirábamos distraídamente a nuestro alrededor. El verde de los arboles poco a poco se notaba más por entre medio de los pequeños cerros que nos rodeaban.

- ¿Qué sucede? No has hablado nada desde que salimos de casa.

Pregunté balanceando lentamente nuestra mano unida.

- ¿Estás bien? ¿No te has sentido peor de lo que estabas?

- Ey, tranquilo –sonreí- Estoy bien. La luz ya no me molesta tanto como antes y creo que puedo comer mejor. No tienes de qué preocuparte.

- Podrías haber muerto por mi culpa, Amanda. No me pidas que no me preocupe por ti.

- Lo sé, lo sé. Perdón –suspiré- ¿Te incomoda algo? Te siento algo extraño.

Sentí un leve apretón de su mano, como si esa fuese la respuesta sin palabras que me quería dar. Definitivamente algo estaba pasando, y tenía que averiguarlo. Su risa llamó mi atención y entonces quise hacerme la desentendida, la que creería cualquiera cosa que me dijera.

- Estoy bien ¿Por qué debería de estar extraño? Es solo que –se quedó en silencio por algunos segundos- que no pensé que estaríamos así de nuevo, luego de que te perdiera de vista aquel día.

Intenté sonreír. Estaba mintiendo. Quizás él podía leerme la mente y con esto saber cuándo le mentía, pero yo podía leer sus expresiones o notar los diminutos cambios en su cuerpo para saber cuándo él me mentía a mí.

- Pero aquí estoy. No pasó nada muy grave –me acerqué un poco más a él y apreté su mano- Por cierto ¿Qué sucedió con Eric ese día?

- No quiero hablar de Eric, no ahora.

Inconscientemente me detuve cuando algo llamó mi atención.

- Max ¿Qué sucedió con Eric? ¿Le hiciste algo?

Me miró frunciendo el ceño, parecía ofendido y molesto por mi pregunta.

- ¿Todavía eres capaz de preocuparte por él cuando casi te mata? ¿Es en serio, Amanda?

- Sí, es en serio. Tienes que entender que Eric estaba desesperado. Para él tuvo que ser difícil estar entre ustedes y su padre, no creo que todo haya sido solo su idea.

Intenté dar un paso para seguir caminado pero él soltó mi mano.

- ¿Aún no te das cuenta de cómo es el verdadero Eric? Ese es él. No le importa hacer daño a los demás con tal de salvarse el pellejo, solo le importa sí mismo.

Lo miré molesta. Sabía que ambos tenían sus problemas, y que ahora yo era una de las causas más importantes en ello, pero me molestaba saber que ambos hablaban mal a sus espaldas. Era como si todo lo que me estuvieron mostrando durante semanas fuese solo una actuación.

Los Warner #1: ¿Podrás ser salvada?Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin