Capitulo 18

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― ¿Cómo lo hacen? ― me preguntó Nick después de clase, alcanzándome mientras yo atravesaba el vestíbulo.

― ¿Cómo hacen qué? ― pregunté con indiferencia mientras luchaba con el cierre de mi bolso. Nick se acercó y me tomo los libros, lo cual me dejó las manos libres.

― ¿Cómo hacen siempre los profesores para saber cuando uno está hablando de algo personal y que puede resultar escabroso? ― dijo.

Abrí mi bolso, que dejó oír un chillido de triunfo, y empecé a revolverlo en busca de un chicle.

― ¿De qué hablas? ― pregunté en tono cortante ―. Había decidido fingir que la conversación acerca de mi (falta de) acompañante para el Baile de Otoño jamás había existido.

― La señora McCraken ― dijo Nick, paciente ― Me refiero a que, si hubiéramos estado hablando de por qué no habíamos hecho la tarea, habría dicho; ―______ Merrill, ¿tendrías la gentileza de contarnos qué le dijo la esposa de Bath, personaje del señor Chaucer, a Miller?‖, o algo por el estilo. Pero dado que estábamos hablando de tu vida amorosa, cumplió con esa humillante rutina de tienes-algo-que-decirnos.

Lo miré con ojos relampagueantes. Debía admitir que tenía razón, pero, aún con razón o sin ella, él no tenía por qué sacar a relucir mi vida amorosa. ¿Por qué no se limitaba a dejar el tema de lado?

― Mi pregunta ― continuó Nick ― es cuando sabe que debe decir eso. Y no es sólo ella. ¡Lo hacen todos los profesores! En toda mi vida, cuando hablaba de algo personal en clase, ni una sola vez el profesor me pregunto sobre la lectura. Y ni una sola vez estaba cuchichiando algo sobre la lectura y el profesor me preguntó si deseaba compartir lo que decía con la clase.

Lo miré. Sus brillantes ojos verdes prácticamente ardían. Otra vez sentí impulsos de revolverle el pelo. Durante un segundo, me pregunté si no me estaría volviendo loca.

― ¿Cómo lo saben? ― me dijo ― ¿Lo aprenden en la universidad? ¿Será así nomás?

Sonó el timbre. Nick se acercó más a mí.

― Además, hay otras preguntas ― dijo en tono misterioso y desapareció en el vestíbulo llevándose mis libros, que no recuperé sino hasta la quinta hora.

Esa noche, al levantar el tubo del teléfono para llamar a Katie, oí voces en la línea conjunta. Suspire.

Los Jonas pensaban anularla, pero se suponía que les iba a llevar un tiempo hacer conectar su propia línea.

Estuve a punto de colgar, pero luego me dije:

―¿Por qué no escuchar un minuto?‖.Volví a poner el tubo junto a mi oído.

— Bueno — estaba diciendo Nick —. ¿Vas a ir al baile de otoño?

Mi corazón empezó a latir enloquecido.

¿Estaba por oír cómo invitaba a salir a una chica?

— Craso error — contesto Marty Richards, con tanto énfasis que casi me echo a reír--.Odio los bailes No vas a decirme que tu si iras.

— No lo sé — dijo Nick antes de reírse —. Casi seguro que no. La chica a quien me gustaría invitar jamás aceptaría.

— En fin, esa noche iremos a jugar al bowling o algo por estilo — comentó Marty, la propia esencia del consuelo.

— Esta bien — dijo Nick —. Escucha ¿quieres venir a ver conmigo Las chicas de la playa por cable?

— Oh sí, no bien — comenzó Marty, pero yo ya no escuchaba. Colgué con suavidad.

―La chica a quien me gustaría invitar jamás aceptaría‖, me repetí mientras me sentaba en un banco frente a la mesada de la cocina. Sentí que se me aceleraba el pulso. ¿Estaría hablando de mí? Lo recordé inclinándose hacia mi durante la clase de literatura, y también recordé ese extraño aleteo que a veces veía en sus ojos cuando me hablaba. Luego pensé en su mano cálida en mi cintura, en la fiesta de Bobby, e imagine la sensación que me causaría esa mano si nos estuviéramos dirigiendo a la pista de baile...

Luego recordé algo más; su comparación con la insignificante hija del director de su colegio anterior.

Baje del banco de un salto y salí de la cocina.

Era una completa locura pensar en bailar con Nick Jonas.

A pesar de mi decisión, seguía pensando en la conversación entre Nick y Marty cuando sonó el teléfono, después de la cena.

—Hola, ¿______ ? Habla Swiss Kriss.

Pensé que Katie me estaba haciendo una broma, y no les cuento lo cerca que estuve de cometer una estupidez irreparable, como la de emitir un largo grito alpino (¡Yodelayeehoo!), cosa que habría significado el fin de mi vida social, por pobre que sea.

Por suerte dude, en la esperanza de que fuera de veras Swiss Kriss. Supongo que eso me hace muy mezquina porque, por lo que sé de ella, no es muy buena persona. Katie me contó que cierta vez la pusieron como compañera de Swiss Kriss en un viaje de reconocimiento — ahora que lo pienso era para la clase de alemán y fueron a Frankenmuth, que es esa mísera trampa para turistas en el sur de Michigan especializada en queso suizo, en sauerbraten (carne de vaca macerada en vinagre), y en chocolate Lindt

En fin, parece que Katie y Swiss Kriss se sentaron juntas en el viaje de isla durante una hora y media, y Swiss Kriss le hizo muchas preguntas acerca de su vida, y Katie se sintió contenta y halagada e iba pensando: ―Bueno, Swiss Kriss es de veras encantadora‖. Luego, al subir de nuevo al ómnibus para el regreso, Swiss Kriss se sentó al lado de Katie y le dijo: ―¡Hola! Soy Kriss ¿Cómo te llamas?‖.

Ahí pueden ver qué capacidad tiene la chica para escuchar y para sentir un interés autentico.

Pero no puede negarse que Swiss Kriss es en verdad hermosa y extremadamente popular, y si había decidido buscar mi número telefónico y marcarlo, vamos, eso me halagaba.

— Hola, Swiss Kriss — dije

—Hola ______ — contesto ella.

Debo decir algo a su favor, con toda seguridad, nunca dejara de observar las reglas de la conversación, siempre va a decir por favor y gracias, y mencionará el nombre de su interlocutor tan a menudo como sea posible.

—Te llamo —continuo Swiss Kriss— porque alguien me dio tu nombre y sugirió que podrías estar interesada en trabajar en la comisión del Baile de Otoño.

—Me encantaría — dije al instante, lo cual, por supuesto, era una mentira. Porque ¿a qué persona cuerda le encantaría trabajar en la comisión del Baile de Otoño? Con todo, no pude menos que sentirme halagada. Después de todo, Swiss Kriss no llamaría a cualquiera. Tal vez mi imagen estuviera mejorando.

Adorable Rebelde ; Nick Jonas Y Tu . (Adaptada) Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu