¿Por qué me gusta Hetalia?

Razón 27 Zagareeth ¡Lilililililililililililililililiui!

     Hola a la gente Wattpad. Lo vuelvo a escribir a este apunte porque resulta que se borró. Iba a actualizar algo, se me fue el Internerd y ¡Puf! ya no estaba lo que me hizo querer rajarme un tiro en los ovarios de la bronca que me dio porque de verdad me había gustado escribirlo. Bueh, mientras les escribo y mi mamá come sus zapallitos con huevos revueltos, les comento que también está en este apartado la contribución de holasoyunpandicornio, cosa que agradezco porque si no, no lo habría vuelto a escribir.
     Sé que el título es raro y ahora se los voy a explicar...

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      Bueno, el título dice el número de la razón y lo otro es...
     ―Ah, no me digas Kas ¡Una razón! Si no me lo decías no me daba cuenta.

¡Pero che! Esta gente que no deja terminar de escribir. Si vas a matarte Norber, te recomiendo que te vayas.
     ―Está bien, proseguí por favor.
     ―¡Ja, y ahora me indica cuando seguir y cuando no! ¡¿Quién te creés que sos man/pibe/papá/salame para decirme que hacer?!

     Zagareeth, también escrito de otras maneras, es un grito muy agudo y rápido de guerra que proviene del Antiguo Egipto.

     Las mujeres despedían a los hombres haciendo ese sonido antes de que partieron y, al batir la lengua para hacer el sonido, convocaban al dios Ra para que los protegiera. Es un sonido ensordecedor y que se escucha como ¡Lilililililililililililililililiui! Y, hoy en día el sonido persiste persiste y se lo usa en celebraciones.
     ¿Hubo buena cosecha?
    ―¡Lililililililililililililililiui!
    ―¡¿Norber?! ¿Creí haberte anotado en el Death Note?
    ―Eso te pasa por comprar cosas truchas, al verdadero Death Note lo tiene mi primo Marcelo.
    ―Nunca conocí a Marcelo.
    ― Agachate y conocelo.
    ―Le voy a decir a tu mamá que me estás molestando. Tengo los ovarios por el piso.

     En fin, en un casamiento...
     ―¡Lililililililililililililililiui!
     ―¿Cómo es que te sale y a mí no? ¡Lo llevo practicando cinco años!
     ―Mamita, soy un genio en todo lo que hago, además mi abuelo me lo enseñó de chiquito ¿Sabías que nació en una aldea cerca de Luxor y vino con su mamá en un barco de contrabando? Nada más que cuando llegaron al país los que los anotaron fueron tan bolud0s que les cambiaron el nombre.
     ―¿Cómo se llamaban?
     ―Mi bisabuela era Subira Akef, y mi abuelo Farid Ibrahim Taufic.
     ―¿Entonces no se llamaba Favio?
     ―Nop, se llamaba Farid, igual como soy egipcio de lado materno no tengo problema con el apellido, llevo el de mi papi.

     Mirá vos, así que el viejo Favio se llamaba Farid... Volviendo al zagareeth, es eufórico y cargado de sentimiento. En los países árabes no se acostumbra a aplaudir cuando un artista realiza un acto bien, sino que se expresa con el zagareeth.

     Ahora ¿A qué viene esta introducción tan larga? Bueno, viene al hecho de que China no es la primera civilización y que los sumerios no inventaron el primer abecedario para representar sonidos ¡Fueron los egipcios! Excavaciones recientes dieron resultados sorprendentes puesto que el llamado «Antiguo Egipto» surgió tres mil años antes de lo que se creía.
     Resulta ser que, la antigüedad se cuenta a partir de la invención de la escritura y bueno, resulta que aproximadamente en el siete mil A.C. se presume que se crearon pequeñas tabletas con representaciones de sonidos por orden de un hombre que era un guerrero y llegó a lo más alto: el Rey Escorpión, quien reinó doscientos años antes del primer faraón. Se encontraron tumbas en la zona de Hierakompolis, una zona que fue cultivada, poblada que contaba con mensajeros y dónde se rendía culto al dios Horus que protegía a los egipcios.
     Hacia el norte estaba Baset, una de las ciudades más antiguas.
     Se sabe que en Hierakompolis era esencial la cerveza y esta se destinaba cada dos días. Sus tumbas datan del seis mil A.C. e incluso se halló el templo de acacia donde descansaba el Rey Escorpión, el primer templo funerario que resulta ser ancestro del templo de Karnak mundialmente conocido por sus dimensiones.