Capitulo 22. Necesidad

4.9K 236 43
                                    

[26 semanas. Seis meses]

[Levi narra] 

Mis caderas se habían hinchado un poco más este mes. No puedo decir que eso no dificultaba mi movilidad un poco más cada día, en realidad lo hacía a la maravilla. Ya no podía sentarme en la cama sin ayuda. 

Ahora ando recostado sobre la cama, posando ambas manos en mi vientre, ha crecido tanto que ya no puedo tocar la punta de mis dedos contrarios, cuando pongo mis manos a ambos costados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ahora ando recostado sobre la cama, posando ambas manos en mi vientre, ha crecido tanto que ya no puedo tocar la punta de mis dedos contrarios, cuando pongo mis manos a ambos costados. Miro un rato ese candelabro simple colgado en el techo, estaba apagado por lo que no me molesta mientras estoy recostado intentando volverme a dormir. Sobo mis manos arriba y abajo, como acunándolo. Friccionando levemente mi piel más que todo para sesionarme que este cómodo. Así es, si yo llego a ser su hogar, cuna o una manta que lo protege quiero hacerlo bien. De esa manera no puedo darme el lujo de no proporcionarle calor cuando lo requiere. *Patada* Oh, vaya. Había movido mucho las manos y lo desperté.

— Ya se despertó, ¡Eren! -llamo al minuto siguiente.

Ese mocoso lo sabía bien, estaba encargado de hacer mis mandados, quehaceres y alimentarme. En sus tareas diarias estaba incluido ayudarme a pararme. Es su mayoría de parte, que yo me encuentre así. Aunque no lo niego. Tener a este niño, también se ha vuelto algo que yo quería. Ese deseo, se había fortalecido entre más semanas pasaran. Hacerlo era algo, que disfruté aún más. A pesar de estos malestares matutinos.

— ¡EREN! -reclamo postrado entre las sabanas. Ya era la segunda vez que lo llamaba, iba a regañarle por hacerme esperar tenía que limpiar la letrina en la tarde.

— Sí, ¿Qué necesita? -me dice una voz femenina llegando hasta la recamara.

Giro mi visión en esa dirección descubriendo a Petra en el marco de la puerta. Ella se encontraba con su uniforme de mucama puesto, con las manos vacías y con toda la disponibilidad de ayudarme en la mirada de ese rostro sonriente.

Es verdad, que ha sido de gran ayuda. Estos últimos 3 meses, pero... No me fio, totalmente de ella. Esta 4 - 5 días, en la casa. Y los fines de semana, los tiene para ella. Su paga, no esta por cuenta de Eren, ni mía. Sino de mi Padre, y eso... es lo que me ocasiona la desconfianza. Puede ser... que ella, le este filtrando la información al Viejo. Cosa que sin duda, no niego... que haga a mis espaldas. La conozco, viví von ella mi infancia para saber... Que ser "doble espía" no es un problema, para ella. 

Además, de que la razón... de que "este" tan pendiendo y disponible, para mi... Es porque tiene que cuidar el "premio mayor" del Viejo, que ando cargando en el en vientre, desde hace meses. 

— Petra, ¿Qué haces acá? -digo acomodando mi espalda contra el respaldo de la cama, y las almohadas.

— No ves que llame a Eren -termino por decir, colocando de nuevo una mano en mi estómago.

El Regalo de Rivaille (SNK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora