XIX

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-Entonces...- Sun jugueteaba con los cordones de sus zapatillas.

Estaban sentadas en el cordón de la calle. Querían tomarse el tiempo de hablar sin apuros, así que eligieron hacerlo luego de clases.

-Entonces.- Repitió Ongsa sin mirarla.

-¿Ongsa?- La miró.

-¿Si?- Giró su cabeza con gran velocidad para conectar sus miradas. La castaña rió por su desesperación.

-No me copies.- Soltó una risa al ver el rostro descolocado de su amiga.

-Lo siento.- Bajó su vista y la concentró en las pequeñas hormigas que cruzaban frente a sus pies, arrastrando hojas. Se mantuvo allí, tratando de no irse perdiendo en sus pensamientos.

-¿Vas a decir algo?- Decidió romper el silencio.

-¿Qué quieres que diga?- Mordió el interior de su labio. No quería parecer ruda con aquél comentario. Solo no quería equivocarse esta vez.

-No lo sé.- Se detuvo a pensar si era realmente buena idea abrirse como lo había hecho antes sin pensar.

-Yo tampoco lo sé.- Fué realmente honesta, porque haber escondido sus sentimientos tanto tiempo, había solo provocado poder mezclar todo aún más.

Una gota cayó sobre la punta de la zapatilla de Ongsa. Entonces, miró al cielo. Estaba completamente gris de repente. Otra gota cayó, mojando uno de sus cristales. Se quitó los lentes y secó el cristal con un pañuelo.

-Deberíamos irnos.- Se levantó y tomó su mochila.

-Te llevaré a casa.- Se incorporó junto a la más alta.

-Bien, te lo agradecería.- Le regaló un pequeño vistazo tímido que logró robarle una risita.

La lluvia comenzó a caer con fuerza luego de que comenzaron su camino. Se detuvieron bajo un pequeño techo en la calle. Era una cafetería.

-No deberíamos seguir así. No quiero que choquemos.- Apagó el motor.

-Entonces deberías conducir con cuidado.- La soltó de la cintura y se alejó, dejando que aquél cálido cuerpo, descendiera con cuidado.

-¿Cuál es tu problema si quiero estar más tiempo contigo?- Arregló su falda.

-No tengo ningún problema con eso. No lo sabía tampoco.

-Mm.- Rodó los ojos enfadada.

-¿Qué haremos entonces? Tus padres deben estar esperando por tí.- Se quitó el casco y lo dejó sobre el asiento.

-No podemos entrar así.- Señaló a la cafetería. Tenían frío, pero mojarían el suelo y eso sería una batalla que no estarían dispuestas a pelear.

-Debí haber traído mi abrigo.- Pateó el aire frente a ella, como si hubiera un bote de basura con el cual desquitarse.

-¿Quieres que te lleve a casa? De cualquier manera, si caemos, no estaremos más mojadas que ahora.

-No quiero que tengamos un accidente.- Recapacitó.- Mejor espera aquí.- Abrió su mochila y sacó un cuaderno.

Lo observó, y lo puso sobre su cabeza. Era demasiado pequeño, no podría cubrirla.

-Al diablo. Quédate aquí, no voy a tardar.- Guardó el cuaderno y dejó su mochila junto al casco. Salió corriendo en linea recta sobre la misma calle.

-Ongsa, ¿a dónde vas?- ¿La había abandonado? ¿Así de simple? Suspiró, alguna idea había tenido, y ni siquiera se molestó en explicarle.

A los pocos minutos, la vió regresar corriendo con una bolsa en manos. Habría comenzado a reír, de no ser por su enorme preocupación. No quería que se enfermara.

Milky Way // (Ongsa + Sun) (Milk + Love)Where stories live. Discover now