VII

570 63 0
                                    

-Llevaré esta.- Puso el paquete en el mostrador y pagó.

-Que tengas un lindo día, Ongsa.- La hija del dueño de la tienda le sonrió.

Minnie era cinco años mayor que ella. Una vez había recibido una invitación de su parte para desayunar juntas cerca de la casa de Ongsa. Terminó por convertirse en un almuerzo con sus padres en el que dejaban la puerta entreabierta para aceptar algo entre ellas cundo Ongsa tuviera suficiente edad para ser llamada adulta, legal y responsable. Algo que no entraba en ninguna oración que la definiera por el momento.

-Tú también, Minnie.- La saludó con la mano.

-Por cierto.- Habló antes de que saliera.- Tu cumpleaños se acerca. Ya sé que dijiste que podía ir. Pero si no lo logro, dejaré tu regalo en casa con tus padres.- Le hizo saber.

-De acuerdo, aunque espero que vayas.- Ahora sí, salió.

Ongsa podía ser bastante extrovertida con las personas correctas.

-Ven aquí, Latte.- Tomó la correa y comenzó a caminar con su perro.- ¿Crees que se verá bonita?- Levantó la pequeña bolsa blanca que contenía su reciente compra.

-¡Woof, woof!- Ladró el perro comenzando a correr.

-Mierda, Latte. Quédate quieto.- Intentó estirar la correa para frenar el trote del animal.

-¡Woof!- Ladró más fuerte.

-¡Latte!- Una voz masculina se oyó.- Deja a tu dueña en paz.- El gran Ton apareció eróico al rescate de una enfurecida Ongsa.

-Voy a cocinarlo en la parrilla. Lo juro.- Dijo apuntando a su perro que la miraba como si nada hubiera pasado.

-No, si lo haces no tendré razón para venir a socorrerte.- Sonrió Ton.

-Gracias, P'Ton.- Lo miró.- ¿Vas a tu casa?- Comenzó a caminar junto al chico.

-No, voy a salir con mis amigos al cine. Veremos el reestreno de Harry Potter.- Dijo con una sonrisa.

-¿Cuál de todas?- Preguntó interesada.

-Bueno yo... en realidad no lo sé. No veré nada.- Rió avergonzado.- Yim invitó al chico que le gusta. Yo solo iré y luego fingiré que debo irme de urgencia para dejarlos solos. Yim no quería que fuera obvio y me ofrecí a ayudarlo.

-Siempre eres el cupido de todos.- Sonrió Ongsa.

-Solo me gusta ayudar.- La abrazó por los hombros mientras caminaban.- Por cierto, recibí tu invitación para tu fiesta de cumpleaños. Estaré allí, así que espera por mí.- Le dijo animadamente.

-Bien, es bueno oír que irás.- Acomodó sus lentes. Estaba nerviosa.

-Debo irme o llegaré tarde. Adiós.- Dejó un beso en su pómulo y se fué.

-Es todo un casanova como tú. ¿O no, Latte?- Preguntó con una sonrisa mirando a su perro caminar unos centímetros adelante sin tirar de la correa.

Al pasar por una esquina vió una moto que le parecía familiar.

-P'Sunny.- Soltó al aire. Miró a la tienda y allí estaba Sun comprando frutas.

-Carajo.- Para su mala suerte, Latte amaba el melón y la sandía. Siempre que pasaban por ahí debía comprar uno, porque era imposible sacarlo de ahí si no lo hacía.

Su perro comenzó a ladrar como si hubiera visto trescientos gatos erizados invitádolo a atacar. Ongsa se dió por vencida. De qué serviría luchar contra un perro que fácilmente podía moverla como un niño a un cometa.

Milky Way // (Ongsa + Sun) (Milk + Love)Where stories live. Discover now