Capítulo 14.

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Jungkook

Tres semanas han pasado desde la última vez que vi a Rose, los reporteros la adoran y elogian, ya se dio a conocer en la televisión internacional como La reina de los Diamantes y el talento que tiene crea zozobra entre los participantes del concurso ya que la ven como una rival difícil de alcanzar.

He asistido a todas sus presentaciones manteniéndome alejado de su visión. Sé que lo arruiné y no quiero que mi presencia estorbe más las cosas.

Observo el teléfono que mi padre tiene sobre la mesa mientras me habla de cargamentos y cosas a las cuales no le presto atención ahorita ya que me siento perdido desde hace una semana.

—¿Me estás escuchando? —me truena los dedos en la cara.

—Sí.

—¿Qué dije?

No respondo nada y me dedica una mala mirada.

—Bueno como no me estás prestando atención —responde tajante— ¿Quieres que hablemos de la esclava?

Trato de fingir que no me interesa.

—No me interesa hablar de la esclava tampoco —contesto metido en mi teléfono.

—Ya lleva seis presentaciones de las cuales me ha dejado una ganancia de —me tira la hoja en el escritorio— mientras más fama tenga más será el dinero que caerá en mi bolsillo, se lo dejé claro a Soh, necesito más porque no me es suficiente y me están entrando ganas de mandarla a la trituradora.

Asiento con desinterés, «Lo último no va a pasar»

—¿Necesitas que haga algo más por ti hoy? —pregunto levantándome— tengo pendientes que atender.

Niega corriéndome con la mano.

—¿Sabes algo de Taehyung? —me frena— no he tenido tiempo de ir a verlo.

«Nika» había olvidado lo que me dijo Jin y con la mente en otras cosas no he tenido tiempo de investigar.

—Iré a verlo esta semana —hago una pequeña reverencia antes de salir— que aproveches el almuerzo.

—Gracias.

Opto por conducir, mis hombres me siguen en el auto de atrás y me adentro en las calles de Moscú que dan al teatro donde hay más de mil personas viendo la presentación.

El concurso internacional de Chaikovski es un prestigioso concurso de música clásica en la que se destacan los mejores pianistas internacionales, el director sabe que Rose está en manos de mi padre, sólo que tiene prohibido decirlo. Tienen una web de apuestas donde la gente paga por quién cree que ganará cada show y todo el pastal que está siendo recolectado gracias a Rose, cae directamente en manos de mi padre.

Soh se caracteriza por ser una mujer que siempre toma el puesto número uno, ama todo lo que tenga que ver con el espectáculo, la farándula y la fama, y queda demostrado por cómo ha sabido manejar a Rose los últimos días pasándola del ranking tres de pianistas al uno dejando en claro que la Bratva es quien manda.

La tarde me absorbe esperando durante tres horas donde no deseo otra cosa que no sea verla así sea de lejos.

—Saca a Rose Williams —llamo a Soh— déjala a pie de calle.

—¿Qué harás? —pregunta— ya vamos a casa no sé porque te empeñas en seguir con esto.

—¿Puedes hacerlo o debo rogarte? —me estresa.

—Te la dejaré sólo diez minutos —dice— cuidado con lo que vas a hacer.

Me quedo mirando hasta la entrada esperando que salga y no tarda en hacerlo, hay gente afuera que le toma fotos y piden ver los guantes.

PELIGROSA ADICCIÓN | Jeon Jungkook +21Where stories live. Discover now