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The Beach

( The Neighbourhood )

If I told you that I loved you, tell me what would you say?

If I told you that I hated you, would you go away?

[...]



La contraria se encontraba tan concentrada en su tarea que no se percató que la pelinegra estaba al principio de ese pasillo, observando cómo tomaba libros del carro y ponía algunos en los estantes que estaban clasificados de la A-Z.

La primera vez que la fue a ver no había tenido el tiempo suficiente para fijarse en el hecho de que ahí dentro, bajo la tranquilidad del local, bajo el silencio, Lisa parecía ser tan gentil con cada libro que tomaba, como si este se fuera a deshacer nada más hiciera el mínimo contacto. Totalmente contrario a aquella noche, donde se había lanzado hacía las vías, con una gran determinación a salvarla.

Una sonrisa se afloró en el rostro de la joven. Podría estar observándola por horas y no cansarse, la ajena parecía estar tan tranquila, tan calmada y eso de alguna manera le traía paz a la morena.

Su vida siempre había sido agitada, nunca había tiempo ni para respirar, siempre había algo que debía hacer a cierta hora del día en cierto momento. Siempre había un evento, una fiesta, una reunión, un exámen.

Tal vez había sido una buena idea ir a verla. Tal vez no fue descabellado viajar 10 minutos para ver a una extraña. 

Tal vez..

— ¿Jennie? — La cálida voz de la alta resonó en el silencioso pasillo mientras sus dos iris verdes brillaban bajo la tenue luz de las lámparas de los alrededores.

Un cubo de agua helada cayó sobre los hombros de Jennie. La sensación de ser descubierta mientras sonreía la hizo sentir tan tonta, haciendo que sus músculos se tensaran y su corazón latiera con fuerza.

— Lisa, Yo.. — Su voz empezó a temblar gracias al nerviosismo, ¿de verdad iba a actuar tan ridícula frente a los ojos de la muchacha? — Solo quería venir a saludar, yo.. Me mudé a Yorkville hace poco y me di cuenta que la librería quedaba cerca.

La mirada de Lisa permaneció fija en Jennie, con una intensidad que la hacía sentir como si estuviera siendo examinada bajo una lupa. La pelinegra luchó por mantener la compostura, tratando de ignorar la sensación de que cada uno de sus movimientos estaba siendo escrutado con atención.

— Oh, sí, claro — respondió Lisa con una calma que solo parecía acentuar aún más la ansiedad de Jennie — Es bueno verte por aquí.

Los iris verdes de la mujer seguían posados en el cuerpo de la  fémina que tenía enfrente mientras un libro estaba envuelto con el cálido tacto de sus manos. La mujer pelinegra que tenía enfrente portaba un elegante vestido color noche y un bolso que hacía juego con este, casi igual al que había usado aquella noche en aquella fiesta días atrás. 

Yorkville queda a diez minutos de aquí, ¿Viajaste diez minutos para venir a verme, Jennie?

— Yo solo me sentía un poco abrumada, no conozco a nadie y mucho menos la zona entonces cuando me di cuenta que la librería quedaba cerca, yo..  — Los iris castaños de la mujer intentaron esquivar la mirada de la contraria, desviándose hacía el lado mientras sus dedos se aferraban a su bolso con firmeza.

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