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Climbing Up The Walls

( Radiohead)

I've got the smell of a local man

Who's got the loneliest feelings.


....




Central Park Tower, New York, Estados Unidos.

27 de Octubre, 2022

Los cubos de hielo chocar contra el vaso de vidrio medio lleno a medida que este giraba en pequeños círculos era lo único en lo que la azabache intentaba concentrarse. El sonido de las personas hablar y como fingían interés en los asuntos ajenos estaban agobiando a la joven.

Toda su vida había atendido a aquel tipo de eventos, siempre se trataba de lo mismo pero con diferente temática. Algo repulsivo era el hecho de lo notorio que era para ella como cada quien hablaba con tanta falsedad, interesados solamente en su beneficio propio. Todos llevaban máscaras de amabilidad y al parecer, Jennie era la afortunada portadora del poder ver más allá, ver las verdaderas intenciones de los demás.

Siempre se trataba de lo mismo, se acercaban, empezaban a hablar sobre golf o un tema en común, reían, negocios, y en el momento exacto en el que uno de los participantes de la conversación se retiraba, todos los demás hablaban mal y describían lo egoísta que era aquella persona. Un círculo vicioso.

Jennie estaba harta de las fiestas de caridad, por más que dijeran que eran para una buena causa, era obvio que solo era una excusa para poder divertirse repulsivamente y gastar su dinero en las apuestas.

Los ojos de la pelinegra estaban sumergidos en el interior de su vaso, sentada en un banco, siendo acompañada solamente por unos pequeños arbustos de la azotea del penthouse de su querido padre. Había llegado ahí intentando escapar un poco de la fiesta, de sus padres, de todo.

Su cuerpo necesitaba descansar y mucho más su rostro, el sonreír falsamente y de forma forzosa todo el tiempo iban a hacer que sus líneas de expresión empeoraran. El fingir interés era exhausto, todo ahí dentro era robótico, nadie que destacara, todos parecían hablar con el mismo tono de voz.

Siempre había sido así desde pequeña, viviendo bajo el mandato de las reglas de sus padres, siguiendo reglas de etiqueta, etc. Nunca se le había dado la oportunidad de poder expresarse libremente, siempre que lo intentaba un "¿Todo lo que te damos no es suficiente?" se escapaba de los labios de su madre.

La madre de Jennie, Hana Kim, esa mujer sabía muy bien qué decir para manipular a la joven azabache. Siempre golpeando donde más le dolía y es que había sido así toda su vida, desde que ella tenía memoria.

Las manos de la joven llevaron el vaso de vidrio hasta sus labios, los cuales pedían a gritos un poco de hidratación. El licor bajando por su garganta mientras dejaba un pequeño rastro ardiente a medida que bajaba hasta su estómago era como medicina para Jennie. Un poco de paz, al fin.

El sonido de unos tacones empezaron a acercarse con el transcurso de los segundos y un suspiro hondo se escapó de los belfos carmesí de la muchacha. Tantos años escuchando esos mismos tacones que ya podía distinguir sin siquiera levantar la mirada de quién se trataba.

— Hasta que te encuentro, ven inmediatamente al salón, hay alguien a quien quiero que conozcas. — Una sonrisa se dibujó en el rostro de la mujer hasta que ambos iris fueron a parar al vaso de su joven hija y en cuestión de microsegundos, la sonrisa desapareció. — ¿Quién te dió eso? Les especifiqué claramente a todos esos ineptos que no debían servirte ni una gota. Ven inmediatamente al salón y tira ese vaso.

You © JENLISA G!PWhere stories live. Discover now