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A Dozen Roses

( Amira Elfeky )

Tell me I won't die.

Tell me you love me.

...


En el momento en que los zapatos de la mujer se adentraron en aquel gran salón lo supo, estaba totalmente jodida.

Todas las personas a su alrededor se encontraban en una especie de trance, cegados por el licor en sus sistemas y severamente sordos por la música alta que incluso a Lisa le rompían los tímpanos. El espacio parecía demasiado reducido, tanto que empezaba a sentir claustrofobia

Algunas miradas curiosas se voltearon hasta la anatomía detenida en el tiempo que se encontraba parada en la entrada del lugar, los ojos de varias personas solamente se fijaron en el alto cuerpo de la mujer por unos segundos hasta volver a sus conversaciones meramente superficiales.

A simple vista, puedo decirte que este no es mi ambiente.

Las dos manos de la mujer se ocultaron en los bolsillos de la parafernalia que seguía chorreando agua gracias a la lluvia y seguramente era esa la razón por la que las miradas criticonas de varios hijos de puta la voltearon a ver.

Su mano izquierda salió del no tan cálido bolsillo hasta pasarse por su cabello, haciendo este para atrás mientras que sus ojos buscaban algún lugar a donde ir. Lalisa nunca fue una persona de fiesta, de esas que salían cada noche a tomar tragos con sus amigos y a amanecer con la garganta hecha mierda en el interior de un apartamento desconocido, no, Lalisa era más de una bebedora solitaria, en la comodidad de su apartamento con su computadora, masturbandose hasta quedarse dormida o lo demasiado cansada para seguir.

Sus zapatos, los cuales había tardado en limpiar ahora estaban totalmente húmedos y las gotas de agua chorreaban de estos en cuanto se dispuso a dar pasos hacía enfrente a medida que se alejaba de la entrada principal y se adentraba a ese mundo que tanto despreciaba.

Pero a lo lejos, al ver aquella anatomía tan delicada mientras el recuerdo del por qué había llegado al lugar había cruzado por su mente nuevamente. Aquella figura, tan delicada, tan.. inocente. Ahí estaba, esperando a su caballero de brillante armadura para ser rescatada.

Los pasos de la mujer empezaron a adentrarse cada vez más entre la gente, intentando camuflarse con los demás aunque su ropa goteante era demasiado notable incluso entre miles de personas, sabía que Jennie no la iba a notar y no le molestaba, solo estaba para observar, para ver, para... admirar.

La pelinegra se encontraba con la rubia, intercambiando palabras seguramente tan superficiales como el clima o preguntando a la otra que chico iban a cogerse esa noche...

No, Jennie no era así, Jennie es perfecta. Lisa lo sabía.

Los ojos verdes de la mujer escaneaban desde lo lejos cada facción de la mujer, desde esa distancia.. ni tan cerca y ni tan lejos podía notar varias cosas que no notó en el momento que hablaron por primera vez o siquiera la segunda, seguramente por la adrenalina del primer encuentro o la emoción del segundo encuentro.

No era hasta ese momento que notó los hoyuelos que acariciaban la piel morena de la mujer cada que sus labios se estiraban en forma de una sonrisa o que cuando sonreía de manera genuina solía dirigir su mirada hacía abajo mientras sus iris avellana se entrecerraban lo suficiente como para estremecer el duro corazón de Lisa.

Tal vez Jennie era su alma gemela, conocerla esa noche en ese bar solamente fue el detonante de todo lo que pasó después. Aunque era consciente que casi cada encuentro que tuvieron fue por el esmero y esfuerzo de Lisa en volver a toparse con la mujer, ella sabía que de todas maneras tenía que hacer algo para verla de nuevo, no podía quedarse de brazos cruzados esperando a que el destino las volviera a unir.

You © JENLISA G!PWhere stories live. Discover now