Intruso {ZoSan}

Capítulo 17

Narrador omnisciente

Law frunció el ceño, desconcertado por la actitud del espadachín. No entendía por qué estaba tan alterado y preocupado por su relación con Luffy, pero al pensarlo mejor, todo cobró sentido.

El pelinegro llegó a la conclusión de que al peliverde le gustaba el capitán, lo que explicaba su incomodidad por la relación entre ellos. Aunque, el espadachín había dejado eso muy claro desde el principio, pero, ¿por qué hablaba con tanta autoridad?, ¿acaso estaba en algo con Luffy? De sólo pensarlo, el corazón de Law se encogió.

-No negaré que tal vez me guste, pero como dije, no tengo intenciones de interferir. -repitió el pelinegro con su tono de voz tranquilo pero firme- Aunque, él parece prestarme más atención a mi que a ti. -añadió con una sonrisa burlona-

El espadachín apretó los puños, sintiendo que la conversación no estaba llevándolos a ningún lado. Frustrado, decidió dar un paso más allá y hablar, quizás más de lo que debía.

-¡Claro que no, ya nos besamos! ¡Él me quiere a mí, no a ti! -exclamó molesto y algo confundido-

Law se quedó perplejo ante aquella revelación, sus ojos se abrieron con sorpresa y desconcierto.

-¿Qué? ¿Luffy y tú? -preguntó con su mente intentando procesar la información-

-¡Sí, Sanji y yo nos besamos! -reafirmó el espadachín con determinación- Espera, ¡¿qué dijiste?! -continuó al percatarse de las palabras del otro-

Ambos se miraron sorprendidos, ninguno sabía que decir. Sin embargo, antes de que la conversación pudiera continuar, fueron interrumpidos por la llegada repentina del capitán y del cocinero, quienes se acercaron con curiosidad a la escena.

-¿Qué están haciendo? -preguntó Luffy con una mirada confundida e inocente-

-¡Nada! -respondieron el peliverde y el pelinegro al unísono, sus rostros estaban enrojecidos por la vergüenza-

El pelinegro y el peliverde se quedaron en silencio por un momento, antes de alejarse para evitar más preguntas incómodas. El capitán y el cocinero los miraron con algo de confusión.

-¿A donde van? La cena ya está lista. -exclamó el cocinero-

-¡Sí, vamos a comer! -dijo el capitán con emoción-

El peliverde y el pelinegro no respondieron, se dirigieron cada uno a su respectiva habitación. La vergüenza que sentían eran tan grande que no podían seguir ahí y verse a la cara. Aunque ambos tenían mucho en qué pensar, decidieron dejar el tema para otro momento.

-¡Oigan! ¿por qué me ignoran? -habló de nuevo el capitán-

-Yo también estoy aquí, tonto. Nos ignoraron a los dos. -habló disgustado el rubio-

-Ay, ¿qué les pasa a esos dos? -dijo algo confundido, pero en seguida la expresión en su rostro cambió a una sonriente- Bueno, vamos a comer Sanji.

El cocinero asintió y siguió al emocionado capitán hasta la cocina.

Mientras servía la comida a sus compañeros, el rubio no pudo evitar preguntarse por qué aquellos dos habían actuado tan extraño, ni siquiera se habían presentado a comer.

Pasado un largo rato, la tripulación había terminado de cenar y se encontraba preparándose para dormir. A excepción del cocinero, quien se encontraba ocupado limpiando la cocina.

De repente, la puerta se abrió dejando ver la figura del espadachín. El rubio levantó la vista y le dedicó una sonrisa.

-Justo a quien quería ver. -dijo dejando la esponja a un lado- Quiero hablar contigo.