Capitulo 6

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Narrador omnisciente

El polvo se asentaba tras el enfrentamiento, el ambiente en el restaurante se volvió tenso. Los clientes restantes observaban con asombro a los piratas, algunos con admiración y otros con miedo.

-Listo, fue fácil. -dijo sonriente el capitán, mientras acomodaba su sombrero-

Toda la gente empezó a huir del lugar, alertando sobre lo sucedido a quien se cruzara en sus caminos. Entonces, el caos se desató en la isla, con la tripulación de los Sombrero de Paja en el centro de atención.

-¡No lo puedo creer, eso fue realmente increíble chicos! ¡Luffy, eres muy fuerte! -exclamó Law con emoción-

-Es obvio que somos increíbles, no como tú. -dijo burlón el peliverde- Y en lugar de estar halagando a Luffy, deberías de ayudarnos a conseguir un lugar donde nos podamos esconder. Supongo que debes conocer bien la isla. -concluyó sarcástico-

-Puedes decirme, ¿cuál es el problema que tienes conmigo? -habló molesto el pelinegro-

-Es simple, no confío en ti. -habló serio- Es sospechoso que hayas aparecido de la nada, y que además, hayas insistido tanto en traernos aquí.

Pero antes de que la situación empeorara, Luffy decidió intervir.

-¡Zoro, deja de decir esas cosas! -reprendió algo molesto el capitán- Tienes que comprender que Law quizás nunca había visto a nadie pelear así y por eso dijo un cumplido, que incluso te incluía a ti. Así que, no entiendo por qué te comportas así con él. -concluyó-

El peliverde se quedó en silencio, le molestó mucho que su capitán defendiera a Law. Pero, quizás Luffy tenía razón... sus celos y su deseo de que el capitán se fijara en él y lo viera de la misma forma en que él lo hacía, tal vez nublaba su juicio.

-¡Bueno ya! Están haciendo que yo me enoje también, este no es momento para pelear idiotas. -soltó exaltado el cocinero, aunque debía admitir que lo que el peliverde había dicho tenía algo de sentido para él-

-Sanji, ¿tú también te vas a poner igual que estos tontos? -reprendió la navegante-

-Lo siento. -dijo tímido el rubio-

-Y tú Zoro, ¿recuerdas cuando se te quebró una katana y no tenías dinero para comprarte otra? -comenzó algo molesta- Pues yo te presté y todavía no me has pagado, si sigues comportandote así le subiré el precio. -concluyó sonriendo con emoción, pensando en el dinero extra que podría ganar-

-Bien, dejemos de perder el tiempo y salgamos de aquí. Aunque no creo que la Marina haya llegado tan pronto, debemos escondernos. -dijo la arqueóloga-

Con las palabras de Robin, el ambiente se calmó un poco y todos se enfocaron en lo importante: conseguir un lugar donde la Marina no los encontrara.

-Como dijo Robin, debemos salir de aquí y escondernos en algún lado. -habló la pelinaranja- El problema es que no sé donde, no conocemos la isla.

-No te preocupes, eso no será problema porque Law nos ayudará, ¿verdad? -dijo el capitán mirando al pelinegro-

-Sí, claro. -contestó y sonrió, era imposible negarse a aquellos lindos ojos que lo observaban con ilusión- Los puedo llevar a mi casa, no está cerca de aquí, así que no creo que los busquen ahí. -dijo intentando sonar tranquilo, mientras en el fondo, su corazón sentía culpa y latía con muchísima fuerza-

-¡Sí, muchas gracias Torao! -soltó Luffy
emocionado mientras abrazaba a Law, quien se puso muy nervioso por el gesto y por el diminutivo que le había dado a su nombre-

-No es nada Luffy, siganme. -logró decir algo nervioso-

Se apresuraron en dirigirse a la casa del pelinegro y la tensión en el ambiente era palpable, sabían que estaban en peligro y que debían actuar con rapidez.

Luego de un rato, según afirmó el pelinegro, su hogar ya se encontraba cerca. Sin embargo, antes de que pudieran llegar, un grupo de miembros de la Marina irrumpió en su camino.

-Muy bien capitán Trafalgar, justo a tiempo. -habló un hombre de cabello grisáceo- ¡Rodeen a los Sombrero de Paja y no dejen que ninguno se escape!

-Solo cumplo con mi deber, almirante Smoker. -dijo mientras bajaba su rostro, no podía ver a los mugiwaras a la cara después de eso, sobretodo a Luffy-

La sorpresa, confusión y temor se reflejaron en los rostros de los mugiwaras, que se miraban entre sí mientras eran rodeados y arrestados, obligados a acompañar a los marines.

-¡Sabía que escondías algo! -gritó con mucha molestia el espadachín-

-¡Law, creí que eras nuestro amigo! -gritó el pequeño reno-

-Torao, ¿por qué? -dijo el capitán con notable decepción en su tono de voz-

El pelinegro no respondió, simplemente no era capaz de hacerlo.

Mientras caminaban hacia la sede de la Marina en la isla, Law se mantuvo en silencio, sumido en sus propios pensamientos... Por un lado, sabía que como capitán de la Marina tenía la responsabilidad de capturar a los piratas, lo cual incluía a Luffy y su tripulación. Pero por otro lado, aunque no había llegado a conocer a todos los mugiwaras, algo dentro de él se resistía a traicionar a aquellos con quienes había compartido momentos divertidos y agradables en aquel restaurante, incluso si eso significaba traicionar sus creencias o valores.

Finalmente, cuando llegaron a la sede, Law estaba decidido a actuar. A pesar de su posición como capitán, decidió no traicionar a los Sombrero de Paja, especialmente a Luffy, con quien sorprendentemente había desarrollado un vínculo especial en poco tiempo.

-Lo siento, pero no puedo hacer esto. -habló serio, mirando a sus compañeros con determinación- No puedo traicionar a estas personas.

Los marines quedaron perplejos ante la declaración del pelinegro, sin entender completamente sus motivos. Sin embargo, antes de que pudieran reaccionar, Law aprovechó la confusión y liberó a los Sombrero de Paja, permitiéndoles escapar.

Con el corazón latiendo con fuerza, los mugiwaras empezaron a correr huyendo de aquel lugar, agradecidos por la inesperada ayuda del pelinegro. Todos, a excepción de Luffy, que todo ese tiempo había confiado en que no lo traicionaría, se volvió hacia el pelinegro con determinación.

-¡Torao, no puedo dejarte aquí! ¡Eres parte de nuestra tripulación ahora! -exclamó con firmeza, mirando a sus amigos para que lo respaldaran-

Los ojos del pelinegro se abrieron con sorpresa ante la declaración de Luffy, pero, antes de que pudiera hablar, el peliverde intervino.

-Tiene razón, no podemos abandonarte después de lo que has hecho por nosotros tonto. -dijo mientras sin notarlo, el cocinero lo observaba orgulloso y conmovido-

El resto de los mugiwaras asintieron en acuerdo, demostrando su solidaridad.

-Gracias, chicos. -dijo sonriente, lleno de emoción y gratitud- Estoy con ustedes hasta el final.





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Intruso {ZoSan}Where stories live. Discover now