Capítulo 23

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Narrador omnisciente

Sin dudarlo, el rubio siguió a su novio por donde éste lo guíaba, mientras en su interior sentía un torbellino de emociones... ¿Acaso había escuchado bien?, ¿realmente Zoro había dicho que arriesgaría su vida por la suya?

Sin embargo, antes de que pudiera profundizar en sus pensamientos, el cielo comenzó a oscurecerse aún más y el viento empezó a soplar con fuerza.

Su mirada y la del espadachín se cruzaron, ambas reflejaban desconcierto. Pero, la situación en realidad no pintaba tan mal para ellos.

Por otro lado, a diferencia del peliverde y el rubio, Ace y Sabo se encontraban desorientados y preocupados por lo que estaba pasando a su alrededor.

-Pero, ¿qué es lo qué pasa con esta isla? -preguntó Ace, observando la niebla con atención-

-No lo sé, pero esto es malo... -respondió Sabo, mirando a su alrededor con preocupación- No sabemos dónde están los demás.

-Lo sé, solo espero que estén bien... ¡Hermanito! ¡Chicos! -gritó el de pecas, sintiendo una preocupación creciente en su pecho-

Antes de que alguno de ellos pudiera decir algo más, la niebla se espesó aún más mientras la tierra bajo sus pies empezaba a moverse con mayor intensidad.

-No se preocupen por sus amigos, estarán bien. Por ahora, nosotros solo debemos asegurarnos de que no nos caiga algún árbol encima. Yohoho. -habló el esqueleto, asomando detrás de Sabo-

-¿Y tú de donde saliste? -cuestinó Sabo con algo de sorpresa y molestia-

Mientras tanto, no muy lejos, se encontraban el capitán y el pelinegro. Sin embargo, se encontraban separados debido a otra repentina grieta que había surgido en la tierra.

-¡Ay, pero qué pasa! -exclamó Luffy, buscando con la mirada a sus amigos entre la densa niebla- ¡Law! ¡Ace! ¡Sabo! ¡Zoro! ¡Sanji! ¡Brook!

Pero no obtuvo ninguna respuesta. La niebla lo había separado por completo de sus amigos, dejándolo a merced de lo desconocido.

Mientras tanto, Law se encontraba buscando desesperadamente al capitán entre la espesura de aquella niebla, sin saber que se encontraba tan cerca de él. Sus sentimientos por el capitán eran algo complicados, pero en ese momento, lo único que le importaba era encontrarlo a salvo.

-¡Luffy! -gritó, su voz resonó mientras buscaba frenéticamente a su querido capitán, pero lamentablemente nadie más que el mismo podía escuchar su grito desesperado-

Por otro lado, Luffy se encontraba igualmente perdido, buscando al pelinegro entre la niebla con una sensación de urgencia creciente en su interior. A medida que avanzaba, no pudo evitar pensar en los momentos que habían compartido juntos, y entonces, en su cabeza se reprodució la conversación que había tenido con él la noche anterior...

Con algo de desconcierto y confusión, recordó que se había sentido ¿nervioso?... Realmente no sabía cómo describir el sentimiento que había experimentado en ese momento, pero fue una sensación incómoda para él, tanto que prácticamente tuvo que huir con una excusa. Pero, ¿por qué se había sentido de esa manera?

-¡Law! ¡¿Donde estás?! -gritó tratando de evadir sus pensamientos, su voz se mezcló con el sonido del viento-

Finalmente, después de unos momentos que para ellos parecieron una eternidad, se encontraron en medio de aquella niebla que parecía querer molestarlos. Sus miradas chocaron en un momento de entendimiento silencioso, y en ese instante, todo lo demás pareció no importar.

-¿Estás bien, Luffy? -preguntó el pelinegro con su voz llena de preocupación, mientras se acercaba al capitán-

-Sí, estoy bien. ¿Y tú? -respondió Luffy, sintiendo un alivio inmenso al ver al pelinegro a salvo-

-Lo estoy ahora que te encontré. -confesó el pelinegro, con sus ojos revelando la profundidad de sus sentimientos-

El capitán se quedó sin palabras ante aquella confesión, pero antes de que pudiera responder, la tierra se movió con muchísima fuerza y otra grieta se abrió bajo sus pies.

Law tomó la mano del capitán instintivamente, tratando de protegerlo del peligro inminente. Juntos corrieron en busca de un lugar seguro, buscando refugio mientras la tierra seguía temblando a su alrededor.

Mientras corrían, el pelinegro notó cómo la mano del capitán se aferraba a la suya con fuerza. Un cosquilleo recorrió su espina dorsal ante el contacto, y se preguntó si Luffy también podía sentir la electricidad entre ellos.

A medida que avanzaban, la oscuridad los envolvía, pero ambos encontraron consuelo en la presencia del otro a su lado. Entonces, de manera repentina, la niebla comenzó a disiparse lentamente, revelando tres figuras que se reunían a su alrededor.

Sus miradas se encontraron, y en ese momento fugaz, el capitán retiró apresuradamente su mano del pelinegro, como si una corriente de dudas hubiera irrumpido en su mente.

En un instante de silencio, parecía que los pensamientos de Luffy se enredaban en un mar de emociones desconocidas, mientras el pelinegro observaba con cautela, preguntándose qué significaba ese gesto repentino y qué secretos se ocultaban tras esos lindos ojos inquietos.

Law respiró hondo, sintiéndose confundido y de cierta forma también emocionado. Habían pasado por una experiencia intensa juntos, y aunque no conocía los sentimientos del capitán, algo le decía que lo que había pasado los había acercado de alguna manera.

-¡Luffy! -exclamaron Sabo y Ace al unísono, corriendo hacia su hermano con alivio en sus rostros-

-¡Están bien! -gritó Ace, corriendo junto a Sabo y el esqueleto que los seguía, mientras sentía un peso levantarse de sus hombros al ver que su hermano menor se encontraba sano y salvo-

-¡Sí! ¡Y ustedes también! -dijo el capitán, sonriendo ampliamente mientras los tres se abrazaban-

El alivio se apoderaba de aquel grupo reunido. Sin embargo, era evidente que hacía falta un par de personas en particular...

-¿Donde estarán Sanji y Zoro? -habló Law, tratando de no reir al recordar la tonta discusión que había tenido con el espadachín-

Mientras tanto, en algún lugar de esa extraña isla, se encontraban el espadachín y el cocinero, perdidos en su propio mundo de complicidad y afecto. Bajo la sombra generosa de un frondoso árbol, se habían acercado con suavidad, juntando sus labios en un beso que parecía contener todo el amor y la pasión que habían compartido en silencio durante tanto tiempo.

Sus corazones latían al unísono, sintiendo la calidez del momento que se extendía como una pausa en el tiempo, un instante de pura felicidad en medio de la aventura y el peligro que les rodeaba en aquella isla desconocida.

Sin embargo, aquel contacto fue interrumpido por una rama baja que colgaba justo encima de ellos. Sin darse cuenta de la presencia de sus amigos, quienes habían estado buscándolos, el espadachín extendió la mano para apartar aquella rama, pero en lugar de eso, sus dedos terminaron rozando el cabello rubio de su novio, así que aprovechó la situación para acariciarlo suavemente.

Sorprendido por el gesto pero sin quejarse, el rubio se quedó quieto por un momento, sintiendo el roce reconfortante de los dedos del peliverde en su cabello.

Mientras, Ace observaba la escena con emoción. No pudo contener una sonrisa traviesa dirigida a Sabo, pues había confirmado que sus sospechas sobre la relación entre esos dos eran ciertas.

Por otro lado, el capitán simplemente los observó con curiosidad, sin notar el gesto íntimo entre sus compañeros.

-¡Sanji! ¡Zoro! -gritó emocionado el capitán-



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Aviso: el cap 24 se publicará hasta el martes durante la tarde/noche.

Intruso {ZoSan}Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz