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Por la mañana.

Yoon lo trajo y lo ha encerrado arriba.

Desde que amaneció, todo el día se han escuchado sus gritos por toda la casa pero he esperado que caiga la noche. Debe estar agotado, asi es mejor. Lo agarro cansado y será más fácil que coopere.

—La llave.

— ¿Estás seguro de entrar ahí?

—Sí, tu dame las llaves y que nadie entre.

Me entrega Yoon la llave y abro la puerta.

La luz está encendida, y lo veo sentado en la cama. Cierro la puerta y me resguardo la llave en el bolsillo del pantalón.

— ¡¿Qué demonios le sucede?!—se me deja venir.

—Tranquilo, no te me acerques o puedo lastimarte.

— ¡No le tengo miedo!—y levanta la mano para golpearme pero le doy un empujón yo antes.

Lo lanzo a la alfombra.

Ya me tiene harto.

— ¡Te dije que no te me acercaras! ¡Ya me tienes hasta las pelotas con tus putos arranques!

Me mira con los ojos llenos de lágrimas, y se levanta del suelo.

— ¡Lo odio maldito cobarde!

—No me importan tus sentimientos a mi persona. Además tú me obligaste a esto Taehyung.

— ¡Esto es secuestro!

—Lo sé pero es necesario.

—Maldito animal.

Yoon lo saco de su cama a punta de pistolas. Esperamos que se retirara de la estación y se fuera a su casa. En la madrugada lo saco, aun lleva el pijama.

Me siento en la orilla de la cama y le digo:

—Debes decirme lo que sepas, lo que tu hermana te dijo. Hay información mía en un puto USB allá afuera y mi vida pende de ello.

—No se dé qué putas me habla.

— ¿No vas hablar? Te sugiero que lo hagas o veras esa parte de mí que te cuentan por ahí.

—Váyase a la mierda.

No puede ser, sí que es un testarudo pero lo bueno es que yo se lidiar con ello.

Me levanto, me quito el saco y lo dejo en la cama. Me aflojo la corbata, me arremango la camisa y me voy al baño.

Prendo la luz, y pongo a llenar la tina con agua fría.

Un solo remojón y seguro canta y bonito.

Mientras la tina se va llenando, me rebusco el teléfono y pongo algo de musica jazz que me encanta.

La tina se llena lo justo para lo que la necesito y voy por Taehyung. Lo veo parado junto a la ventana, no dudo que este pensado en saltar.

—Te dare un refrescón—lo tomo del brazo.

— ¡Suélteme!—se remueve—, ¡¿Qué cree que hace?!

Me patea pero lo abrazo por detrás. Lo llevo al baño a rastras y lo lanzo a la tina.

— ¡Es hora de cantar como los pajaritos!—le tomo de los cabellos y llevo su cabeza bajo el agua.

Patalea, me araña pero lo mantengo en el agua. La canción suena, me encanta, si me extraditan seguro no volveré a oír jazz nunca más.

Dicen que esos cuartos son feos, apenas y tienen luz, aire, y un jodido baño horrible.

Saco la cabeza de Taehyung que apenas respira, tose y le digo:

— ¡Dime lo que sea que tu hermana te dijo!

Me mira, apenas respira pero me dice:

— ¡No se dé que me habla maldito pendejo!

Y vuelvo su cabeza al agua.

LOS DELICADOS HILOS QUE SOSTIENEN MI OBSESIONKde žijí příběhy. Začni objevovat