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Frente a la puerta...

Pincho el timbre y espero con flores en mano.

Veo la hora en mi reloj que marcan las ocho de la mañana. Yoon aguarda a mi lado y algo silba.

La puerta se abre y aparece la señorita, amiga de Taehyung.

—Hola buenos días—saluda toda sonriente.

—Señorita, buenos días. ¿Se encuentra Taehyung?

Ya sé que si esta pero solo cumplo protocolos.

— ¿Quién le busca?—mira el ramo de rosas y luego a Yoon a mi lado.

—Un amigo.

— ¿Con flores?—eleva la ceja.

—Supe que salió del hospital. He pasado a saludarle.

—Ok, ¡Tae, te buscan!—le grita—, ahorita viene.

Y se retira de la puerta dejando está abierta.

Mocosa entrometida.

Espero.

No pasa mucho que lo veo venir. Se viene abotonando los últimos tres botones de arriba de una camisa verde de seda. Viste unos jeans blancos ajustados y zapatillas deportivas negras con estoperoles de plataforma.

Se viste raro, muy afeminado.

Se sacude el pelo, lo acomoda de un manotazo y levanta la vista. Me mira, clava sus ojos en los míos como dos agujas según se va acercando, y parece que ha visto al diablo.

— ¿Qué diablos hace usted en mi casa?—pregunta frente a mí.

—Bueno, literal no es esta tu casa. Es el departamento de tu amiga. Y no es casa, es un departamento.

— ¿Qué?

—Jeon—me susurra y me da un codazo Yoon.

—Oh si—recuerdo el USB—, bueno yo pasaba por aquí y quise traerte un presente. ¿Cómo estás?

Mira las flores en mis manos, luego a Yoon y luego vuelve su vista a mis ojos y me dice:

—Muérase maldito bastardo hijo de puta.

Y me cierra la puerta en la cara.

Pero...

Que...

— ¡¿Pero has visto lo que me ha hecho este mocoso estúpido?! ¡Cerrarme la puerta en la cara a mí! ¡Lo voy a matar!

— ¡Jeon!—me sacude de los hombros—, el USB joder. Concéntrate en el jodido USB. Tranquilo.

Suspiro.

Cuento hasta once y traqueo el cuello. Juro que está a punto de darme un ataque de ira pero debo contenerme.

El USB maldición.

Pincho de nuevo el timbre.

Espero.

Abre él de nuevo pero cuando ve que soy yo otra vez, intenta cerrar pero trabo mi zapato evitando me cierre de nuevo.

—Por favor Taehyung, déjame hablarte un momento.

— ¡¿Qué es lo que quiere?! ¡¿No cree que ya hizo suficiente?!

Me mira cual fiera rabiosa.

—Solo charlar.

— ¡Usted y yo no tenemos nada de qué charlar! ¡Por su culpa mi hermana está muerta!

—Oye, yo no iba conduciendo ese camión asi que no digas que es mi culpa. Ella debió fijarse muy bien ates de cruzar. Creo que eso te lo enseñan tus padres cuando eres un crio.

—Es increíble el tipo de persona que es.

—Ya lo sé, soy increíble. Me lo dicen a cada rato pero...

— ¡Maldito imbécil!—y me asesta un bofetón. Me mira a los ojos con los suyos llenos de lágrimas. —Váyase y no vuelva a poner un pie frente a mí o le parto el alma.

Me empuja y cierra la puerta otra vez en mi cara.

— ¡Yo lo mato!—lanzo las flores al suelo—, ¡le hare mucho daño con un cortaúñas!

— ¡Jeon cálmate carajo!

—¡No sé si pueda hacer esto Yoon! ¡Ese mocoso es un...!

—Nadie le dice que no a Jeon, no lo olvides.

Me recuerda y él tiene razón.

Necesito cabeza fría para hacer esto.

Me paseo en el pasillo, me rasco la cabeza, debo pensar como poder acercarme a este maldito mocoso sin que termine asesinándolo y no me diga lo que quiero saber.

—Yoon, averigua donde trabaja.

— ¿Para qué?

— ¡No me cuestiones y haz lo que digo!

—Bien, hare algunas llamadas.

Fijo mis ojos en la puerta de su departamento, nadie nunca había hecho lo que él hizo. Cerrarme la puerta en la cara, abofetearme menos, ¡nadie!

Pagará por ello, lo juro.

LOS DELICADOS HILOS QUE SOSTIENEN MI OBSESIONحيث تعيش القصص. اكتشف الآن