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Por la noche en mi preciosa y gran mansión

— ¿No tienes hambre?

—No.

Picoteo mi cena.

— ¿Y eso?

—Que te importa Yoon.

—Solo pregunto. ¿Tendrás lombrices?

— ¡Ya cállate, no me dejas pensar!

Recuesto mi cabeza en el cabezal de mi silla.

— ¡Jimin!—le llamo.

—Dígame señor—llega corriendo.

—Préndeme un cigarrillo y dame un masaje.

Y acata lo ordenado.

Enciende un tabaco y lo coloca en mis labios. Luego me masajea los hombros.

Tomo el tabaco entre mis dedos, le doy una buena calada y expulso el humo arriba.

—Eso se siente bien Jimin.

—Gracia señor.

—Señor Jeon—me llama Hobi.

— ¿Que?

—Le buscan señor.

— ¿Quién coños?

—El detective Jin.

Me interesa, quiero saber que encontró ese idiota.

—Hazlo pasar al comedor porque no pienso moverme de esta silla.

—Sí señor.

— ¿Me retiro señor Jeon?—pregunta Jimin.

— ¿Dije que te fueras?

—No señor.

—Entonces cierra la boca y sígueme masajeando.

Y aparece frente a mí el detective Jin. Su cara me dice que no me tiene buenas noticias.

—Señor Jeon, buenas noches.

—Buenas noches, ¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? ¿Encontraron algo?

Suspira, y me dice:

—Aun no encontramos nada señor pero quería que supiera que hace un momento me entere que atacaron de nuevo al joven Taehyung en el departamento de su amiga.

— ¿Que?

—Al parecer entraron a la fuerza, eran los tres tipos. Algo buscaban, destrozaron el lugar.

— ¿Esta herido?—me levanto cual resorte de la silla.

—No, por suerte dice que se logró esconder en la lavandería con su amiga.

— ¿Dónde está ahora?

—Lo llevan camino a la estación. Debe rendir su declaración de lo sucedido.

—Pues vamos allá.

LOS DELICADOS HILOS QUE SOSTIENEN MI OBSESIONUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum