21.- SANGRE

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Cuando mi teléfono sonó no estaba preparada para recibir esa noticia, la taza de té que estaba bebiendo quedó olvidada en la sala, dejé todo lo que estaba haciendo y corrí por mi bolso, justo al salir de mi casa me tropecé raspandome las rodillas con el asfalto de la acera, obviamente no pudo importarme menos en ese momento.
Conduje irresponsablemente por la desesperación, cuando por fin llegué al hospital corrí por el lobby lo cual causó que una enfermera me regañara, al llegar al modulo de atención sentí me estaba ahogando en mi propio llanto.

"¿Estas bien? ¿Necesitas ayuda?" me pregunto la enfermera del módulo del atención.

"Hannibal Lecter, mi papá... Esta aquí, necesito verlo"

La enfermera asintió y busco su expediente "De acuerdo... Necesito que te calmes cariño, tu papá tuvo una perdia importante de sangre y va a necesitar un par de unidades para transfusión, podemos proceder pero necesitamos donadores ¿Sabes su tipo de sangre?"

"S-si... Él es..." mi voz y mis rodillas temblaban, sentía que me iba a desmayar "Es AB negativo..."

"Muy bien, tengo que revisar si tenemos suficiente unidades de su tipo en el banco de sangre y volveré contigo"

"No es necesario..." la mujer me miró sin entender "Yo puedo donar, tengo el mismo tipo de sangre"

Después de llenar todo el papeleo y hacer un análisis rápido de mi sangre un técnico me llevó a una pequeña sala donde procedieron a tomar mi sangre para reponer las unidades que sa habían usado en Hannibal.

"AB negativo eh? No es muy común" dijo el técnico mientras tomaba mi sangre.

"Si... Dijeron que no había suficientes unidades en el hospital"

El hombre asintió "No te preocupes tu familiar va a recibir lo que necesita" lo mire por un momento y él sonrió "Llevó varios años en este trabajo y puedo notar cuando alguien dona sangre para un ser querido... Y se nota que estas donando para alguien a quien amas"

"¿Como lo sabe?"

"Bueno... Tu tipo de sangre no es muy común, te veías apresurada por empezar y puedo ver que haz estado llorando recientemente"

Al terminar me dieron un poco de jugo de naranja y me sugirieron reposar un momento lo cual obviamente no hice, tenía que ver a Hannibal, llegué a su habitación casi arrastrándome mi cuerpo estaba reclamando la falta de hemoglobina, afortunadamente él estaba dormido así que no se daría cuenta de mi estado, use lo último de mis fuerzas para arrastrar una silla junto a la cama.

"Ya estoy aquí..." susurré mientras me sentaba, recargué mi cabeza en la cama y me quedé dormida.

No fue hasta que la puerta de la habitación se abrió que tanto Hannibal como yo nos despertamos solo para ver Chillton entrar a la habitación.

"Hannibal, señorita" nos saludo "Por alguna razón asumí que estarías solo Hannibal, por un momento me olvidé que tenias una hija"

Una ira inexplicable ardió dentro de mi al ver a Frederick, sabía que la persona que había atacado a Hannibal había muerto y que el autor intelectual había sido Will pero en ese momento mi razón se nubló y de alguna manera le dí parte de la responsabilidad a Chillton también.

"¿Como se atreve a venir aquí?" me levanté de la silla y me paré bloqueando su paso "Voy a pedirle que se retire y que  no vuelva" Chillton me miró con asombro "Esto es su culpa"

"Bella..."

"No!" mi voz se quebró "Esos hombres planearon hacerte daño bajo su supervicion, si este... Remedo de doctor hubiera hecho su trabajo esto no habría pasado"

"Señorita le aseguro que si yo..."

"Largo!" le interrumpí "No quiero verlo cerca de mi padre!" se sentía extraño referime a Hannibal con ese termino pero en esa situación era lo necesario.

Él tocó suavemente mi brazo para llamar mi atención "Bella... Esta bien cariño" hizo un ademán con su mano para que me acercara "Ven aquí..."

Me senté en la camilla junto a él y lo abracé delicadamente, lo último que quería era lastimarlo.

"Lamento mucho que esto haya pasado, de verdad me apena que estés en esta situación Hannibal..." la voz de Chillton hacia mi sangre hervir "Me disculpo por este incidente"

"No te responsabilizo por mi ataque Frederick, pero creo que entenderás si te digo que lo más conveniente es que te retires..."

El fuego antes de los cristales rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora