10.- CONFIANZA

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¿En qué punto la confianza se convierte en fe ciega? ¿Se necesita confiar en alguien para poder amarlo?

Yo confiaba en Hannibal... Hasta cierto punto, sabía que él vería por mi bienestar tanto como le fuese conveniente, sabía perfectamente que él era capaz de matar por mí, sabía que me amaba, sabía que él confiaba en mí, pero también sabía que de haber sido necesario me hubiese matado a mí también.

Mi amor por él nunca nublo mi juicio, yo siempre estuve consiente de que todas las atrocidades que hice con y por él estaban mal y aun así seguí siendo participes de estas porque pese a todo yo nunca fui su víctima, fui su cómplice.

"¿Confías en mi...?" la forma en la que sus ojos me miraron al preguntar eso me desconcertó aún más de lo que ya estaba "¿Verdad cariño?"

"Si..."

Había tantas preguntas que quería hacer, no entendía porque Hannibal me había sacado de casa en medio de la noche para conducir un par de horas solo para detenernos en algún punto de la carretera rodeada de bosque y no sabía porque me había pedido que usara el incómodo y revelador vestido que llevaba puesto. Confiaba en él y de eso no había duda alguna, pero no de la manera ciega en la que él hubiese querido, aun así no tuvo que coaccionarme a hacer lo que él quería que hiciera, no en esa ocasión ni en ninguna otra.

"¿Sabe lo que tienes que hacer?" preguntó cuando terminó de explicarme el plan por segunda vez, yo solo asentí y él me besó la frente "Muy bien"

Todo lo que yo debía de hacer era caminar un par de minutos fingiendo estar ebria, un hombre en auto azul pasaría a un lado se mí y se detendría para ofrecerme su ayuda la cual yo debía de aceptar pero justo antes de que pudiera intentar algo conmigo Hannibal se ocuparía de él, era sencillo, demasiado sencillo.

Cuando salí del auto del doctor el aire frio me impactó de lleno y por medio segundo mi cuerpo entró en shock por el cambio tan drástico de temperatura, había estado nevando minutos antes y el asfalto de la carretera estaba lleno de pequeños charcos en proceso de congelamiento.

No tuve que pretender un caminar torpe ya que el suelo húmedo e irregular y la pobre iluminación me hacían casi imposible el caminar, no podía ver exactamente donde se encontraba Hannibal pero podía escuchar sus pasos cerca de mí, no puedo decir a ciencia cierta cuando tiempo estuve caminando, pero eventualmente escuche un auto acercarse y me prepare para dar mi mejor actuación, justo cuando estaba entrando en papel Hannibal me empujó haciéndome caer en el medio de la carretera.

Mi cuerpo golpeó el suelo y escuché un auto frenar bruscamente todo lo que pude hacer fue cerrar los ojos con fuerza y pensar en mi madre, cuando noté que no había sido arrollada me atreví a abrir los ojos solo para ver la defensa del auto a menos de un metro de mí, desesperadamente mis ojos buscaron al doctor solo para encontrarlo sosteniendo al dueño del auto del cuello, cerré los ojos una vez más y escuche a ambos hombres forcejear, eventualmente el forcejeo se terminó y Hannibal llevó el cuerpo del hombre al auto.

Seguí en el suelo hasta que el doctor me tomó suavemente del brazo para ayudar a levantarme, una vez estuve de pie examinó mi rostro buscando algún tipo de lesión y cuando terminó de hacerlo me besó levemente.

"Lo hiciste muy bien..." mis ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo, aquello había sido aterrador "Esta bien cariño, lo hiciste bien..."

Eso ocurrió cuando yo tenía quince años y llevábamos menos de un mes en Baltimore, pero de alguna manera ese recuerdo en específico se repetía en mi mente mientras Hannibal nos abrazaba a Abigail y a mí en su cocina.

"¿Confías en mi...?" la voz grabe del doctor disipo el silencio que llenaba la habitación "¿Verdad cariño?"

Fije mis ojos en los suyos sabiendo que se había referido a mí, quería llorar, gritar y romper todo lo que estuviese a mi alcance pero en su lugar me prepare para pronunciar el monosilábico que Hannibal quería escuchar como respuesta.

"Si..."

Abigail contestó con convicción, ella confiaba en él aun sabiendo lo que era capaz de hacer, justo de la misma manera que yo lo hacía.

El fuego antes de los cristales rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora