06.- MUERTE

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Por el hecho de haber sido criada por Hannibal me familiarice con el concepto y la constante presencia de la muerte, si bien yo tenía quince años la primera vez que vi al doctor quitar una vida, yo sabía lo que hacía casi desde el principio.

La muerte se convirtió en algo tan trivial para mí durante mi adolescencia que casi perdí el sentido de mi propia mortalidad, las personas a mi alrededor perdieron su valor y todo y todos se convirtieron en posibles ventajas y objetos desechables, me hice tanto a la idea de que lo único que era importante era el arte, las cosas hermosas y la satisfacción de Hannibal.

Me sumí tanto en su estilo de vida hedonista y me convertí en una gran actriz bajo su tutela para poder hacer la parte que me tocaba en su perfecta vida, pero como el resto de las cosas y las personas eventualmente yo no fui suficiente.

Para él la muerte se hizo su fiel compañera y probablemente lo único que nunca perdió su valor, supongo que siempre encontró tan poético el quitar una vida como el perder la propia.

"Creo que es algo tan poético como en cuestión de segundos todos los horrores que he cometido en vida de irán conmigo en el momento en el que yo muera..."

Es lo que él solía decir, en su momento no me di cuenta de lo jodidamente pretenciosas que sus palabras sonaban y cada vez que lo recuerdo una amarga sonrisa se forma en mis labios mientras me pregunto qué es lo que él pensaría si supiera que ninguno de los horrores que cometió en su vida se fueron con él.

Hay un millón de cosas que yo jamás entenderé sobre Hannibal y una de ellas es porque cuando sintió que yo no era tan interesante decidió poner su vida en riesgo para poder usar esa "nueva" cercanía con la muerte para poder acercarse a su nueva obsesión, él pudo haber montado su teatro de haber sido agredido sin realmente haberse puesto en peligro, pero Hannibal Lecter era una jodida diva.

Por eso un día casi muero de un infarto cuando recibí una llamada de hospital diciendo que mi padre había sido atacado en su consultorio, obviamente supe que la persona al otro lado del teléfono se refería a Hannibal y no a mi papá.

Conduje tan rápido como pude y por gracia divina no me topé con algún oficial de tránsito porque definitivamente iba más rápido de lo permitido por la ley, recuerdo estar tan aterrada que cuando camine por los pasillos del hospital mis piernas estaban temblando, hasta ese momento nunca me había detenido a pensar que sería de mí sin Hannibal.

Después de lo que se sintió como una eternidad al fin pude llegar a la habitación donde él se encontraba, cuando entre un enfermero lo estaba revisando y su lado estaba un oficial del FBI y Chillton a quien en ese entonces no había tenido el displacer de conocer.

"Como ya le dije al oficial en este momento en Doctor Lecter necesita descansar, así que todo lo relacionado a la prensa y las autoridades va a tener que esperar, por favor retírese señorita... En este momento lo más importante es que él se sienta seguro y este alrededor de personas cercanas a él"

Por medio segundo mis ojos hicieron contacto con los de Chillton mientras hablaba pero lo que él quisiera no podía ser más irrelevante para mí en ese momento.

Al verme Hannibal se levantó de la cama donde estaba sentado "Bella..." el alivio en su tono de voz me hizo saber que se alegraba de verme, hubo algo que se sintió tan diferente en la manera en que dijo mi nombre "Mi preciosa Bella..."

"Ya estoy aquí..." me apresure para llegar a él y abrazarlo importándome menos que nada la presencia de las otras dos personas en la habitación, bajo circunstancias normales Hannibal y yo no solíamos tener demostraciones de afecto en público, pero en ese momento yo lo necesitaba y me gusta creer que él me necesitaba a mí, el calor de su cuerpo se unió con el mío y su brazos fuertes me rodearon "Esto no debió haber ocurrido"

Estábamos tan enfocados en el confort que nos brindaba el otro que nos permitimos olvidarnos de lo demás y no fue hasta que Chillton hizo ruido aclarando su garganta que nos vimos obligados a separarnos "Supongo que la señorita se puede quedar"

El agente de se veía tan fastidiado de estar ahí que solo asintió para darle la razón, lo más probable es que Frederick lo hubiese hostigado antes de que yo llegara.

"Lo dejare descansar por ahora doctor, pero eventualmente tendré que volver, me temo que aún faltan varios detalles por aclarar"

Chilton estaba listo para responder pero afortunadamente Hannibal se apresuró para contestar primero "Lo estaré esperando en mi casa con un taza de café agente"

El hombre asintió y le deseo a Hannibal una pronta recuperación antes de dejar la habitación, el enfermero también salió para darnos un poco de privacidad.

"Cariño..." dijo el doctor antes de besar suavemente mi frente "Has estado llorando" y solo entonces noté que mis ojos estaban húmedos.

"Tal vez yo también deba retirarme para darles un tiempo a solas"

"Lo siento Frederick, déjame presentarte a mi hija Bella" 

El fuego antes de los cristales rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora