Ivy siempre se ha caracterizado por ser la defensora y protectora de todo aquel que lo necesite, pero tal vez también ser tan impulsiva, y no reflexionar el tomar un trabajo de niñera de la nada, puede llevarla a que su crisis de los casi 30 tenga m...
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Ivy
Los nervios quieren tomar el control. No quiero sentirme intimidada al escuchar las voces y chismosear las coreografías de las demás chicas que se han presentado a la audición.
La primera vez que protagonice Mamma Mi en la secundaria mi personaje era Sophie. Y así se mantuvo las tres veces que repetimos la obra.
El personaje de Donna me intimidaba, y al mismo tiempo se convertía en ese anhelo de una chica que se imaginaba una madre con su personalidad y amor. Al final del día, la historia principal se centra en su personaje, pero nunca me anime a ponerme en su piel hasta ahora.
Aunque el papel no es para ser Donna madre, sino Donna en su versión joven. Quieren llevar a escena "Mamma mia: ¡Vamos otra vez!". Me he preparado arduamente durante dos meses para este momento.
Tres horas de clases de canto tres veces a la semana. Ejercicio. Baile una hora al día, cinco días a la semana. Clases de actuación, aunque eso a veces se convertía en sesiones arduas de besos que subían de tono porque se me ocurrió aceptar la ayuda de Ryder, aún siendo consciente que mantener la concentración sería difícil.
Pero fuera de perdernos en la boca del otro, realmente si me fue de mucha ayuda tenerlo como mi guía. Diez años de carrera lo llevaron a conocer mucho, así que trató de compartir sus conocimientos lo mejor posible.
Me convertí en una alumna ejemplar, si exceptuamos que un día perdí la paciencia porque mi prometido no contemplaba que todavía no estaba con la suficiente resistencia como para cantar y moverme al mismo tiempo.
-¡Tú trata de hacerlo!-lance el guión al aire de una escena que nos habían compartido para poder practicar-Canta, baila y después trata de que ambas cosas se vean bien.
Ryder, mi hombre paciente, se me quedó mirando en espera de que me tranquilizará. No estaba siendo duro conmigo, pero me estresaba no poder hacerlo bien a la primera.
-Vamos a tomar un descanso-ofrece, antes de agacharse a recoger las hojas que han volado y caído al suelo.
<<Respira, mujer>> Estaba siendo una total pesada, pero en ningún momento me reprocho por eso.
-Ese descanso...-pregunto con inocencia, como si no me hubiera alterado hace dos segundos- ¿Nos incluye a los dos acurrucados en el sillón de la sala?
-Me suena mejor en nuestra cama.
-Me gusta como piensas-lo agarro de las mejillas para poder plantarle un beso-Siento ser demasiado pesada.
-Te entiendo-esboza una sonrisa tratando de darme ánimos-Es un proceso que se está dando demasiado rápido, pero créeme que llegarás a esa audición tan fresca y lista como si nunca hubieras dejado el teatro.
-Es que tengo un profesor excelente-presumí, antes de tomar su mano para que bajáramos a la segunda planta de casa.
El apoyo de Ryder fue primordial para que yo pudiera sacar todo adelante. Después de la hermosa fiesta de compromiso en donde ambos nos pedimos matrimonio, mi vida se convirtió en ir y venir a todas partes.
