Viajero Perdido - [Cinco y T/n]

Cap. XVI: Traición.

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Prometiste cuidarme de todo y de todos. Pero nunca te diste cuenta de que yo también te protegería con mi vida de ser necesaria.
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Había algo que la encargada odiaba con toda su alma y era que las cosas no salieran como lo planea.

Y curiosamente, Cinco era de los pocos que podía hacer que esto sucediera.

La encargada era conocida por no jugar limpio cuando se trataba de algo que quería. Y eso, lamentablemente Cinco lo olvido.

Ella estaba desesperada por castigar al chico de ojos verdes por siquiera haberse atrevido a retarla.

Así que con la sed de venganza corriendo por sus venas, camino a paso moderado, haciendo que sus tacones resonaran al chocar con el piso del casillo.

Sonrió para si misma y entro al despacho del Rey, luego de ser autorizada.

—Mi Rey —saludo haciendo una reverencia.

—Oh, Handler. ¿A que se debe que esté aquí?

—Alteza, como bien sabe, mi deber es encargarme de que su hija pueda casarse lo antes posible.

—Si y puedo notar que no ha servido de nada —soltó mordaz—. Mi hija no se ha comprometido en lo absoluto, quizá el problema es usted.

—Alteza, eso no es así — titubeo—. Casi logro mi cometido en la fiesta que hubo, pero me temo que hay alguien que... impide que esto sea posible.

—Explíquese —exigió.

—Esa noche, vi a la princesa hablando con un pueblerino. Y se fue con él, en vez de quedarse con el príncipe Foster.

Si, la encargada era capaz de manejar y manipular a su antojo la situación.

Nadie le decía que no.

—Pues yo si. 

Un escalofrió recorrió su espalda al recordar aquellas palabras de a quien ahora estaba echando al asador.

—¿Quién es maldito embustero? —rugió con enfado.

—Cinco, mi señor. Su nombre es Cinco Umbrella.

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 Marcus sonrió a modo de saludo cuando la ama de llaves le deseo buen día.

Sin embargo, su sonrisa se apago al recordar su preocupamiento.

La princesa.

Joder, Marcus no quería pensar mal, pero debido al comportamiento de la princesa en los últimos días, le daba mucho que pensar.

Y, bueno. La princesa no era para nada discreta. Aun recuerda esa vez que la siguió después de que desapareció y se acerco a preguntarle a la princesa Sloane por su paradero. Claro que ella se lo dio y cuando la siguió pudo observar desde detrás de un árbol como ella reconfortaba aquel chico que volvió a ver días después en el baile Real.