Viajero Perdido - [Cinco y T/n]

Cap. VII: Quédate.

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Algunos llaman casualidad a los encuentros. Y si nuestro encuentro fue por casualidad. Fue la más hermosa de todas, y pagaría por volver a vivirla.
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Las pisadas resonaban por las ramas del suelo. La lluvia caía a cantaros siendo detenido por el paraguas de la chica quien corría por llegar a su destino.

Nadie la apuraba. Pero necesitaba llegar cuanto antes.

Eran las dos y media de la madrugada cuando despertó por una pesadilla.

Justamente en estas fechas de lluvia son las que más odia por completo.

Su madre murió en una noche como esta.

No recordaba mucho de ella. Apenas y tenía una pintura de ella cuando era más joven. Pero no era suficiente.

Tenía que verla una vez más.

Aunque solo fuera su espíritu.

Llego casi cayendo en algún momento cuando un destello azul gobernó el cielo. Pero no le tomo importancia al pensar que trataba de un relámpago.

Toco la puerta abrazándose a sí misma por el frío y en cuanto se abrió la invitaron a pasar.

— Alteza —saludo Miriam—. Pensábamos que no iba a venir.

— Bueno, al principio no quería, pero debo de. ¿Dónde está Cinco?

— En su habitación, todo derecho. La llevo.

Caminaron por la cabaña con calma. En total eran dos cabañas, y esa era la más grande.

A diferencia de la otra que solo tenía dos cuartos. Esta tenía tres, en donde Miriam dormía en una con Vanya y Klaus con Dilan en otra. Y en donde la última se hospedaba Cinco, por estar pegada al camino donde llevaría a la otra cabaña con sus demás hermanos.

La princesa entro a la habitación dedicándole una noble sonrisa a la chica quien se despidió y cerró la puerta.

— Vaya, Princesa. ¿En la realeza no le enseñaron que debe ser puntual?

Ella sonrió con arrogancia.

— No me gustan las reglas.

Cinco soltó una risita. La puerta sonó y entonces Klaus entro.

— Hola, Alteza.