105. Te atrapare (Luz)

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“Al siguiente día”

(17 de mayo/2020)

—Pensé que vendría una vez a la semana —me dice Angelo

—Luna pago mucho dinero para que sea 4 veces a la semana —contesto a Angelo

—No era necesario, en fin, ¿Hoy que haremos doctora, Luz? —pregunta Angelo a mi madre

—Hoy caminarás sujetándote de estos barandales

—¿No me caeré?

—No te preocupes, Luz, te sujetará si tus manos se cansan

—¿Y usted por qué no?, no es que no confíe en Luz —dice Angelo a mi madre

—¿Si no es confianza?, ¿Entonces que es? —pregunta mi madre a Angelo

—¡Fuerza!, no es por ofender, pero no veo a Luz con la fuerza necesaria, para que me cargue cuando me caiga

—No te preocupes, todo saldrá bien —dice mi madre a Angelo

—No lo sé, ¿Por qué no hace los mismos de ayer?

—El Angelo que conocí no era miedoso —dice mi madre

—¡¡Mamá!! —lo digo en voz alta

—Perdón

—Angelo si no deseas hacer eso podemos hacerlo otro día, ¿No es verdad mamá? —pregunto

—Sí, pero es mejor hacerlo hoy

—¡Mamá! —lo digo un poco enojada

—O la próxima semana —agrega mi madre

—Escuchaste Angelo —lo digo con una sonrisa

—Es mejor que lo haga ahora, si deseo caminar lo más ante posible —me dice Angelo viendo a otro lado

—Así se dice Angelo, ven vamos a los barandales —dice mi madre empujando la silla de ruedas de Angelo

Al llegar a los barandales, Angelo comienza a sujetar con fuerza las barandas y poco a poco empieza a ponerse de pie

—Bien hecho Angelo —lo digo al verlo poniéndose de pie

—Ve adelanté de Angelo —me dice mi madre en voz baja

Rápidamente, me acerco a Angelo.

—Angelo, camina hacia Luz, hazlo a tu velocidad, no te esfuerces —dice mi madre a Angelo

—Entiendo —contesta Angelo intentando moverse

—No te preocupes, te sujetaré, solo dime cuando tus brazos se cansen —lo digo a Angelo

—Te lo diré, no te preocupes —me dice sonriendo

—Qué hermosa sonrisa —lo digo en voz baja

—¿Qué? —me pregunta Angelo

—Nada —contento sonrojada

—Lo estás haciendo bien, sigue así Angelo —dice mi madre

—¿Luz, alguna vez te he ayudado? —me pregunta Angelo

—¿Una vez?, fue muchas veces

—¿En serio?, sé que me gusta ayudar, pero no pensé que te ayudaría mucho —me dice Angelo esforzándose en caminar

—Me ayudaste a mí y a mis amigos

—Con razón se preocupan mucho por mí, y yo queriendo olvidarlos, no sé si me perdonarán por gritarle aquella vez

Luz De Mi OscuridadWhere stories live. Discover now