74. Todo por mis amigos (Brando)

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—Empieza la condena de Brando Aponte Nayeli Espinoza —dice el juez en voz alta

—¿Brando que pasa?, ¿Por qué dice condena? —me pregunta Nayeli muy preocupada

—No me hables —lo digo con frialdad

—¿Qué te pasa Brando?, ¿Por qué me hablas así?

—¡Cállate!, pediste a Anyeli que me matara, ¡¿Y me pregunta que me pasa?! —lo digo enojado

—Silencio ustedes 2 —dice el juez en voz alta.

En ese momento llega Luz y Angelo, Luz me ve y me saluda con la mano.

Rápidamente volteando la mirada y comienzo a ignorarla.

—La señorita Nayeli Espinoza, usted está condenada…

—¿Condenada?, ¿No habrá un caso?, necesitó un abogado —dice Nayeli nerviosa

—No es necesario, señorita Nayeli, gracias al oficial Julio descubrimos que enveneno a su abuela, la señora Teresa Martínez y trabajo con el mafioso Óscar

—Pero yo no lo hice, ¡¡Dile Brando!! —me dice desesperada

—Tiene razón, no fue ella… fue su otra personalidad —lo digo con frialdad

—De eso ya estamos enterados, Nayeli Espinoza está condenada a estar internada en un Centro psiquiátrico hasta que se recupere

—¡¡No, esperan, por favor!! —grita Nayeli mientras comenzaba a llevarla a una celda y agrega sujetándome la muñeca—. ¡Brando ayúdame!

—¿Estás asustada porque desaparecerás?, si es así que bueno que sientas miedo porque te lo mereces —le digo y le quitó la mano de mi muñeca

—¡¡Lo siento, Brando!! —grita Nayeli mientras se la llevan

“13 años atrás”

(Diciembre/ 2007)

—Miren una niña —dice uno de mis compañeros

—¿Qué hace una niña de esa edad aquí? —me pregunta un amigo

—Ni idea, iré a hablar con ella —lo digo soltándolo el balón que tenía en mano

Lentamente, me acerco a la niña.

—Hola, soy Brando, ¿Cómo te llamas? —pregunto amablemente

—Gabriela

—Hola Gabriela, ¿Cuántos años tienes?

—Tengo tres, ¿Sabes dónde está mi mamá?

Qué raro, ella debería de estar en la casa hogar que estuve

—Si estás aquí seguro fue porque tus padres te dejaron

—No, eso no es verdad, ¡Quiero a mi mamá! —me dice Gabriela llorando

Tengo que hablar con la directora de la casa hogar.

—Es mejor que no llores, ven vamos a comer algo —le digo sosteniendo su mano

—Este lugar es muy feo —me dice al ver a su alrededor

—El problema no es el lugar, sino los adultos, pero no te preocupes, tú te irás de aquí en unos minutos

—No entiendo por qué el problema son los adultos

—Después te explico, primero vamos a comer

“Unas horas después”

—¿Qué quieres Brando? —me pregunta la directora al verme

—Solo quiero saber por qué hay una niña de 3 años aquí

Luz De Mi OscuridadWhere stories live. Discover now