Cap 30

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Me encontraba en la biblioteca buscando algunas cosas y al pasar el tiempo escucho como Sam me llamaba con desesperación. Con eso fui a la sala donde el me estaba buscando y me miro.

—Dean no está... —comento agitado.

—Hijo de... —respondi en voz baja, para luego empezar a buscarlo.

Sam y yo empezamos a buscar a Dean por todo el búnker desesperados por encontrarlo. Son por un lado yo por el otro, era un completo desastre, no podíamos hacer ningún ruido porque posiblemente podría matarnos, o bueno... Matar a Sam.

Escuché la voz de Dean gritar por la cocina—. ¡Vamos chicos! ¡¿No quieren jugar conmigo un rato?!

Con eso empecé a buscar a Sam cuidadosamente, el problema era que no lo encontraba... ¿Dónde se metió ahora?

—¡Sam! —susurre mientras lo buscaba.

Todo se fue abajo, las luces del búnker se habían apagado todas solamente estaban encendidas las rojas, ahí entendí que Sam estaba en el cuarto de electricidad y que trataba de distraer a Dean.

Mientras caminaba por los pasillos vi como Dean entraba a la sala de electricidad, y fui tras él, Sam estaba ahí y no podía dejarlo solo.

Iba a entrar pero son rápidamente me sostuvo por detrás cubriendo mi boca con su mano. Mi alma se fue abajo en ese momento pero pude calmarme.

—¡¿Estas loco?! ¡Pudiste matarme de un susto! —le dije en susurró.

—Lo siento... —se disculpo mientras reía un poco.

De repente todas las luces se encendieron como si nada, Sam fue delante de mí y rápidamente cerró la puerta con llave la habitación de electricidad, donde se encontraba Dean.

—¿Ese es tu gran plan? —espetó Dean desde la habitación.

—Escúchame, Dean. Ya estamos cerca, ¿sí? Sé que sigues ahí en alguna parte. Deja que termine el tratamiento —un enorme silencio se formó y miré a Sam preocupada—. ¿Dean?

Con eso la puerta de la habitación tembló, la estaba derribando poco a poco con un martillo.

—¡Dije que no quiero ser curado! —decía mientras seguía golpeando derribando la puerta—. En lo personal, me gusta la enfermedad.

—¡Dean ya basta! ¡No quiero usar esto contigo! —grito Sam, con el cuchillo de Ruby en sus manos.

Un hueco muy grande se hizo en la puerta así mostrando la cara completa Dean—. Lástima por ti, ¿no crees? Porque lo dices de verdad —respondió con sarcasmo.

—¡Oye si sales de ese cuarto, no tendré opción!

—¡Si la tienes! Y se cuál tomarás. ¿No es así, Sammy? Pero verás... —le dió otro golpe a la puerta—. Sucede algo. Tengo suerte. Estoy bendecido. Porque lo que queda de demonio en mí para matarlos... no tiene elección.

Es cierto, Sam no matará a Dean, ni yo tampoco porque no puedo. Pero Dean si puede, en dos segundos lo haría.

La puerta se rompía más y más y yo rápidamente corrimos, y nos paramos en el pasillo.

—Ve y escondete... —me dijo agitado.

Rápidamente negué completamente y le dije— ¡No! No haré eso. Voy a estar contigo.

—No tienes fuerzas para esto...

—Y tú menos tienes un brazo roto —me defendí mientras lo miraba.

—¡Astra, escúchame! —alzo la voz un poco y me agarró de los hombros—. No voy a perderte otra vez, ¿me entendiste? No quiero, no ahora... Por favor, ve y escondete estaré bien. Volveré contigo lo prometo...

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⏰ Last updated: Apr 26 ⏰

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• 𝑵𝒆𝒆𝒅 𝑩𝒂𝒄𝒌 𝑯𝒐𝒎𝒆Where stories live. Discover now