Cap 2

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Las luces de neón de Las Vegas, como destellos de un caleidoscopio nocturno, pintaban la ciudad de colores extravagantes. El Impala avanzaba por las calles llenas de energía, y mientras Sam y Dean discutían el enigma de las extrañas muertes.

—Entonces, ¿una diosa máxima arcana ¿eh, Astra? —Dean preguntó, su escepticismo disfrazado de interés mientras las luces de neón reflejaban destellos en sus ojos verdes.

—Asi es, Dean. Mi linaje me concede el poder de manipular la realidad a mi voluntad —expliqué, sintiendo que la intriga de Sam se intensificaba—. ¿Quieres que la altere?

—¡No! —gritaron los dos al mismo tiempo.

Yo solo reí bajo y seguimos con el camino.

La vibrante energía de Las Vegas nos envolvió mientras explorábamos las calles llenas de vida. La investigación nos condujo desde casinos llenos de humo hasta callejones traseros donde la línea entre la realidad y la ficción se desvanecía.

Mire a Dean y a Sam, ambos son muy parecidos pero tan diferentes, Dean era el sarcástico el a todo o nada, mientras Sam era el tranquilo y el callado. Me recuerdan mucho a... Mejor no.

Nos sumergimos en un oscuro submundo de rituales demoníacos y tratos infernales. Las pistas nos llevaron a una habitación de motel, donde antiguos grimorios revelaron la conexión entre las muertes y un antiguo pacto sellado en la Ciudad del Pecado.

—¿Qué tipo de ser podría estar detrás de todo esto? —se preguntó Sam, con una mezcla de intriga y preocupación.

—No lo sé, pero hay algo oscuro moviéndose entre las sombras de esta ciudad —respondí, mis sentidos alerta ante la presencia de algo siniestro.

—¿Lo sientes? —pregunto Sam.

—Si, y no es nada nada bueno.

Las pistas nos condujeron a un casino abandonado, donde las luces parpadeaban con una luz inquietante.

—Chicos —solté un poco bajo.

Ambos me miraron.

—No den ni un paso.

Presenciaba algo cerca más fuerte que algo sobrenatural.

De repente, por fin pudieron dar su verdadero rostro.

Enfrentamos criaturas demoníacas que se arrastraban entre las sombras, alimentándose de los deseos más oscuros de aquellos atrapados en la red del pacto.

—¡Cuidado! —advertí, desatando mis poderes para crear una barrera protectora mientras Dean y Sam enfrentaban las criaturas con sus armas.

La investigación se volvía más intensa a medida que desentrañábamos la red de corrupción demoníaca que se extendía por la ciudad. En un antiguo santuario, encontramos evidencia del pacto demoníaco y pistas sobre cómo romperlo.

—Necesitamos romper este pacto, Astra —dijo Sam, su mirada fija en las páginas desgastadas del grimorio.

Al acabar con los demonios, nos dirigimos a un lugar clave donde la oscuridad se manifestaba con mayor intensidad.
Dean y Sam lucharon con astucia y valentía contra las criaturas demoníacas mientras canalizaba mis poderes para debilitar el nexo infernal.

Llegamos al corazón del antiguo santuario, donde las palabras del pacto resonaban en la penumbra. Cerré los ojos y me sumergí en una lengua antigua.

—Anámesa se pépla skiás kai apóicho lýpis, proféro léxeis pou lýnoun ton epivevliméno desmó.
Me to ángigma tis lytrotikís ousías, spáo tous desmoús pou dénoun kardiés kai svínoun sfragisménes yposchéseis.
Stin avgí tis allagís, afíno to révma tis líthis na parasýrei tis desméfseis kai na dialýsei to yfantó oikópedo.
Eíthe to magikó aeráki na dialýsei tous órkous ston aithéra, eleftherónontas tin aichmáloti psychí apó tis alysídes pou den prépei pia na antéxoun,
sti refstótita tou xórki kai sti galínia apelefthérosi. Eíthe to sýmfono na svísei san fýlla ston ánemo, afínontas píso tin apokatestiméni elefthería.

(Entre velos de sombra y eco de arrepentimiento, pronuncio palabras que deshacen el lazo impuesto.
Con el toque de la esencia liberadora, rompo las ataduras que atan corazones y desvanecen las promesas selladas.
En el albor del cambio, permito que la corriente del olvido arrastre los compromisos y desarme la trama tejida.
Que la brisa mágica disuelva los juramentos en el éter, liberando al alma cautiva de las cadenas que ya no deben perdurar,
en la fluidez del hechizo y la liberación serena. Que el pacto se desvanezca como hojas al viento, dejando tras de sí la libertad restaurada).

Pronunciando las palabras de ruptura con una mezcla de poder y antigua sabiduría. La habitación temblaba con la fuerza liberadora mientras las criaturas se retorcían, incapaces de resistir la desaparición de su fuente de poder.

Con un último susurro en la lengua ancestral, la conexión demoníaca se deshizo, y la habitación quedó en silencio, liberada de las ataduras oscuras del pacto.

Sin embargo, la energía que había canalizado dejó mi cuerpo sintiéndose exhausto y debilitado.

Caí al suelo, las piernas incapaces de sostenerme después de desatar tal poder. El cansancio se apoderó de mí, como una marea que arrastra todo a su paso. Mis ojos, cargados con la magnitud de lo realizado, se cerraron mientras la fatiga se adueñaba de cada fibra de mi ser.

Fue entonces cuando sentí las manos fuertes y cálidas de Sam sostenerme y abrí despacio los ojos. Sus ojos expresaban una mezcla de alivio y preocupación mientras se inclinaba para ayudarme a incorporarme. La calidez de su tacto era reconfortante en medio de mi agotamiento.

—Astra, ¿estás bien? —preguntó Sam, su voz llena de genuina preocupación—.  ¿Puedes caminar?

Asentí débilmente y al intertar dar un paso caigo al suelo.

Sam rápidamente me cargó a su espalda y me llevo al auto.
La habitación estaba impregnada con la esencia liberadora de la magia, pero mi cuerpo necesitaba tiempo para asimilar el costo de mis acciones.

—Gracias, Sam. Fue más agotador de lo que pensé —murmuré cansada.

Sam me ofreció su apoyo mientras nos alejábamos del antiguo santuario. Mientras caminábamos, me di cuenta de la conexión que se estaba formando entre nosotros.

—¡Por Dios¡ ¿Estás bien Astra? —preguntó Dean, preocupado.

A lo que solo sonreí un poco—. Estoy bien, no tienes que preocuparte.

El solo asintió y me dió una pequeña sonrisa.

De regreso al Impala, el motor rugió mientras nos alejábamos de Las Vegas. Los hermanos Winchester me miraron con agradecimiento, y Dean, con su sarcasmo característico, añadió:

—No está mal, Astra. ¿Puedes hacer que todas mis deudas desaparezcan así de fácil?

Sam le dió una mirada de muerte, a lo que solo reí.

—Si, Dean. Puedo hacer eso —respondí con los ojos cerrados.

—Es broma, duerme un poco te hará bien —me dijo mirándome por el retrovisor.

Tuve fuerzas para levantar mi pulgar y decir un está bien.

Nos dirigimos hacia el horizonte, dejando atrás Las Vegas y sus sombras. La ciudad seguía brillando, pero esta vez, su resplandor no estaba oscurecido por la oscuridad que yacía debajo.

Mientras el Impala se perdía en la distancia, nos preparamos para el próximo desafío.

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Hellooooooooooo cap 2

Espero les allá gustado.

Este fue largo trataré de hacerlos así más seguido :  )

BYEEE

• 𝑵𝒆𝒆𝒅 𝑩𝒂𝒄𝒌 𝑯𝒐𝒎𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora