Alex Morgan
Me despierto por el insistente sonido de mi celular.
-Joder, quién mierda es a esta hora?.- suelto con molestia contestando la llamada sin ver quién es.
- Buenos días para tí también hermanito, ¿Qué pasó que estás más gruñón que de costumbre?, pareces un perro en época de celo.- suelta con burla la voz del otro lado y gruño con molestia al escucharlo.
-Vete a la mierda Recce, que quieres?; estoy ocupado ahora.- digo con irritación, cuando volteo a mi costado y me doy cuenta de que Sara no está en la cama.
Me levanto de la cama y voy a buscar unos shorts para ponermelos e ir a buscarla.
-No sabía que estar ocupado es tener la polla metida en cualquier agujero.- me contestan del otro lado del teléfono y vuelvo a interrumpirlo con molestia.
-Eso a tí no te interesa, solo di lo que tengas que decir y déjame tranquilo.- digo ya de mal humor, mientras busco a Sara y sonrio cuando la encuentro en la barra de la cocina sentada, tomando un jugo de naranja.
Mis ojos se oscurecen de deseo al verla llevar solo mi camisa y unas bragas negras que resaltan sobre la camisa blanca, joder con solo verla ya me puse duro.
-Solo llamaba para decirte que necesitamos vernos hoy, ya estoy en Londres, me estoy hospedando en el hotel ******, te estaré esperando, tenemos mucho de que hablar Alex.- Reece vuelve a interrumpir mis pensamientos y al terminar de decir eso finaliza la llamada.
-Maldito hijo de...- maldigo por lo bajo, cuando me veo interrumpido por la voz de Sara.
-Gracias Rosa, ya te puedes retirar.- le escucho decir a Sara y la señora sale de la cocina dándome los buenos días.
Al escucharla Sara se da vuelta y me ve con una sonrisa, mientras cruza sus piernas dejandome ver aún mas el principio de sus bragas y se muerde sensualmente el labio cuando ve que sigo ese movimiento con mis ojos.
-¿Qué tal bello durmiente?.- me saluda con burla, sonrio para acercarme a ella y jalar la hacia mí, mientras me apoderó de su boca con ferocidad.
Mis manos inmediatamente se deslizaron hacia abajo para agarrar su trasero con firmeza y le doy un ligero apretón, haciendo que ella suelte un gemido, sonrió, hoy por fin se acabó esa maldita restricción del demonio, hoy puedo volver a disfrutar de los placeres que me otorga el maravilloso cuerpo de mi mujer.
-Buenos días, preciosa.- respondo luego del beso y acaricio su rostro, mientras dejó un beso en su frente, siento como cierra sus ojos y suspira.
-Buenos días.-dice en voz baja, casi casi que en un susurro.
Posa sus brazos al rededor de mi cuello dejando ligeras caricias ahí y yo abrazo su cintura, la miro a los ojos, me gusta cuando se pone cariñosa conmigo y aunque aveces es un poco fría, como al principio que nos conocimos, poco a poco se va desenvolviendo y eso me encanta.
-¿Cómo amaneciste, preciosa?.- pregunto acariciando su mejilla y ella se inclina a mí tacto.
-Amanecí muy bien y con hombre sumamente sexy a mi lado.- dice con un tono juguetón abriendo esos preciosos ojos que tiene y me es imposible no sonreír.
Esta mujer me vuelve un idiota, me siento como un jodido adolescente tonto y hormonal, pero no me importa serlo si es con ella.
Cualquiera que me vea así diría que soy otro o que estoy embrujado, incluso yo me sorprendo de mi forma de actuar con ella, pero este es el efecto que Sara tiene en mí, esta mujer me tiene a sus malditos pies y ni siquiera lo sabe.
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MAKTUB
FanfictionAl despertar, lo primero que vi en el espejo fue a otra persona, era yo, pero en otro cuerpo. No me explicaba como pudo suceder, yo debería estar muerta. No sabía quién era, pero cuando lo supe quise maldecir mi mala suerte. Sara Harts, ese era mi n...