Sara estaba en su taller de inventos, creando nuevos prototipos y armas, mientras pensaba en todo lo que había pasado en esta semana.
Esta semana para ella a sido un cúmulo de sorpresas, empezando con la nueva faceta que a estado mostrando Alex.
Debe admitir que al principio creía que al no poder tener sexo con ella iría a buscar placer por otro lado, ya que en eso se basaba su acuerdo, pero se equivocó.
Toda la semana se la pasó a su lado, mostrándole una faceta que ella nunca había visto y que al parecer no se la mostraba a todo el mundo.
Ambos poco a poco se iban contando cosas muy personales de su vida y de sus gustos.
Y eso le gustaba y también le asustaba en partes iguales, que Alex se abriera con ella le gustaba, porque estaba conociendo al verdadero Alex Morgan y no solo la fachada que él se esmeraba en mantener.
Pero le asustaba aún más lo que le provocaba ese hombre, no le gustaba sentir este sentimiento tan cálido que a comenzado a sentir cada vez que Alex la toca o le dice cosas bonitas, se sentía como una estúpida adolescente.
Y no quería sentirse así, porque eso significaría que se estaba enamorando de Alex y eso no estaba en sus planes.
No quería confiar en él y luego salir igual o más lastimada que la Sara original, ella se a esforzado demasiado en cambiar muchas cosas de aquí, como para repetir el mismo futuro que su predecesora.
Aveces se regañaba a sí misma por haber aceptado este acuerdo con Alex, pero francamente no se arrepentía en lo obsoluto.
No lo hacía, porque este acuerdo le a permitido conocer al verdadero Alex Morgan, uno que no se parece en nada al de el libro.
Sara sale de su estupor al escuchar su teléfono sonar y al tomarlo una sonrisa se extiende en su rostro al ver el nombre en la pantalla.
-Hola, Diosa.- saluda la voz del otro lado cuando contesto.
-Hola, Dios Vikingo.- contestó con una sonrisa y escucho una risa del otro lado.
-Uy, Dios Vikingo, ese es un nuevo apodo, siempre sueles llamarme Dios Rubio, me siento especial.- suelta con diversión y ruedo los ojos, mientras niego.
Sus llamadas siempre eran así, toda esta semana estuvo en constante comunicación con Akin y Viktoria para saber cómo iban las cosas por allá y pese al poco tiempo que tenian de conocerce los tres, habían empezado una sólida amistad.
Y aunque los tres bromeaban entre sí en cada llamada, Akin es con el que más confianza tenía, él siempre sabía ponerla de buen humor.
-Idiota.- lo insulto en voz baja y escucho una pequeña risa de su parte.
-Uhhh, estas muy malcriada últimamente Diosa, debería castigarte por esa grosería?.- pregunta con picardía.
-No lo sé, depende del castigo- le sigo el juego y escucho una risa de su parte.
-Es por eso que te amo Diosa, siempre es un verdadero placer hablar contigo, incluso molesta eres un deleite para la vista.- suelta en un susurro y simplemente niego.
-¿Solo llamaste para alagarme, Boss?.- musito en voz baja y con un tono seductor en la última palabra, lo escucho tragar saliva, provocando una risa de mi parte.- Mejor deja de hacerme perder mi tiempo y dime como van las cosas por allá.- le pido.
-Todo va bien Diosa, pero hay algo urgente de que hablar.- maldigo internamente temiendo que algo en el plan haya salido mal.
-¿Que pasó Akin?, me estás preocupando.- por favor qué nada esté mal por allá, ruego en mi mente.
-Tranquilizate ojitos, no es nada malo, al menos no para mí.- menciona.- Viktoria y yo estábamos pensando que sería mejor que aprendas a defenderte.
-Ya sabes....... en caso de que ocurra algo, aunque no permitiría que algo malo te pase, pero nunca está de más que aprendas a defenderte y más ahora que eres alguien muy importante para nosotros.- me dice con seguridad.
-Akin....- comienzo, pero antes de terminar soy interrumpida y pasó una mano por mi cabello cuándo eso sucede.
-Eso no está a discusión Sara, tienes que hacerlo.- dice ahora con seriedad y con la voz elevada, arqueo una ceja.
-Tú, me acabas de dar una orden.....a mí?.- suelto con el seño fruncido y escucho la risa de Viktoria del otro lado del teléfono.
-Acabas de condenar tú alma querido.- la escucho decirle a Akin, tanto ella como él saben que detesto que me den ordenes, no soy un maldito perro.
-Lo siento Diosa, pero aunque luego quieras matarme, es por tú bien y esto no está a discusión, lo sabes.- me dice aunque ahora de forma calmada, suelto un suspiro, sé que tiene razón.
-Tienes razón, pero que sea la última vez que me vuelvas a gritar una orden, entiendes lo que te estoy diciendo, Boss?.- suelto en un susurro amenazante y lo escucho tragar saliva.
-Sabes que no fue mi intención Diosa, es solo que estamos preocupados por ti.- se justifica y dejamos ahí el tema cuando Mak me avisa que Alex está despierto y buscándome.
-Bueno Dios Vikingo, tengo que colgar, luego detallamos eso de mis clases de defensa y sobre quién me enseñará.- le digo un poco más calmada.
-Está bien Diosa, cuídate, lo digo enserió.- suelta con preocupación y ruedo los ojos.
-No te preocupes por mi Boss, estaré bien, adiós.- luego de despedirnos colgamos y subo rápidamente a la cocina, Alex no sabe de mi taller de inventos y por ahora espero que siga así.
.............................................(Rusia, mansión Romanov)
-Quien te viera temblando de miedo por unas simples palabras, querido.- suelta con burla la Koroleva de la Bratva, mientras mira una revista de ropa de bebés.
-No digas tonterías querida, soy el Boss de la Bratva, no le tengo miedo a nadie.- suelta con indignación el Boss y su esposa solamente niega, sí como no, si hasta se disculpo y todo, eso no lo logro ni yo, pensó la koroleva.
-A sí?, entonces no te importa si le digo a Sara, que tú seras el que la entrenara y además de eso que tendrá que venir a vivir por una temporada aquí a Rusia, solo porque tú así lo ordenaste.- suelta Viktoria con despreocupación y comienza a teclear un mensaje para Sara, pero su esposo le quita el celular y lo guarda en un cajón.
-Que no escuchaste que estaba ocupada?. Ella no tiene tiempo para leer tus mensajes mujer, ya después le diré yo.- suelta con ligero nerviosismo y garraspea su garganta saliendo de la oficina.
-Sara te matará cuando se entere de tu orden querido esposo.- suelta en un susurro, mientras acaricia su vientre abultado y ve a su esposo salir de la oficina.- Y yo estoy más que lista para ver eso.- y soltando una risita la Koroleva se va a su habitación a descanzar con un solo pensamiento en su cabeza.
Sara es una mujer tan preciosa como letal, no es sorpresa que ella y su marido tuvieran fuertes sentimientos por ella.
....................................Lo prometido es deuda, el primer capítulo del Maratón.
Espero lo disfruten, besos 💋 💋 💋
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MAKTUB
FanfictionAl despertar, lo primero que vi en el espejo fue a otra persona, era yo, pero en otro cuerpo. No me explicaba como pudo suceder, yo debería estar muerta. No sabía quién era, pero cuando lo supe quise maldecir mi mala suerte. Sara Harts, ese era mi n...