CAPÍTULO 15| MARATÓN 1/4

901 167 3
                                    

Sara estaba en su taller de inventos, creando nuevos prototipos y armas, mientras pensaba en todo lo que había pasado en esta semana.

Esta semana para ella a sido un cúmulo de sorpresas, empezando con la nueva faceta que a estado mostrando Alex.

Debe admitir que al principio creía que al no poder tener sexo con ella iría a buscar placer por otro lado, ya que en eso se basaba su acuerdo, pero se equivocó.

Toda la semana se la pasó a su lado, mostrándole una faceta que ella nunca había visto y que al parecer no se la mostraba a todo el mundo.

Ambos poco a poco se iban contando cosas muy personales de su vida y de sus gustos.

Y eso le gustaba y también le asustaba en partes iguales, que Alex se abriera con ella le gustaba, porque estaba conociendo al verdadero Alex Morgan y no solo la fachada que él se esmeraba en mantener.

Pero le asustaba aún más lo que le provocaba ese hombre, no le gustaba sentir este sentimiento tan cálido que a comenzado a sentir cada vez que Alex la toca o le dice cosas bonitas, se sentía como una estúpida adolescente.

Y no quería sentirse así, porque eso significaría que se estaba enamorando de Alex y eso no estaba en sus planes.

No quería confiar en él y luego salir igual o más lastimada que la Sara original, ella se a esforzado demasiado en cambiar muchas cosas de aquí, como para repetir el mismo futuro que su predecesora.

Aveces se regañaba a sí misma por haber aceptado este acuerdo con Alex, pero francamente no se arrepentía en lo obsoluto.

No lo hacía, porque este acuerdo le a permitido conocer al verdadero Alex Morgan, uno que no se parece en nada al de el libro.

Sara sale de su estupor al escuchar su teléfono sonar y al tomarlo una sonrisa se extiende en su rostro al ver el nombre en la pantalla.

-Hola, Diosa.- saluda la voz del otro lado cuando contesto.

-Hola, Dios Vikingo.- contestó con una sonrisa y escucho una risa del otro lado.

-Uy, Dios Vikingo, ese es un nuevo apodo, siempre sueles llamarme Dios Rubio, me siento especial.- suelta con diversión y ruedo los ojos, mientras niego.

Sus llamadas siempre eran así, toda esta semana estuvo en constante comunicación con Akin y Viktoria para saber cómo iban las cosas por allá y pese al poco tiempo que tenian de conocerce los tres, habían empezado una sólida amistad.

Y aunque los tres bromeaban entre sí en cada llamada, Akin es con el que más confianza tenía, él siempre sabía ponerla de buen humor.

-Idiota.- lo insulto en voz baja y escucho una pequeña risa de su parte.

-Uhhh, estas muy malcriada últimamente Diosa, debería castigarte por esa grosería?.- pregunta con picardía.

-No lo sé, depende del castigo- le sigo el juego y escucho una risa de su parte.

-Es por eso que te amo Diosa, siempre es un verdadero placer hablar contigo, incluso molesta eres un deleite para la vista.- suelta en un susurro y simplemente niego.

-¿Solo llamaste para alagarme, Boss?.- musito en voz baja y con un tono seductor en la última palabra, lo escucho tragar saliva, provocando una risa de mi parte.- Mejor deja de hacerme perder mi tiempo y dime como van las cosas por allá.- le pido.

-Todo va bien Diosa, pero hay algo urgente de que hablar.- maldigo internamente temiendo que algo en el plan haya salido mal.

-¿Que pasó Akin?, me estás preocupando.- por favor qué nada esté mal por allá, ruego en mi mente.

-Tranquilizate ojitos, no es nada malo, al menos no para mí.- menciona.- Viktoria y yo estábamos pensando que sería mejor que aprendas a defenderte.

-Ya sabes....... en caso de que ocurra algo, aunque no permitiría que algo malo te pase, pero nunca está de más que aprendas a defenderte y más ahora que eres alguien muy importante para nosotros.- me dice con seguridad.

-Akin....- comienzo, pero antes de terminar soy interrumpida y pasó una mano por mi cabello cuándo eso sucede.

-Eso no está a discusión Sara, tienes que hacerlo.- dice ahora con seriedad y con la voz elevada, arqueo una ceja.

-Tú, me acabas de dar una orden.....a mí?.- suelto con el seño fruncido y escucho la risa de Viktoria del otro lado del teléfono.

-Acabas de condenar tú alma querido.- la escucho decirle a Akin, tanto ella como él saben que detesto que me den ordenes, no soy un maldito perro.

-Lo siento Diosa, pero aunque luego quieras matarme, es por tú bien y esto no está a discusión, lo sabes.- me dice aunque ahora de forma calmada, suelto un suspiro, sé que tiene razón.

-Tienes razón, pero que sea la última vez que me vuelvas a gritar una orden, entiendes lo que te estoy diciendo, Boss?.- suelto en un susurro amenazante y lo escucho tragar saliva.

-Sabes que no fue mi intención Diosa, es solo que estamos preocupados por ti.- se justifica y dejamos ahí el tema cuando Mak me avisa que Alex está despierto y buscándome.

-Bueno Dios Vikingo, tengo que colgar, luego detallamos eso de mis clases de defensa y sobre quién me enseñará.- le digo un poco más calmada.

-Está bien Diosa, cuídate, lo digo enserió.- suelta con preocupación y ruedo los ojos.

-No te preocupes por mi Boss, estaré bien, adiós.- luego de despedirnos colgamos y subo rápidamente a la cocina, Alex no sabe de mi taller de inventos y por ahora espero que siga así.
.............................................

(Rusia, mansión Romanov)

-Quien te viera temblando de miedo por unas simples palabras, querido.- suelta con burla la Koroleva de la Bratva, mientras mira una revista de ropa de bebés.

-No digas tonterías querida, soy el Boss de la Bratva, no le tengo miedo a nadie.- suelta con indignación el Boss y su esposa solamente niega, sí como no, si hasta se disculpo y todo, eso no lo logro ni yo, pensó la koroleva.

-A sí?, entonces no te importa si le digo a Sara, que tú seras el que la entrenara y además de eso que tendrá que venir a vivir por una temporada aquí a Rusia, solo porque tú así lo ordenaste.- suelta Viktoria con despreocupación y comienza a teclear un mensaje para Sara, pero su esposo le quita el celular y lo guarda en un cajón.

-Que no escuchaste que estaba ocupada?. Ella no tiene tiempo para leer tus mensajes mujer, ya después le diré yo.- suelta con ligero nerviosismo y garraspea su garganta saliendo de la oficina.

-Sara te matará cuando se entere de tu orden querido esposo.- suelta en un susurro, mientras acaricia su vientre abultado y ve a su esposo salir de la oficina.- Y yo estoy más que lista para ver eso.- y soltando una risita la Koroleva se va a su habitación a descanzar con un solo pensamiento en su cabeza.

Sara es una mujer tan preciosa como letal, no es sorpresa que ella y su marido tuvieran fuertes sentimientos por ella.
....................................

Lo prometido es deuda, el primer capítulo del Maratón.

Espero lo disfruten, besos 💋 💋 💋

MAKTUBWhere stories live. Discover now