CAPÍTULO 5 |PROVOCACIÓN

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Alex Morgan

Desde que llegó con ese maldito vestido rojo, que marcaba su figura y sus pechos, no había dejado de mirarla con una sonrisa.

Y aunque ella no lo sabía, no era la primera vez que yo la veía y había esperado mucho este momento, pues no a salido de mi cabeza desde ese entonces.

Aún recuerdo perfectamente esa noche en que la vi y sé que solo fue de lejos, pero joder, esa mujer me cautivó desde ese momento, había algo que me jalaba a ella como si fuera un imán.

No podía describir la sensación tan fuerte que sentí, pero todo de ella me llamaba, la belleza tan magnética que poseía y el misterio que se reflejaban sus ojos, desde ese instante supe que esa mujer iba a ser una perdición para mí.

Quise ignorar todo lo que sentí cuando la ví, pero su imagen no salía de mí cabeza.

Fueron 6 meses en el que quise ignorar ese sentimiento, me negaba a aceptar que con solo una mirada esa mujer logró meterse en mí cabeza.

Seguí follando con muchas mujeres, pero después inconsciente mente comence a elegir mujeres que se parecian físicamente a ella, pero ni aún así su maldita imagen salía de mí.

Por eso la mande a investigar, claro que lo hice, se podría decir que esa es una característica muy mala de nosotros los Morgan, pero quería saciar mi curiosidad, pensé que tal vez así la olvidaría, no fue así.

Mi curiosidad solo aumentó, no sé porqué, pero sentía que había algo más y no iba a parar hasta descubrir cada secreto que escondía Sara Harts.

Es por eso que planee todo esto, yo sabía que Sara vendría a la fiesta solo por la subasta del brazalete, porque fui yo quien hice todo esto solo para verla.

Yo pedí que pusieran la información de que el brazalete iba a estar aquí y que iba a ser subastado, pero había un pequeño detalle que ella no sabía y ese era que este ya me pertenecía.

Lo había comprado un mes atrás cuando lo ví y al verlo solo pude recordar que esta era la pieza que Sara buscaba para su colección de joyas y no lo pensé dos veces antes de comprarlo.

Aunque debo admitir que me costó mucho tiempo descubrir su obsesión por las joyas y por esta en especial, pero no hay nada imposible para un Morgan.
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Sonreí con satisfacción al observar como su cuerpo reacciono a mis palabras y la vi apretar sus manos en puños, para luego tratar de respirar para tranquilizarse.

-¿Cuánto quieres por la joya?- me preguntó tratando de fingir una sonrisa.

Pero mis ojos solo podían observar el movimiento de sus labios pintados de rojo, los imaginaba alrededor de mi polla dándome mucho placer, mientras dejaba las marcas de su labial.

Joder me puse duro de solo imaginarlo y tuve que acomodar mi pantalón para que no se me notara la gran erección que tenia.

-Hey, te estoy hablando.- me dijo sacandome de mis pensamientos y luego bajo la mirada a mis pantalones.

Vi como una sonrisa arrogante se posó en su rostro, la maldita descarada sabia lo que provocaba en mí y estoy seguro que lo utilizaría a su favor.

- Hombres, siempre piensan con la cabeza de abajo y no con la de arriba.- murmuro con burla, mientras cruzaba sus brazos, haciendo que sus pechos resaltaran más y se vieran más grandes de lo que ya eran, dejándo me la boca seca de solo imaginar lo bien que se sentiría chuparlos y morderlos, mientras la estoy follando.

Volví en sí al escuchar su risa, es que esta mujer se veía jodidamente bien sin hacer mucho esfuerzo.

Sabia lo que intentaba hacer, estaba sacandole provecho a sus encantos, era una jodida belleza y ella sabía como usarlo a su favor.

Las ganas de tenerla solo para mí me consumían, pero para lograr mi propósito debería tener un poco de paciencia y no caer en sus provocaciones.

-No estoy interesado en vender la joya.- dije con firmeza, pero manteniendo el contacto visual con ella.

-Pero si en hacer un trato que nos beneficie a ambos.- le digo sonriendo con descaro, miro como levanta una ceja y suelta una risa burlona.

Maldita sea, no me está facilitando para nada las cosas, trato de enfocarme en mi propósito, pero todo lo que esta mujer hacía destilaba lujuria y mucha, mucha sensualidad.

-Admito que me encanta el brazalete, pero no tanto como para aceptar hacer un trato contigo.- me dijo con una sonrisa cínica.

Al terminar de decir esto se levantó la mesa y me miró de pies a cabeza.

-No fue un placer conocerte, Alex Morgan. Estoy segura de que nos volveremos a ver, por lo pronto disfruta de la joya, mientras puedas claro.- soltó una risita que a cualquiera lo haría estremecer del miedo, pero a mí solo me hizo desear arrancarle ese maldito vestido y follarla encima de la mesa, luego de nalguearla por su insolencia.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar sensualmente hacia la salida, mientras yo me quedaba mirando su hermoso trasero y sonreí.

Joder, claro que nos volveremos a ver y más pronto de lo que crees, eso es más que seguro.

Solo tenía una cosa en mi mente ella iba a ser mía, me dejaría de llamar Alex Morgan si no lo consigo, no importa lo que tenga que hacer, Sara Harts tú serás mi mujer, solo para mí y de nadie más.

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Pues ahí tienen la perspectiva de Alex.

¿Qué opinan del comportamiento que está teniendo con Sara?

Una vez más gracias por todos sus votos y comentarios.

Besos 💋

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