Capítulo cuarenta

8.3K 585 59
                                    

Narra: HANS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra: HANS

Estoy acostado en el sofá cuando alguien me toca el timbre. No le doy importancia hasta que suena más de dos veces seguidas.

—¿Ma? −gritó —. ¿Podrías fijarte quién es?

La escucho abrir la puerta.

—No hay nadie —dice ella —. seguro es alguien haciendo una broma.

Entonces empieza a sonar el teléfono. Esta vez me pongo de pie, atiendo y preguntó:

—¿Quién es?

—¿Podrías venirme a buscar? —Me quedo en silencio ante el asombro de escuchar su voz —. ¿Hans, estás ahí?

—Mia... —No puedo creerlo —. ¿En donde estás? ¿estás bien?

La escucho sollozar.

—¿Todos saben lo qué hice? —Rompe en llanto —. Ella me odia, mis padres...

—No, no —respondo —. Solo dime a donde estas, estamos preocupados por ti.

—Pero si tú nunca me quisiste —susurra —. Ojala me hubieras amado como a Elizabeth, o como a su hermana. Yo solo quería qué alguien me ame.

Mi cuerpo tiembla involuntariamente, no sé qué hacer.

—¡¿En donde estás?!—insisto.

—¿Todavía estas arrepentido de lo qué hicimos?

—No.

—¡Mientes! —grita —. Solo dices lo qué quiero escuchar.

Me quedo en silencio ante la desesperación y el shock.

—Hans... —Su respiración es entrecortada —.Estoy cansada y quiero volver a casa, ¿podrías hacerme un favor? pero nadie tiene que saberlo...

Acepto.

Enciendo el motor del auto y manejo hasta pasar el lago. Más de una vez aprieto el acelerador y me preocupo por la hora. Me detengo en medio de la nada justo donde ella me indico y bajo del auto.

—¡¿Mia?! ¡¿Mia?!—Gritó una y otra vez.

Observo a mi al rededor, ella no esta aquí. Busco el número qué anteriormente me había llamado y espero a qué atienda.

''El número al que usted esta intentando comunicarse se encuentra desactivado.''

Me tomo de la cabeza. Me resigno a llamar a la policía hasta que veo un bulto de ropa en el suelo. Entre ellos una blusa rosa con lunares.

—No puede ser —susurro, mirando a mi al rededor.

Detrás de mí escucho las sirena de la policía, se detienen a mi lado y bajan dos oficiales. Entre ellos el padre de Venus.

—¿Qué estas haciendo aquí? —Me apuntan con un arma mientras se acercan a mí y me miran fijo—. ¡¿Qué tienes en la mano?!

Uno de ellos me saca la blusa que tengo en mis manos. Frunce el ceño y se lo muestra al padre de Venus. Él asiente con la cabeza.

—Tendrás qué acompañarnos a la comisaria.


Narra: Padre de Venus

—¿Por qué no llamaste a la policía cuando Mia se comunico contigo? —Me pongo de pie, acercándome a él —. ¿Por qué razón te arriesgarías a ir a un lugar si con Mia no tenias ningún tipo de relación? O eso dijiste...

El ruido de la ventilación comienza a ponerme nervioso.

—Fuimos amigos —responde Hans —. Pensaba en ir a buscar y qué vuelva a casa.

—Déjanos solo Frank —le pido, y una vez que se retira cierro a puerta con llave.

Me siento a su lado, mirándolo fijo.

—¿Después de todo lo qué pasó con Elizabeth crees que pienso qué eres tan estúpido? —Tensó mi mandíbula —. Te doy dos segundos para hablar o te juro que vas a ser culpable de todo lo qué pasó.

—¿Y como lo vas a hacer si no tienes evidencia?—me pregunta Hans, cruzándose de brazos.

—A veces no se necesita evidencia para culpar a alguien —Le sonrió —. ¿Te acostaste con ella verdad? Eso respondería porqué fuiste la última persona en hablar con ella y enviarle ese mensaje.

Le entrego una copia de su chat y la leo en voz alta.

—''Necesitamos hablar de lo qué sucedió, ¿podemos vernos?'' —Alzo mis cejas —. Eso fue lo qué le dijiste esa misma noche y ella respondió: ''Estoy en la iglesia, esperando a Venus, no puedo hablar ahora.''

Hans traga grueso.

—Mia no quería hablar contigo pero insististe hasta que accedió —Enciendo la computadora y reproduzco un vídeo —. Saliste de tu casa porqué ibas a buscarla, en el camino te encontraste a Venus y como sabias que ella no iba a encontrarse con Mia aprovechaste. Las cámaras te captaron yendo en dirección a la iglesia. ¿Qué pasó después?

—Fui a buscarla pero cuando llegue ya no estaba —responde.

—¿Y por qué no volviste a tu casa después de eso?

—Un día antes de eso me había acostado con Mia, me equivoque y necesitaba arreglarlo antes que Venus lo supiera —Hace una pausa —. Cuando no la encontré en la iglesia salí a buscarla pero ya no estaba...

Me acerco más a él, casi qué puedo su cuerpo temblar.

—¿Por qué sigues mintiendo? —le preguntó —. ¡¿Viste a Mia esa misma noche, si o no?!

−Sí, le mande un mensaje y le dije qué me espere cerca del lago −confiesa finalmente −. La lleve en mi auto, discutimos. Ella estaba molesta porqué le dije que en realidad no sentía nada y qué había sido un error acostarme con ella.

—Y por eso la secuestraste...

Lo observo meticulosamente mientras se rasca la nariz.

—Por eso la deje en la ruta −responde.

—¿Dejaste a una chica sola en la ruta y de noche? —le pregunto y él asiente con la cabeza —. Hans Wist, el hijo del pastor y el encanto de todas las chicas, en especial de mi propia hija, se acuesta con su mejor amiga y tras una pelea la deja sola en la ruta a altas horas de la noche. ¿Eso estas diciendo qué hiciste?

—Sí −responde —. Por eso fui a buscarla cuando me llamo, me sentía culpable. Salí a buscarla más de una vez pero no supe nada de ella hasta que me llamo. ¿Qué podía hacer más qué compensar lo que había hecho?

El silencio lo pone más nervioso.

—Puedes irte —le digo —. De todos modos no encontramos evidencia de ti en su ropa.

Hans tensa su mandíbula y se pone de pie, mirándome fijo. Me acerco a abrir la puerta y le susurro:

—No te vuelvas a acercar a Venus después de esto.


NOTA DE AUTORA: Cada día desconfió más de Hans pero igual lo quiero. Díganme, ¿hasta ahora tienen un personaje favorito?

¿Qué pasó con Elizabeth Parker?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora