Bruce Wayne acepta tener una cita a ciegas para contentar a Alfred. Por su parte, Clark Kent está cansado de estar soltero y decide probar suerte en una app de citas para conseguir pareja.
Pero el plan cambia cuando Barry, su desempleado rommie husm...
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Bruce ha estado solo tanto tiempo, que no cree necesario tener una pareja, sin embargo, Alfred le ha insistido en que use una app para conseguir una cita.
—Ya te lo dije, Alfred. No conseguiré citas, no estoy interesado en formalizar, ni ahora, ni nunca. –decía Bruce, quién estaba frente al ordenador trabajando en los próximos reportes de la empresa.
—Escucha, Bruce.
El antes mencionado dejó a un lado sus cosas para prestarle atención a Pennyworth, la conversación ahora se tornaba un poco más seria.
—Fui a Florencia, hay un café, a orillas del Arno. Todas las buenas noches, me sentaba allí y pedía un Fernet Branca. Tenía esta fantasía, que miraba al otro lado de las mesas y te vería allí, con un esposo y tal vez un par de hijos. No me dirías nada a mí, ni yo a ti. Pero ambos sabemos que lo lograste, que eras feliz. Nunca quise que volvieras a Gotham. Siempre supe que no había nada aquí para ti, excepto dolor y tragedia. Y quería algo más para ti que eso.
—¿Eso querías? –lo miró
—Aún lo quiero.
Bruce bajó su mirada nuevamente y jugaba con sus dedos ante lo incómodo y extraño que se sentía después de ese largo sermón. Aunque Alfred siempre sabía cómo sobrellevarlo.
—Pero sé que eres un hombre al cual le gustan los desafíos, así que, te pondré a cargo de un proyecto muy importante... ¡Matrimonio!
—¿Vas a casarte?, ¿Quieres que organice la boda? –alzó una ceja.
—¡¿Cómo cree, señor Wayne!?, ¡Me refiero a usted, yo ya estoy viejo para eso. –habló, manoteando un poco
—Quizás seas tú quien quiere matrimonio, Alfred, ¿será por eso que es tanto la insistencia hacia mi?
—Solamente me preocupo por usted, amo Wayne. Cada día estoy más viejo y algún día tendré que partir, no me gustaría que se quedará solo en estas cuatro paredes.
—Siempre ha sido así, no cambiaría mucho.
—Sé que no voy a ganarle, así que solo piénselo. ¿No le gustaría saber lo que es el amor verdadero?
—Me gustaría... un poco más de café, Alfred.
El mayordomo soltó un largo suspiro, era imposible hacer entrar en razón al señor Wayne, así que mejor fue a servirle más café, eso era menos complicado.
...
Bruce seguía sentado frente a su ordenador, mañana tenía que dar un discurso importante en el evento de la empresa LexCorp, pero no podía concentrarse, las palabras dichas por Alfredo lo hacían cuestionarse una y otra vez, ¿Esta es la vida que quieres para tí?
Aunque no estaba del todo mal, pensó, tenía fortuna, admiradores y empresas, pero aún así siendo el soltero más codiciado de Gotham, no era feliz, no en el concepto que él sabía.
Se recargo en el respaldo de su asiento y froto sus ojos, después miró la hora en su teléfono, eran casi las doce de la noche y era un trabajo de nunca acabar a pesar de los más de dos cafés que se había bebido.
Bruce entró a la tienda de aplicaciones y escribió en el buscador la palabra "citas", lanzandole al instante un montón de resultados sobre esas aplicaciones.
¿Cuál tenía que escoger?, no lo sabía, la más popular entre todas era Tinder, así que lo hizo, instaló e inició sesión en ella. Esto era nuevo para Bruce, definitivamente, pero lo lograría, se casaría con su próxima cita.
