Propuesta Laboral | superbat

Capitulo 6.

Después de las pruebas recopiladas por Arthur, el joven Wayne se encontraba frente a su escritorio pensando seriamente en el gran mentiroso Kent.

¿Qué pensaba hacer?, no era muy difícil, le daría una lección que nunca olvidaría, así que no debió de engañarlo, ya que no se quedaría de brazos cruzados.

—Señor Wayne, aquí tiene la lista de sus próximos compromisos.

—Gracias, ah, señorita Lang.

—¿Sí, señor?

—Necesito que vaya a Daily Planet. Envié una canasta o algunas flores, le brindaré un ascenso al señor Clark Kent y que mejor con un regalo.

—Necesito que me hagas el favor de recoger tus cosas, Clark. –dijo Perry.

—¿Qué?, ¿Pero porque, señor?, He hecho muy bien mi trabajo, no puede simplemente despedirme. –Kent nervioso jugaba con sus dedos, mientras le expresaba su inconformidad al jefe White.

—Nadie habló de despedirte, Kent. Felicidades, obtuviste el ascenso.

—¿En verdad? –alzó ambas cejas.

—Sí, así es. Es mejor que te des prisa, la señorita te está esperando en la recepción, te reubicarán de planta.

Clark le agradeció a su jefe y salió de la oficina, en camino a su área de trabajo notó un gran arreglo floral con una nota:

“Felicitaciones por tu ascenso,
de tu familia Daily Planet.”

—Si que son lindas, ¿son de algún admirador secreto, Clark?

—No, Lois. Solamente me felicitan por mi ascenso.

—¡Por Dios, Clark, lo lograste!, muchas felicidades por tu logro.

—Gracias por apoyarme, Lois. Te echaré de menos.

—Y yo a tí, pero es una excelente oportunidad de crecimiento, así que debes aprovecharla al máximo.

Clark sonrió y con un grande abrazo se despidió de su compañera de trabajo, para después tomar sus cosas y salir del área.

Una vez que llegó a la recepción, la señorita Lang se dirigió con él y lo guío hasta la salida.

—Señor Kent, por favor, sígame.

Clark subió junto a la señorita al auto para ir hasta donde sería su nueva trabajo, la emoción jamás permitió que se preguntara por que el recorrido era algo largo, incluso hasta se quedó dormido en el trayecto.

En cuanto llegaron, la señorita Lang lo despertó con delicadeza, pero Clark despertó algo asustado.

—¿Qué pasó?, ¿Ya llegamos?

—Así es, señor Kent. Sígame.

Clark bajó con algo de dificultad del auto, aún estaba adormilado y ni siquiera puso atención a su alrededor, solamente seguía a la amable señorita Lang, quién lo guío hasta una sala de espera.

—Espere aquí.

Clark asintió y tomo asiento pacientemente.

Mientras tanto, Bruce se encontraba dentro de la oficina jugando con un cubo Rubik.

—Señor Wayne, el señor Clark Kent ya se encuentra aquí.

—Hágalo pasar, por favor. –respondió dejando de lado el cubo Rubik, acomodó su corbata y un poco su peinado.

—Buenos días. –saludó Kent, quién recién terminaba de limpiar sus anteojos.

—Buenos días, señor Kent. –sonrió burlonamente.

Clark abrió su boca sorprendido, hasta se colocó de inmediato sus gafas mirando hacia el suelo.

—Nos volvemos a ver. ¿Es algo raro, no lo cree?

—Ah.. sí, bueno, solamente lo he visto aquella vez en la fiesta del señor Luthor.

—Como olvidarlo, usted me atacó. Por lo que veo recibió las flores.

—¿Son de usted? –preguntó confundido.

—Sí, acostumbró a mandar un arreglo de flores cuando admito un ascenso a los empleados. –mintió.

—Oh, gracias. –Clark rió nervioso.

—No agradezca, es un reconocimiento de parte de su jefe hacia usted.

—¿Usted..es mi jefe?

—Sí, bueno, ya lo era, pero ahora soy el jefe directo, ¿lo sabe?

—¿Disculpe?

—Así es, soy su jefe. Desde ahora trabaja para mí, aquí en Wayne Enterprises. –sonrió nuevamente – Felicidades por su ascenso.

Clark sonrió preocupado. Era como si todo estuviera en su contra. Lo que sería el mejor día de su vida, se convirtió en lo peor.

—Eh, muchas gracias, señor Wayne. Daré lo mejor de mí para este trabajo.. ah, bueno, aunque no sé cuál sea mi puesto ahora y menos aquí en su empresa, ya que en Daily Planet era un reportero más.  Wayne Enterprises es un ramo totalmente diferente.

—Lo sé y como sé que es muy bueno recordando, redactando cosas y asistiendo a eventos será mi secretario.

—¿Su..su secretario?

—¿Hay algún problema con eso?

—No, será un honor ser su secretario. –soltó una risa – Déjelo todo en mis manos.

—Bien, me alegra que esté dispuesto a trabajar de una vez, ya que necesito que redacte y digite los diversos documentos que se encuentran sobre mi escritorio, que administre mi agenda, que realice la convocatoria a reuniones, que lleve el control y archivo de actas, correspondencia, llamadas, y además que me compre el desayuno, cheque que mi auto esté listo y que mi abrigo luzca impecable.

—¿Cuándo quiere que empiece?

—Desde ahora.

La paciencia sería la mejor virtud que Clark debería de tener a partir de ahora.