08.

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Iba caminando junto a Alastor con algo de nerviosismo, ahora estábamos en su habitación, dentro de una especie de bosque encantado, era fantásticamente raro, pero un lugar agradable.

Lo tomaba de su antebrazo con algo de delicadeza, el mencionó no molestarle mi toque hacía su persona, pero aún no me encontraba segura, por lo que lo solté, y seguí caminando, pero Alastor se detuvo.

—No es necesario que hagas eso, querida, ya mencioné que no me molesta para nada que una hermosa dama como tú me toque, no en el mal sentido. — agrandó su sonrisa y se acercó a mí—. Sé que tu mente crea escenarios algo subidos de tono, quién pensaría que una mujer con pureza y cara de ángel, siendo uno, fuera alguien tan... Interesante.

—¡No digas eso! Yo... Yo no soy así, solo en ese entonces... Sé que lo hiciste a propósito, no olvides que puedo saberlo todo... — me crucé de brazos y le dí la espalda, sentí como me abrazó y susurró a mi oído.

—Incluso haciendo una rabieta te ves tan linda, ¡sigamos con el paseo! — dicho esto pasó por mi lado y se detuvo frente a mí tomando extendiendo su mano para que yo la tomara.

Dudé en hacerlo, pero al final lo hice, y seguimos con el paseo.

Cada vez que nos profundizabamos en el bosque era mas misterioso, frío y lúgubre, llegó al punto donde el olor era tan malo e insoportable que no pude evitar una arcada, que gracias a Dios Alastor no notó, pero en eso sentí algo en mi pecho, algo que me decía que no siguieran hacía adelante, pero no obedecí.

Aún con el insoportable olor hasta el cuello seguí caminando a su lado, Alastor se veía tan como y feliz, y cuando este se detuvo yo lo hice.

No había mirado hacía el frente por temor, pero poco a poco levanté la cabeza y esa escena era lo menos que quise ver en toda mi vida.

Sentí temor, un temor inexplicable, el cual me transmitió un escalofrío por mi espalda y me hizo retroceder.

Miré a Alastor con algo de angustia y empecé a negar. No podía creer que él fuera un humano tan cruel, que a pesar de haber sentido su aura malvada y oscura le quise dar una oportunidad, pero esto... Esto no me había gustado para nada.

—¿P... Por qué...?, ¿por qué tienes a pequeños demonios nacidos en el infierno y animales así? ¿¡Por qué eres tan malvado!? — expresé con decepción y solo aparecí en la sala principal del hotel, cayendo de rodillas en el suelo mientras lloraba sin consuelo.

Charlie al verme se acercó a mí y me ayudó a levantarme, para luego llevarme hacía el sillón y sentarse a mi lado.

—¿Qué ha sucedido mamá? No he visto a Alastor en todo el día... ¿Él te hizo daño? — toma mi mano con delicadeza y me miró con preocupación.

Vaggie había llegado con un vaso de agua y con algo de temor me lo entregó, para luego simplemente irse.

Miro el vaso con algo de tristeza y tomó de él. Charlie acariciaba mi mano y luego suspiró, poniéndose de cuclillas frente a mí, la observo con pesar y empiezo a acariciar su cabello.

—Alastor es malvado... Tenía a demonios Imp y algunos venados desmembrados en un bosque encantado en su habitación, pensé que sería un paseo agradable, pero.. pero fué tan horrible ver eso... — sollocé.

Charlie me abrazó y susurró.

—Se que tu estilo de vida cambió mucho con la llegada de Lilith y el divorcio de papá, pero ya verás que todo mejorará, que la depresión no te haga dejarme nunca mamá... — dice tristemente—. Haré que Alastor ya no se vuelva a acercar a ti, lo prometo.

ETERNOS | 𝑨𝒍𝒂𝒔𝒕𝒐𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora