03.

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CRISTA—

Hace unas horas atrás me había levantado, a causa de un cierto malestar que me causaba una presencia en el hotel, y esa era la de Alastor, él digamos que su vibra no era para nada agradable, cualquier mortal diría que le causaba temor, pero en mi caso no era así, soy un ángel caído, por lo tanto no me convertí ni en mortal o demonio, incluso sigo teniendo mis poderes, aunque mis labores ya no sean para el paraíso.

Sentía un raro presentimiento, ese que te decía que algo malo sucedería si no hacía nada por el estilo. Una pesadez en todo el hotel que tal vez solo yo podría sentir y eso no era para nada agradable cuando se hablaba de personas que amaba, ya que eso eran indicios de algo no muy bueno.

A pesar que me arrepentiría después, salí de mi habitación y camine por los oscuros pasillos hasta el ascensor. En todo eses trayendo me sentí vigilada, incluso escuchaba susurro, pero simplemente los ignoré.

Cuando llegué a la primera planta y di un gran suspiro para mantenerme tranquila, aunque me costaba el hecho que algunas cosas me pusieran nerviosas. Salí de ascensor y busque a Charlie, a pesar que mis poderes podrían ayudarme a ubicarla, en estos momentos no me sentía nada bien para utilizarlos, me causaba un cierto dolor de cabeza al punto de llegar a marearme.

Mi mirada examinó todo el lugar, a como había llegado décadas atrás, ahora parecía más remodelado, amaba el gran trabajo que había logrado mi pequeña.

Inconscientemente sonreí.

—Charlie... ¡Cariño!, ¿estás bien? — pregunte, mientras caminaba con tranquilidad por lo que era el primer piso.

Al no tener respuesta seguí observando el panorama, no muy agradable al ver continuos cuadros de Lilith y Lucifer, ese fue el trago amargo.

No llevaba la cuenta de cuanto tiempo me quedé viendo un cuadro donde salía Lilith, Lucifer y mi pequeña angelito, incluso se podría decir que Charlie fuera hija de ella, no podía negar que a pesar de ser una mortal era muy bella, digno de una creación del altísimo.

Sentí mi mirada con cada segundo que pasaba se volvía melancólica, incluso ni yo sabía en que momento empecé a derramar lágrimas, pero antes que pudiera llegar a peor, una voz habló a mis espaldas, dándome un terrible espanto.

—Es muy raro de ver que una mujer se quede morimunda al ver un recuadro de su ex esposo y su nueva mujer. Cada vez los mortales son peores. — se burló a mis espaldas, ganándose un fuerte golpe en el rostro por el susto que me había dado, no intencionalmente.

Me giré rápidamente y lo mire asustada, ahí me di cuenta que ese era el mismísimo Demonio de la radio, y su expresión no daba mucha tranquilidad qué digamos.

Me acerque a él con algo de preocupación, note sangre salir de su nariz y no pude evitar hacerlo, tomé sus mejillas con delicadeza, pero antes que logrará hacer algo, él se apartó con brusquedad, pero se quedó ahí, observabdome, acción que me hizo sentir pequeña a su lado, aunque literalmente fuéramos casi de la misma altura.

—Yo... Discúlpeme, de verdad no fue intencional golpearlo... Me asusté un poco al sentir su presencia a mis espaldas. —expresé apenada. Alastor sonrió, aunque ya lo estuviera haciendo desde hace tiempo antes e hizo una reverencia con la cabeza, aunque dudaba el hecho que lo hiciera mostrándome respeto.

—No hay problema, un error lo comete cualquiera, incluso un pequeño ratoncillo asustado. —expresó con algo de gracia. Al parecer no era una persona seria.

Me quede en silencio, el ambiente era algo tenso y para nada tranquilizador, me hacía sentir como su presa y eso me ponía los pelos de punta.

Quién diría, la reina del inframundo temiendo por un demonio que alguna vez fue mortal, que irónico.

ETERNOS | 𝑨𝒍𝒂𝒔𝒕𝒐𝒓Onde as histórias ganham vida. Descobre agora