Grooming

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Christopher observaba con cierta diversión como Demian trataba de hacerle que creer que solo era casualidad que estuviera allí, sus ojos se desviaron a la cosita hermosa que estaba parada al lado de su paciente, era una niña, sabía que era la hija de Demian este le había mostrado una foto de bebé, en esa tenía unos meses aquí al parecer estaba por cumplir tres, era preciosa, se parecía a su padre solo en el color del cabello y los ojos, el resto estaba seguro de que era de la madre de la pequeña.

- ella es Rachel, ¿cierto? - pregunto el doctor ignorando los balbuceos del muchacho.

- él es Christopher - presentó Demian instando a la niña a saludar.

- hola - saludo la pequeña con un mini saltito que hizo que sus rulos rojizos brincaran hermosamente, eso derritió al psiquiatra, le dieron ganas de cargarla y comérsela a besos, le recordó a la rosita fresita que le había comprado a su hija la última vez que la vio.

- hola princesa - la niña estiró la manito, de una manera tan formal que le hizo gracia, también la saludo incluso los dejo sentarse con ellos en el desayuno, pero Demian no vino solo con la niña, había una chica con él que presentó como Amber, debía ser la compañera de universidad de la que le hablo, no estaba fea, aunque era muy promedio, parecía muy conversadora, eso era bueno ya que su paciente era demás callado, Rachel era un sol, muy risueña todo lo contrario a su padre, cuando Chris se inclino tomo una taza no pudo evitar oler el cabello de la nena.

- lo siento, se que es raro, quería saber si olía a fresas, es que...

- ¿rosita fresita? Lo se, por eso le hago rulitos y le compro champú de fresas - eso era bueno, no quería ser un tipo espeluznante que olfatea niños, la chica fue alistarse a la habitación, Christopher no dejaba de observar a Demian jugar en la nieve con su hija, aunque ella tenía que quedarse en un área adaptada para niños, allí enseñaban hacer figuras con la nieve, habían juguetes mientras los adultos iban a squiar.

- que maravilla, dos por uno, te ligas al papá y en automático tienes hija nueva - le dijo Xavier pero aunque parecía estar bromeando había recriminación, eso lo ofendió más de lo que debería.

- ¿estás loco? Es un niño - se quejo el psiquiatra, claro que de refería a su paciente, apenas si pasaba de los veinte ese muchacho, era un bebé.

- está lo suficientemente grandecito, ya tiene una niña, cuidado con lo que vas hacer con ese chico - eso ya fue una acusación directa.

- no estoy interesado de esa forma, solo lo estoy mirando por la pequeña, pude tener poco a mi hija...

- ya se que te llora el útero cada vez que ves una nena, por eso siempre te aconsejo una relación seria que se que tu también quieres, así podrías o adoptar o usar madre de alquiler como yo, se que querías una familia y creeme que lo peor que puedes hacer a tu edad es perder el tiempo y arriesgarte a perder todo lo que has conseguido en estos años por una baja pasión, es bello, pero no vale la pena.

- a mí no me interesa ese niño

- por eso estabas tan resongon con Gustavo, a mi ya se me hacía raro, si eres el rey de las relaciones cortas, por qué no te estas poniendo histérico, en otros casos no te hubieras quedado tan campante.

- no lo iba a mandar de vuelta con ese pequeña, además yo no soy dueño del hotel para andas decidiendo quién se queda y quién se va.

- no, pero te hubieras ido, es más, parece que estás encantado y que te hace gracia.

- debo tener paciencia, Demian tiende aferrarse, tiene problemas en ese aspecto, sintió que le moví el piso cuando me fui y entro en pánico, para mí es muy importante ya dentro de poco voy a terminar el libro, no te preocupes que yo voy hablar con él.

Dulce y perversoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora