Mando yo

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Siempre pensó que Renata era sincera pero se equivocó, luego de que su padre lo encontrará con Renaldo lo amenazó con dejarlo sin nada, fue débil lo sabe.

- amor que se vaya al diablo, no lo necesitas - su pareja trataba de convencerlo de que basta de mentiras, pero él solo negaba con la cabeza, en ese momento no entendía por qué su pareja no comprendía que era el legado de su familia, y si, se refería al dinero, su padre no duraría mucho, en ese momento pensaba que era su novio el que era irracional, ¿acaso no le interesaba tener una vida de lujo? La respuesta era no, ahora entendía a qué se refería Renaldo, su novio no estaba dispuesto a compartirlo con nadie no seguiría con él si se casaba.

Allí pareció que Renata lo ayudaba, se ofreció a casarse con él, era perfecto, todo sería falso, convenció a su amante de que sería solo de papeles había acordado como sería lo del niño y termino por qué aceptara, su padre no dijo nada por la elección no le importaba siempre y cuando fuera mujer.

Lo problemas comenzaron en la noche de bodas, durmió tarde por lo cansado que fue,, Renata queria un matrimonio de princesa, ¿y por qué no complacerla? De hecho ya había arreglado que ella no se iría con las manos vacías, en serio pensó que todo saldría bien, sus manos fue lo primero que sintió en sus pecho.

- ¿que haces? - ella era la que parecía extrañada por el rechazo.

- es nuestra noche de bodas - respondió con naturalidad.

- sabíamos que este matrimonio era falso, ¿a qué se debe esa actitud ahora? - se levantó de la cama rápido como si fuera una doncella apunto de ser deshonrada.

- ¿pero como tendremos el bebé?

- insiminacion - fue la palabra que salió de su boca, ella puso cara de espanto, cuando él le dijo que deberían tener por lo menos un hijo, cuando Renata le pregunto ¿cómo? Christopher le contesto que buscarían la manera, asumió que sabria que no habría sexo, eso había usado para calmar a Renaldo,

- pero creí... Creí que lo intentariamos... - ella lloro, se sintió mal, pero no podía hacer nada, ninguna mujer nunca le despertó algo y está no era la excepción, las cosas fueron tensas apartir de ese momento, Renata casi no le hablaba, pero no le quedaba más opción si quería la parte del dinero que se le prometió, Christopher no sabía pero en ese instante ella había empezado a odiarlo cada vez que salía a verse a escondidas con el que pensaba que era el amor de su vida, hicieron dos intentos en la clínica de fertilidad bajo seudónimos, no querían correr riesgos de ser descubiertos por su padre.

Cuando le dieron la noticia del embarazo no pareció contento, más bien cauteloso y desconfiado.

- solo verá cuando nasca - respondió con su amargura de siempre.

El viejo mando hacer fiesta a la semana de nacer Penélope, a la que pusieron asi por su madre, más bien después de la prueba de ADN, aunque no era necesario la pequeña era igual a su abuela, esperaba un varón para continuar el apellido pero naciendo Paulina le demostraba que podía tener hijos, casi un año después de eso murió, creyó que por fin estaría con la persona que amaba, tendría que ponerse de acuerdo con Renata, pero eso no paso, ella se nego a darle el divorcio tomando a la niña de rehén.

Cuando llevo a su esposa a la clínica para que su hija fuera concebida solo la veía como instrumento para tener contento a su papá, jamás pensó lo mucho que se podía llegar amar algo que es parte de ti, Renaldo lo apoyo con un abogado, asegurándole que no le podía negar ver a su hija, pero Renata consiguio fotos de él y su amante pagandole al portero, eso no pintaba bien, a los ojos de todos estaban casados y él era un adúltero y con un hombre, eso hacía parecer que llevaba una doble vida, la cereza del pastel fue cuando estuvo a cargo de Penélope, o se supone que estaría pero Renata le dió algo en la bebida, cuando despertó estaba la policía sacando a un montón de gente de su casa, todo era confuso, al parecer había una enorme orgía gay, drogas y más cosas ilicitas.

Dulce y perversoWhere stories live. Discover now