Lauren y yo habíamos planeado salir esa tarde al centro comercial junto con Ally y Angie.

La tarde en la que acepte ser novia de Lauren, nosotras cuatro habíamos decidido ir a ver una película antigua a mi casa... Que terminamos cambiando por una botella de vino y el mejor spaghetti hecho por mí. Como producto de mezclar mis pastillas con vino y pasta, en la alfombra había quedado una enorme mancha de vino y la confesión de Ally.

Yo lo había sospechado desde que estaba en el primer semestre de la universidad, pero jamás me había atrevido a cuestionarla, tampoco era muy educado de mi parte hacerlo; pero, Lauren Jauregui era una diosa para hacer todo lo que su brillante mentecita ideara. Así que, habíamos conseguido que Ally contestara con la verdad a la simple pregunta "¿Eres lesbiana?". Dos días más tarde, Ally nos confesó a Lauren y a mi, que tenía sentimientos amorosos por Angie. Y desde entonces, habíamos salido las cuatro como si fuera una cita doble... Aunque Angie no lo sabía.

Una semana de relación, y no había besado a Lauren.

¿Cómo podría? Parecía la tarea más difícil del mundo. Y yo deseaba tener el valor suficiente para solo juntar mis labios con los de ella. Nunca lo había tenido, no con alguien más, y dudaba mucho de ser capaz de dar el primer paso para ello. Sobre todo, cuando sabía que yo no le gustaba a mi novia.

Lauren llegó tarde a nuestra reunión en el centro comercial, ella tenía que salir de la universidad y correr a su hogar para ayudar a su padre con algunos de sus negocios. Ally, Angie y yo, ya casi terminábamos nuestros cafés en el área de fumadores de Starbucks; café y delicioso frío de aquel seis de Diciembre, era perfecto.

Cuando yo estudiaba en el colegio, pasaba mis horas de almuerzo en la cafetería de la escuela apostando un poco a un juego de cartas llamado "Happy King" y era una experta en él. Había ganado cientos de dólares cada día, sólo por tomar la decisión correcta siempre. Incluso había derrotado a algunos de mis profesores. Cuando llegué a la universidad, me dediqué a enseñarles ese juego a mis compañeros, pero cuando Lauren lo aprendió... Cambiaron las reglas de las apuestas, y el nombre del juego.

Ally se había quitado las botas y su chamarra, Angie la bufanda y sus zapatos. Yo seguía completamente vestida, al igual que Lauren. Mi única competencia, la única que me había derrotado en algunos cuantos juegos de cartas, pero jamás en "Strip happy King". Ya no sabía si se debía a mi alto grado de habilidad para el juego, o a mi alta necesidad de mantenerme siempre vestida lo que me hacia ganar. Sobre todo, si estábamos en una de las mesas de Starbucks dando todo un espectáculo.

Había logrado evitar que Lauren se quitará el brassier cuando perdió una ronda de Happy King, casi estaba segura que había perdido a propósito para hacer aquello que no logró.

Recorrimos casi todas tiendas del centro comercial cuando ya habíamos tenido suficiente de la cafeína y de los desnudos parciales de aquellas chicas. Como siempre, yo había ganado.

"¿Quieres un pedazo de mi?" Comenzó a decir Lauren mientras caminábamos por el pasillo rumbo al gran estacionamiento.

Habíamos comenzado a juguetear en la última tienda y habíamos tenido algunos acercamientos que cualquiera hubiera crecido que terminarían en un beso, pero Lauren parecía demasiado a ferrada a que yo diera el primer beso.

Oh no Lauren, tienes la terrible suerte de que tu novia es la más insegura del mundo... Y no da los primeros pasos jamás.

"Lo quiero todo" le respondí a Lauren cuando gritó por quinta vez quieres un pedazo de mi.

"Entonces ven por ello"

Y me acerqué, lentamente mientras en mi mente trataba de pensar sólo en Lauren, pensar en lo lindo que sería tener el valor de poner mis labios sobre los suyos y demostrarle lo que sentía por ella. Tenía que hacerlo, no era muy difícil... Un segundo y me habría derrotado a mi misma, a mi inseguridad.

Lauren fijó su mirada en la mía, sus ojos verdes retándome a hacerlo, a por fin besarla después de tanto tiempo de espera. ¿Cuánto más podría resistirme a ella?

Bésame Lauren, por favor bésame. Era todo lo que podía repetir en mi mente, era todo lo que la voz en mi cabeza pedía a gritos.

Un pequeño suspiro escapo de mi pecho mientras acercaba mi rostro al de ella, tenía que vencerme, tenía que lograrlo...

Camine rápidamente hasta llegar al automóvil de Lauren. Podía sentir como mi corazón latía con fuerza, como si estuviera a punto de salirse de mi pecho, como si me estuviese odiando. Miles de pensamientos corrían por mi mente, miles de ellos sólo eran preguntas que jamás podría responder.

¿Por qué?

Lauren me abrió la puerta del copiloto y yo moví el asiento dejando que Angie subiera a la parte trasera. Ally había desaparecido entre los autos después de despedirse, tenía un largo recorrido que hacer hasta su hogar en Chula Vista.

¿Por qué era tan difícil poder besar a Lauren? Era mi novia, y lo que sentía por ella era algo realmente sorprendente, algo grande que no había sentido por Cat y mucho menos por alguno de mis ex novios.

¿Por qué Lauren no me besaba? Sabía que no le gustaba, no completamente, pero ¿Eran tan pocas las ganas tenía de estar conmigo, que un beso en los labios podía resultar no deseable?

¿A quién en su sano juicio no le gustaba que lo besaran?

Un poco de música sonaba en los altavoces del auto mientras Lauren conducía por la autopista.

"¿Por qué no me besas?" Pregunto de pronto dejando que la música pasará a ser sólo parte del soundtrack de nuestra conversación.

"¿Por qué no me besas tú a mi?" Pésima respuesta Camila, pésima respuesta, pero tal vez podría salirme con la mía y evitar responder.

"Porque quiero que tú lo hagas".

"Pues bésame primero y después yo te besaré todas las veces que quieras"

¿Qué? ¿Yo había podido decir eso?

Sentía que había ganado la batalla, Lauren tenía la vista clavada en la carretera y no decía mi una palabra. Estaba seria, pensativa, como nunca antes la había visto.

Había ganado la batalla.

Lauren volteó a verme con una pequeña sonrisa en sus labios, y antes de que yo pudiera darme cuenta, vi como se estiró desde su asiento al mío sin dejar de conducir y en menos de un segundo pude sentirla sobre mis labios.

Ahí estaba, nuestro primer beso, en el asiento delantero de su automóvil, a cincuenta millas por hora. Con Angie en el asiento trasero y la ventana de Lauren dejando entrar el viento que despeinaba su cabellera.

Me sentía mal conmigo misma por no haber dado ese paso yo, pero no podía evitar sentir que flotaba mientras Lauren continuaba conduciendo hasta mi hogar.

Lauren Jauregui era mi novia, y por fin me había besado.

Mi novena besadora.

The Edge (CAMREN)Where stories live. Discover now