Un Torneo Estúpido

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Después de intensos meses de entrenamiento en la máquina de gravedad de la Corporación Cápsula, Goku, Gohan y Vegeta habían alcanzado un nuevo nivel de fuerza

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Después de intensos meses de entrenamiento en la máquina de gravedad de la Corporación Cápsula, Goku, Gohan y Vegeta habían alcanzado un nuevo nivel de fuerza. Aunque aún no habían dominado el Ki divino, su poder había aumentado considerablemente desde su última confrontación con Bills. Los tres saiyajines se encontraban agotados pero satisfechos tras su ardua sesión de entrenamiento.

Sin embargo, su momento de descanso se vio interrumpido por la llegada inesperada de Bills y Whis. La presencia de los dos seres divinos puso a los saiyajines en alerta, sin saber qué intenciones podrían tener al regresar después de tantos meses.

Mientras Whis se dirigía en busca de Bulma, atraído por la promesa de más deliciosas viandas, Bills permanecía con los saiyajines. La atmósfera estaba cargada de una tensión palpable, a la espera de las palabras del Dios de la Destrucción. Con una calma que contrastaba con la agitación interna de los guerreros, Bills les planteó si finalmente estaban listos para aceptar su oferta de entrenamiento en su planeta.

Goku, Gohan y Vegeta compartían un sentimiento de repulsión hacia Bills, fruto de los eventos pasados. Sin embargo, habían llegado a un consenso en los últimos meses sobre la necesidad de superar sus límites actuales. A pesar de sus reservas personales, reconocían la oportunidad única que representaba entrenar bajo la tutela de Bills para alcanzar nuevas alturas en su poder. La idea de una posible venganza se cernía en el fondo de sus mentes, como un objetivo latente.

Con una mirada de determinación compartida entre ellos, Goku tomó la palabra en nombre de los tres. Con voz firme, pero mostrando un respeto cauteloso, le informó a Bills que habían decidido aceptar su oferta. Estaban preparados para partir hacia su planeta de inmediato, dispuestos a enfrentar los rigores del entrenamiento que les esperaba y, tal vez, descubrir el camino hacia una fuerza sin precedentes.

Luego Bills, con un aire de misterio, les lanzaría una nueva propuesta, esta vez envuelta en el velo de lo desconocido. Hablaría de un torneo que les permitiría enfrentarse a combatientes de otro universo, despertando la curiosidad y el interés de los tres saiyajines. La perspectiva de desafiar a oponentes de otros mundos agregaba una dimensión emocionante a la propuesta.

Goku, como representante del trío, expresaría su aceptación a la propuesta de Bills. Veía en este torneo una oportunidad para poner a prueba los nuevos niveles de poder que habían alcanzado durante sus intensos entrenamientos. Sin embargo, un ligero aire de desconfianza flotaba en el ambiente, ya que Goku percibía que Bills guardaba información importante bajo su aparente calma.

Vegeta, siempre desconfiado y directo, interpelaría a Bills con una pregunta incisiva.

Vegeta: "Disculpe, Lord Bills, ¿a qué se debe el torneo?"

La respuesta de Bills, aunque evasiva, ofrecía una pista sobre la verdadera motivación detrás del evento.

Bills: "Es para probarle a mi hermano, el cual es el dios de otro universo, que mis guerreros son más fuertes que los suyos".

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