De Regreso a Casa

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Shin, Kibito y el anciano Kaioshin llegaron corriendo al lugar donde Goku yacía inmóvil tras el brutal impacto. La preocupación se reflejaba en sus rostros mientras evaluaban el estado del guerrero Saiyajin.

Kibito, con su dominio de las técnicas de curación, se apresuró a trabajar en Goku. Con habilidad y concentración, canalizó su energía vital para restaurar cada herida, cada célula dañada por la colisión. Con cada movimiento, la energía fluía, sanando y revitalizando el cuerpo de Goku, hasta que finalmente, su rostro recuperó un semblante de calma y serenidad.

Goku abrió lentamente los ojos y miró a Kibito con gratitud mientras se ponía de pie.

Goku: Gracias, Kibito. Me siento mucho mejor ahora.

El anciano Kaioshin se acercó a Goku con preocupación evidente en su voz.

Anciano Kaioshin: Goku, ¿qué sucedió allá arriba? ¿Has derrotado a Bills?

Goku frunció el ceño, confundido por la pregunta.

Goku: No lo sé... Todo fue muy rápido. No recuerdo qué pasó exactamente.

En ese instante, la llegada de Bills acompañado de Whis interrumpió la conversación. Una sonrisa juguetona se formó en los labios del Hakaishin, causando temor en Shin, Kibito y el anciano Kaioshin.

Goku permaneció en silencio, sus ojos fijos en Bills con una expresión seria, mostrando claramente su desagrado por la situación que acababa de vivir

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Goku permaneció en silencio, sus ojos fijos en Bills con una expresión seria, mostrando claramente su desagrado por la situación que acababa de vivir.

Bills felicitó a Goku con una sonrisa, el tono de su voz mezclaba el elogio con una burla sutil.

Bills: ¡Fue un gran combate, Goku! Hace años que no me divierto tanto. ¿Ves? No era tan difícil.

Las palabras de Bills resonaron en Goku, quien se sintió irritado por la actitud de su oponente, sintiéndose menospreciado y tratado como un mero entretenimiento.

Goku respondió con un tono calmado pero con un dejo de molestia evidente en su voz.

Goku: Sí, es verdad.

La tensión en el aire era palpable mientras Goku lidiaba con sus propias emociones, luchando por mantener la compostura frente a Bills.

Bills, con una sonrisa enigmática, extendió la oferta de entrenar juntos en agradecimiento por el combate, buscando fortalecer aún más a Goku. Sin embargo, Goku, consciente de su responsabilidad y el tiempo que llevaba fuera de la Tierra, dudaba en aceptar.

El silencio de Goku comenzó a molestar a Bills, quien expresó su irritación de manera directa.

Bills: ¿Qué dices?

Goku, buscando una respuesta que no desencadenara la ira del Dios de la Destrucción, respondió con cuidado.

Goku: Es una oferta tentadora, pero en este momento tengo otros asuntos pendientes. Sin embargo, lo voy a pensar.

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