Sad Saiyan

¿Donde está Goku?

Una semana ha pasado desde el desgarrador enfrentamiento contra Cell. En este tiempo, Goku no ha regresado a casa, sumiendo a Chi-Chi y Gohan en una profunda preocupación. La ausencia de respuestas sobre el paradero de Goku y el destino de los demás guerreros Z ha generado una atmósfera cargada de incertidumbre. Gohan, sintiendo la necesidad de descubrir la verdad, se ve obligado a desafiar las preocupaciones de su madre y emprender un viaje en busca de respuestas.

La tensión en la casa de los Son se palpaba en el aire. Gohan, decidido a descubrir el paradero de su padre, se enfrenta a su madre, Chi-Chi.

Gohan: Mamá, necesito salir y averiguar qué ha pasado con papá y los demás.

Chi-Chi, con preocupación y temor en sus ojos, lo detiene en seco.

Chi-Chi: ¡No, Gohan! No puedo permitir que salgas, ya te mataron una vez y no quiero perder a mi único hijo.

Gohan, frustrado pero decidido, responde con firmeza.

Gohan: Mamá, si no salgo a buscar respuestas, ¿quién lo hará? Si todos murieron, soy el único que puede hacer algo al respecto. Necesito saber qué pasó y dónde está papá.

La discusión se intensifica, dejando a Gohan con la decisión de enfrentar el peligro exterior en busca de la verdad sobre su padre y amigos.

Gohan voló a toda velocidad y llegó a la Corporación Cápsula con una mezcla de enojo y temor palpable en su rostro. Bulma, al verlo, pudo notar la tormenta emocional que se desataba dentro del joven saiyajin.

Gohan: ¡Vegeta, necesito respuestas ahora mismo!

Vegeta, parado con brazos cruzados y su típica expresión imperturbable, se volvió hacia Gohan.

Vegeta: ¿Respuestas? ¡Qué conveniente que aparezcas ahora, Gohan! Después de todo lo que ocurrió, ¿dónde estabas?

Gohan, furioso, le exigió a Vegeta que le explicara todo. Vegeta, con un tono frío, comenzó a relatar los eventos que llevaron a la confrontación con los androides y la aparición de un bicho raro cuyo nombre nunca supo (Cell). Gohan no podía creer lo que estaba escuchando, y su corazón se llenó de tristeza e impotencia al enterarse de las muertes de sus amigos.

Gohan: ¡¿Y tú?! ¿Por qué no hiciste nada para evitarlo?

Vegeta, sin perder su actitud desafiante, le recordó a Gohan que mientras él estaba estudiando, los guerreros Z estaban enfrentándose a la amenaza de los androides y aquel monstruo. El joven saiyajin, entre la culpa y la ira, se sintió impotente al darse cuenta de que su ausencia había tenido consecuencias fatales.

Gohan, aún con la mirada llena de ira y tristeza, interrumpió a Vegeta para preguntar sobre su padre.

Gohan: ¡¿Y mi papá?! ¿Dónde está el?

Vegeta, desviando la mirada, le explicó que Goku había desaparecido después de la intensa batalla con aquel monstruo y que nadie sabía de su paradero. La incertidumbre y la falta de respuestas solo aumentaron la frustración de Gohan.

Gohan: (frustrado) ¿Cómo es posible que no sepan dónde está mi padre? ¿No podrían rastrear su Ki?

Vegeta, con su característica altivez, respondió que la situación no era tan simple y que ni siquiera él, con su agudo sentido saiyajin, podía localizar a Goku en ese momento.

Gohan, sintiéndose abrumado por la tristeza y la impotencia, decidió emprender la búsqueda de su padre por sí mismo, negándose a quedarse de brazos cruzados mientras la incertidumbre pesaba sobre su familia.

Mientras tanto Goku, sumido en un estado de profunda melancolía y desolación, se refugió en la antigua casa del abuelo Gohan en el monte Paoz. A pesar de estar relativamente cerca de su hogar con Chi-Chi y Gohan, Goku decidió ocultar su ki, desconectándose momentáneamente de su familia y amigos. La soledad del lugar le proporcionaba un espacio para procesar la pérdida de sus compañeros los guerreros Z, sumergiéndose en la tristeza que envolvía su corazón saiyajin. 

Goku, en su aislamiento en la antigua casa del abuelo Gohan en el monte Paoz, experimentaba síntomas evidentes de su dolor y pérdida. Su vestimenta desgarrada y sucia, junto con el descuido de su apariencia, era un reflejo palpable de su estado emocional. La rutina de cazar para alimentarse, reminiscente de tiempos más simples, mostraba su intento de encontrar consuelo en la familiaridad. La falta de Chi-Chi a su lado también contribuía a su estado de vulnerabilidad, evidenciando la ausencia de cuidado y atención que solía recibir. En este entorno solitario, Goku llevaba consigo el peso de la tristeza y la impotencia, manifestándose en sus acciones diarias y revelando la profunda afectación que le dejó la reciente tragedia.

Gohan, con la mirada perdida en el horizonte, se encontraba sentado afuera de la Corporación Cápsula, sumido en sus pensamientos sobre el paradero de su padre. La incertidumbre y la preocupación se reflejaban en su rostro, mientras intentaba entender la magnitud de los acontecimientos que Vegeta le había revelado. La brisa suave soplaba a su alrededor, pero Gohan se sentía envuelto en un torbellino de emociones, cuestionándose dónde podría estar Goku y qué podría estar enfrentando en ese preciso momento. Con el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, Gohan se preparaba para emprender un viaje en busca de su padre, dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

La mente de Gohan se iluminó con un recuerdo significativo: la conexión especial que su padre tenía con su abuelo Gohan y cómo compartían el mismo nombre. La idea de que Goku podría refugiarse en la antigua casa en el monte Paoz cobró fuerza en la mente de Gohan. Sintió que aquel lugar cargado de recuerdos podría ser el refugio donde su padre buscaba consuelo. Con una determinación renovada, Gohan se puso en marcha hacia el monte Paoz, esperando encontrar a su padre en el sitio que significaba tanto para ambos.

Con estas incertidumbres en el horizonte, Gohan se embarca en la búsqueda de su padre, mientras Goku lucha en las sombras con las secuelas emocionales de los eventos recientes. ¿Será el monte Paoz el escenario del reencuentro entre padre e hijo? ¿Podrá Goku recuperar la normalidad de su vida?

[Fin del capitulo 11]