33. Hospital

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Fernando llegaba a casa en esos momentos y se sorprendió al ver aquella camioneta del hospital saliendo de allí. Aceleró sus pasos y se molestó mucho al ver allí a Rebeca, como si nada estuviera pasando.

—¿Qué haces aquí?—le dijo Fernando a Rebeca en cuanto llegó—. ¿Qué está pasando, por qué vino esa camioneta?

—Vinieron por Marissa, es por su bien, seguirá un tratamiento en un hospital psiquiátrico y cuando se recupere regresará.

—¿¡Cómo se te ocurrió semejante tontería!? ¡Ella no necesita ningún tratamiento!

—A ver, últimamente se ha puesto muy agresiva, inclusive Adrián me contó que en una ocasión que vino a verla para arreglar las cosas ella lo hirió, afortunadamente no pasó a mayores porque imagínate el problema en el que se iba a meter. Lo mejor es que se quede en ese hospital y la atiendan.

—¡La que está mal de la cabeza eres tú!—le reclamó Fernando, sin embargo pronto intentó tranquilizarse para evitar ponerse mal—. Voy a sacar a mi hija de ahí.

—Si lo haces sólo empeorarás su situación, además ya te dije que no es tu hija—le dijo Rebeca, disfrutaba hacer sentir mal a Fernando.

—Para mí siempre lo será, ella siempre me verá como su padre, date cuenta de que no lograste hacernos daño a pesar de todo tu veneno. Y como te dije, voy a ver la manera de sacarla de ese lugar.

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Marissa estaba viviendo una pesadilla, fue ingresada al hospital y tratada como si estuviera loca, ella trataba de defenderse pero la inyección que le habían aplicado no le permitía actuar con lucidez. 

—Por favor no le hagan nada a mi bebé, se los suplico—comenzó a decir ella, sentía mucho miedo sobre todo por su hija.

—No le pasará nada—dijo uno de los hombres de aquel lugar, y la encerraron en una habitación en la que la recostaron en aquella horrible cama de hospital pese a que ella se negaba.

La sujetaron fuertemente y le suministraron un sedante y medicamentos, tal y como Úrsula lo había planeado.

Úrsula se comunicó con el director del hospital para asegurarse de que todo hubiera salido conforme al plan.

—Claro que sí, señora, la tenemos bajo control—le decía el director en la llamada.

—Perfecto, entonces ya sabe lo que debe hacer, y los medicamentos y sedantes que se le deben administrar, todo sin que le afecte su embarazo, eso es lo más importante.

—Tendremos mucho cuidado con eso, entendido.

Úrsula terminó la llamada y salió de su despacho para hablar con sus hijos.

—Todo salió excelente—les dijo ella.

—¿A qué te refieres?—preguntó Adrián.

—Marissa ya está encerrada en ese hospital psiquiátrico, yo me mantendré en contacto con el director de ese hospital para que me informe de cualquier cosa—comentó Úrsula.

—Sólo espero que no se te salga de las manos todo esto, ¿eh? que si algo pasa no pienses que te voy a ayudar—le advirtió Gema.

—Eso lo veremos—respondió Úrsula en un tono amenazante.

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Mientras tanto, Kendra recibía la llamada de Fernando explicándole la situación en la que estaba Marissa, ella no podía creer lo que ocurría.

Para toda la vida || Luka ModrićWhere stories live. Discover now