nueve

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Park YongHa solo tiene tres años de edad, sus cortas y extrañas palabras no logran ser entendidas por muchas personas y es que el pequeño tiene algunos problemas para hablar. Es un niño bastante tranquilo en comparación con los de su edad, observa todo desde el filo de la puerta y se mantiene escondido cuando gente nueva va entrando. Su padre le ha llamado varias veces desde su escritorio pero el pequeño se rehusa a obedecer, del otro lado de la sala hay un hombre que le da mucho miedo.

—Buenos días. —Una nueva persona pasa a la sala y JiMin parece muy feliz de verle, incluso YoonGi estira una sonrisa hacia el castaño que ingresa.

Pero el pequeño pelinegro sale llorando de su escondite y asusta a TaeHyung en el proceso, se le queda viendo cuando ve cómo el cachorro escala por las piernas del Omega y patalea molesto cuando JiMin le acomoda en su regazo. YongHa no se deja ver, se acurruca en el pecho del mayor y suelta murmullos que únicamente su padre puede descifrar.

—¿Es...

—Por el festival de primavera la guardería de YongHa cierra y sugerí un permiso para traerlo ya que hoy no hay clases, así que... —Sonrió nervioso abrazando al cachorro que luchaba por esconderse lo máximo posible, lo que le llevó a levantar el jersey de su padre— Y-Yong-

—¡Me quiero ir a casa! —Alardeó tapándose con la ropa del mayor, a ojos de terceros, la acción resultó tierna y algo dramática de parte del pequeño, pero para JiMin fue vergonzoso.

Es verdad que la crianza de un niño no es sencilla y tampoco se hace más fácil cuando se cuenta con la ayuda de las cuidadoras de la guardería, él es su padre y tiene la obligación de educarlo pero muchas veces se le va de las manos. YongHa no causa problemas, en verdad es muy tranquilo y suele respetar a los mayores, pero en sitios nuevos se comporta totalmente distinto, desconfía de todos y con miedo se refugia en los brazos de su progenitor, lo peor es cuando es el mismo el que le incita a socializar.

JiMin cede muchas veces, regresa a casa y su niño vuelve a ser el mismo.

—Podrías haber pedido el día libre, yo aún tengo que venir algunos días así que no tienes que preocuparte por las clases... —Musita TaeHyung en un intento de calmar los nervios del otro Omega— ¿Puedo saludarlo?

—YongHa es algo...

—¡No quiero que ese viejo gordo me salude! ¡Dile que no se acerque a mi! ¡Sus tripas van a explotar! —Chilla y se retuerce en su escondite, sus pies quedan por fuera de la ropa de JiMin y en un intento de esconderlos, el cachorro toma las punteras con sus manos— V-Voy a morir...

JiMin suspira cansado, no le presta demasiada atención a YoonGi cuando éste se pone de pie, agotado pelea con el cachorro para que deje de estirar y ensuciar su ropa pero solo logra que se enfurruñe más de lo que ya estaba y se meta debajo del escritorio llorando.

—¡Llévame a casa, no quiero estar aquí! —Grita entre lágrimas y TaeHyung esta vez se preocupa y se aleja un poco del escritorio que antes le pertenecía para posicionarse del lado de YoonGi, aunque éste se haya desplazado hasta donde estaba JiMin.

—Ey... —Murmura asomándose por un costado hacia el interior de la mesa donde el cachorro se encoge entre fuertes espasmos— ¿Te gustan los gatos? —Pregunta sin importarle que el niño tiemble de miedo y llore de manera escandalosa.

El Omega intenta darle malas noticias a YoonGi diciéndole que nada le calmara a menos de que le lleve a casa, pero el Alfa alza un dedo y lo lleva a sus labios en señal de silencio, confundido voltea hacia abajo y ve cómo su hijo destapa sus ojitos apartando sus dedos lentamente para ver a YoonGi. Hipidos cortan su respiración y las lágrimas embarran sus mejillas, no esta en condiciones de salir y por lo que se ve, tampoco se iba a calmar tan fácilmente.

pregnancy is a cakewalk | kooktaeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora