uno

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—Deberías ventilar aquí... —La voz del chico hizo que el Omega volteara a verle rápidamente, encontrándole de pie a un costado de la puerta, bastante serio para su gusto.

—Pensé que no vendrías nunca... —Se quejó en un tono bajo, algo distinto a lo que está acostumbrado.

JungKook hizo un mohín, sin querer iniciar la conversación.

—Estoy embarazado. —Dijo, sus ojos penetrando el suelo.

Desde que TaeHyung se pasó por su casa a dejarle una ecografía de su supuesto bebé, las cosas en la cabeza del Alfa no tienen sentido alguno.
Es decir, rompieron ocho meses atrás y tuvieron un encuentro casual en el que el alcohol se presentaba ocasionalmente para embriagar la conversación, se suponía que ambos tenían un buen aguante y que la tensión sexual que existía cuando eran pareja ya se había extinguido para ese entonces. Pero JungKook acabó en el ático de TaeHyung la mañana siguiente, ambos con señas claras de un sexo feroz y poco amoroso, aún así ninguno se preocupó por entablar una despedida o algo similar. El Omega esperó pacientemente a que JungKook saliese de su casa y así lo hizo, sin mediar palabra alguna.

—¿Felicidades? —Espetó con desdén, su ceño marcándose un poco cuando tuvo sobre sus ojos aquellos tristones y acaramelados del Omega— ¿Qué? ¿Qué ganas con decirme eso, TaeHyung?

El Alfa se cruzó de brazos, no abandonaba en ningún momento esa expresión de dolor e impotencia, con sus labios levemente fruncidos y esa mirada brillante sobre el cuerpo del otro. Los sentimientos que tenia arremolinados en el pecho no tenían inicio y mucho menos constaban de un final, todos enredados y confusos para un corazón que no quería empezar a entender.

—Yo... no estuve con nadie estos meses, solo contigo hace cuatro semanas. —Murmuró y empezó a jugar con sus dedos sobre su regazo, tratando de distraerse y de saber explicar— Lo que quiero decir es que-

—No es mío. —Afirmó antes de que las palabras pudiesen salir de los labios carmines del Omega, dejándolo con una nueva mueca en el rostro— TaeHyung, ¿por qué haces esto...

Durante toda su relación con TaeHyung uno de los principales sueños en común era el de tener hijos.
Lo intentaron el primer año, jugando a dejarse llevar por las noches calientes y los deseos de unirse sin más, esperaban que aquello fuese a funcionar y la primera prueba negativa marcó el inicio de un montón más.
Hicieron una pausa y hubo una temporada de infelicidad dentro del departamento, ninguno tocaba el tema y pensaban que estaban mejor de esa forma.
Luego el segundo año, con algunas preocupaciones, volvieron a intentarlo. El resultado de todos los exámenes, pruebas, estudios y consultas fue igual de cruel con el Omega como la primera vez.

El tercero fue más leve pues las esperanzas de ambos habían tocado fondo, sin embargo, más tarde TaeHyung mencionó la adopción. Y solo dos meses después, JungKook puso fin a la relación.

—¿Quieres que me haga cargo de un hijo de otro? —Musitó y el nudo en su garganta fue haciendo presión en su pecho, obligándole a expresar algo de ese dolor que aún guardaba.

—JungKook. —Llamó y está vez no se dejó manipular por su Omega, no quería seguir siendo ese chiquillo que se venía abajo cuando su Alfa alzaba la voz— Para mi también fue una gran noticia y-

—No. —Espetó— Acostarte con alguien tiene ese tipo de consecuencias, no es una noticia nueva ni mucho menos una sorpresa, TaeHyung. —Crispo sus labios antes de volver a hablar— ¿Quieres que me crea que milagrosamente te embarazaste después de tres años luchando por formar una familia? ¿Te embarazas ahora, cuando ya no somos nada? ¿Con cuántos te has acostado que ya no sabes de quién es tu hijo?

Tragó saliva, el mareo regresaba poco a poco, esa sensación de caída libre que estaba haciendo de sus días un deporte extremo y peligroso. Entendía el punto de JungKook y también imaginó una reacción de ese tipo cuando obtuvo los primeros resultados positivos de un pedazo de plástico, pero él tampoco podía dar explicaciones científicas para algo que pasó por mera casualidad y en el peor de los casos.

—Si podemos sacarnos cosas en cara en este momento, ¿puedo preguntarte por él? —Y JungKook se dejó caer en la pared bufando en voz alta— Sí, JungKook, quiero saber por qué pasaste dos años de cuatro pensando en dejarme por él y cuando por fin decidiste hacerlo e irte, me culpaste por que ya era muy tarde.

—Traté muchas veces hablar contigo, te dije que había cosas que no estaban bien entre nosotros y pensé que si te dejaba en cinta, a lo mejor volvía a amarte...

El corazón del Omega ralentizó automáticamente el bombeo, como si le diese tregua para asimilar lo que acababa de escuchar.

—Insistí en tratarte diferente para que fueras tú el que pusiera fin a la relación pero en vista de no hacerlo, lo hice yo por los dos. —Dijo y trató de enderezarse un poco— Fue tu culpa, TaeHyung. Si hubieses aceptado hablar conmigo desde el principio, no habríamos pasado tanto tiempo juntos, haciéndote sufrir con todos esos tratamientos y medicamentos...

TaeHyung relamió sus labios, parpadeó lentamente para ahuyentar las lágrimas que querían traicionarle y al final volteó a verle con una expresión calmada.

—Está bien, JungKook. —Murmuró, tragó saliva y mantuvo el contacto visual— No es tu hijo, no tienes porqué volver a hablarme. Trabajamos en el mismo sitio pero te juro que no te cruzarás conmigo, haré lo posible por evitarte y espero que lo tomes en cuenta también. —Salió de su silla y le apuntó la puerta con un mohín— Vete.

—¿Que harás con...

El Omega se alzó de hombros, sus ojos comenzaron a cristalizarse.

—Es problema mío, no te involucres en lo que no te concierne. —Dijo y JungKook asintió sin mas, suspirando para luego abandonar la sala.

pregnancy is a cakewalk | kooktaeWhere stories live. Discover now