" La canción de la espia "

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- ¿Mejor?- asintió- Bien, porque hice una lista de las películas que no vi y que, conociendo a Austin, te habrá obligado a hacerme ver-

- ¿Y el suero?- preguntó.

- Lo hablaremos en otro momento, ahora quiero aprovechar que estoy contigo aquí, sin que nadie me moleste- el sonido del microondas se hizo presente- Las palomitas-

- ¿Has hecho palomitas?- asentí.

- ¿No hacen esto en las pelis? En los libros si- respondí.

No es que nunca haya visto una peli, si lo hice, dos o tres veces, pero me gustaba más leerlas que verlas.

- Tu prepara las películas, yo voy a por la comida- deje un pequeño beso en sus labios y fui a la cocina.

Cogí todo lo que había preparado y lo llevé al salón. Lo coloque en la mesita que había enfrente del sofá.

- Ten- le di una lata de nestie y un bol con palomitas.

- Que morruda, te vas a quedar con los nachos- me miró indignada.

- Claramente, odio las palomitas saladas- dije con una sonrisa.

- Eres rara, ¿que persona humana odia las palomitas saladas?- preguntó, gesticulando en el proceso.

- Iba a decir yo, pero como has dicho humana...- bromee, intentado que pillara a que me refería.

Me miró seria antes de reírse, tardó un poco, pero lo pillo.

- Idiota- susurró.

- Gracias- me metí un nacho en la boca.

Cogió el mando y elegió la primera película, era una comedia romántica. Hora y media de película que, sorprendentemente, no me desagrado, pero sabía que era por ella, si no me hubiera largado hace cuarenta minutos.

- ¿Y bien?- preguntó una vez finalizó.

- No se que decirte respecto a todo lo que he visto, a sido súper cursi- conteste.

- Que lo digas tú me parece un chiste- sonrió.

- ¿Yo me veo así?- porque menuda vergüenza.

- Y peor- contestó riendo.

- Pues voy a dejar de hacerlo, tengo una imagen que mantener- dije con un tono de broma.

- Ni se te ocurra Tompson- me señaló.

Extendí mis nachos hacía ella, cogió algunos y se lo puso en su bol vacío. Podía haberme los terminando, pero sabía que a ella le gustaría probar los así que le guarde unos pocos.

- ¿Seguimos?- asentí.

- No me queda de otra- suspiré.

Me gane un pequeño empujón por aquel comentario, pero no me importó.

La siguiente era un poco como la otra, solo que menos cursi y con muchos más problemas. Pase mi brazo por sus hombros cuando la vi llorar porque los protagonistas se dejaban por segunda vez. La acerque un pañuelo y le hice caricias en el brazo. Sabía que si comentaba algo me llevaría una mala mirada o un empujón, así que me quedé como estaba.

Paso un rato hasta que dejó de llorar, pero nos quedamos así, ella son su cabeza sobre mi pecho y yo haciendo la caricias.

A veces me perdía partes de la película por mirarla, pero es que no podía no hacerlo, estaba preciosa aún con mocos en la nariz, para mi sería la chica más guapa. Había tenido suerte de encontrar la y, sabiendo mi historial, sabemos que mi suerte escasea, pero si esto es lo que recibo a cambio después de trece años sin suerte, lo acepto, una y mil veces más.

Mi espía favoritaWhere stories live. Discover now