Estrellas

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—Anoche me visitó la muerte —le digo a Lucero apenas entró por la puerta de mi habitación

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—Anoche me visitó la muerte —le digo a Lucero apenas entró por la puerta de mi habitación.

Se queda perpleja mirándome, aferrada a sus libros. Le sorprende verme al otro lado del cuarto, junto a la ventana. Señala el lugar con confusión y con cierta inseguridad avanza hacia mí.

—¿Cómo demonios llegaste hasta aquí? —Mira todo con extrañeza.

Me tengo que reír cuando se agacha para revisar las ruedas de mi cama.

—Se lo pedí a la muerte —le digo, convencida de lo que vi.

Lu se levanta del piso y me mira con una ceja enarcada.

—¿La muerte? —me pregunta desacomodada.

Sonrío, pero luego me invaden las dudas.

—Eso creo —susurro confundida.

Lucero deja sus libros sobre la mesilla a mi lado y levanta la cama para que pueda incorporarme un poco.

—¿Y cómo era? —Lu quiere saber.

Hay una traviesa sonrisa en sus labios.

Sonrío también y, al recordar, las mejillas se me pintan de colores carmesíes, ni hablar del calor que me invade.

No dudo en decirle lo que recuerdo:

—Era sexy. —Lucero se ríe.

—¿Es una broma? —pregunta sarcástica.

—¡No, claro que no! Era alto, con voz masculina, ojos verdes y... tatuajes —recuerdo—... oh, y me olió.

Lucero me mira con preocupación. Posa su mano en mi frente y revisa que no tenga fiebre. De seguro cree que estoy alucinando.

—Tal vez era el diablo —dice con tono divertido.

Sé que cree que estoy loca.

Tal vez lo estoy.

—Le pregunté si era la muerte y me dijo que sí —le confirmo con total seguridad—. ¿Y cómo explicas que me trajo hasta aquí? —Señaló la ventana.

Lu me mira preocupada. En el fondo sabe que es imposible que cambiara mi cama de posición.

—¿Hablaste con "él"? —insiste. Asiento y piensa en silencio unos segundos antes de decir—: no le digas nada de esto a mamá, es capaz de traer a toda la congregación y practicarte un exorcismo.

Me rio más fuerte.

Lu mira sus libros con cierta inseguridad, pero al cabo de un rato, me mira divertida y me dice:

—Yo te había traído algunos libros "sanos", pero no creo que quieras aburrirte después de que alucinaste con un demonio de tatuajes.

Me vuelvo a reír.

Corazón italianoWhere stories live. Discover now