Extra Cloe - Romanov

617 64 9
                                    


Cloe.

Mentiría si dijera que ese hombre no me atrae, es como la tentación hecha persona, todo él grita, alto peligro.


Pero me es inevitable, es como si mi cuerpo solo reaccionara, aunque le dijera que no.


Sería una tonta si quisiera fingir no saber a lo que se dedica, es obvio que esa fachada de empresario serio es solo eso, una fachada, oculta lo más importante, eso que lo vuelve completamente peligroso.


El esposito de mi saltamontes ya me lo confirmó, ese ruso es nada más y nada menos que el jefe de la mafia rusa. Un hombre que ha despertado en mí muchas cosas, algunas que aún no logro comprender.


Un hombre capaz de matar a sangre fría, y lo sé porque los recuerdos de ese día volvieron a mi azotando mi mente, fue como un torbellino, ver como mataba a todo aquel que salía de ese lugar donde nos tuvieron fue algo que me quisiera no recordarlo.


Es salvaje y destructivo, sus manos son armas que no tardarían ni un segundo en romperme el cuello si quisiera. Cuando me tuvo entre sus brazos ese día, solo pensaba en soltarme no sé ni cómo fue que pude hacerlo y dispararle en el brazo, y además de todo eso contestarle como lo hice, tal parece que la adrenalina despierta en mí el instinto de supervivencia.


Todos y cada uno de los encuentros que tuve con él no fueron ninguna coincidencia o casualidad, sé muy bien que ha estado investigándome, siguiendo cada uno de mis pasos desde que volví a la empresa, no hubo un día en que no me acosara, o si no lo hacía en persona sabía que había hombres suyos detrás mío.


Es frustrante, pero a la vez me emociona un poco, quizás ya me volví loca por pensar así, es un loco desquiciado que no me deja en paz, pero a la vez es amable, no me ha obligado a nada, solo viene y pregunta como estoy, si he comido, si las personas me tratan bien.

Aunque es un poco agotador que lo haga siempre solo por conseguir que le acepte una cita.

Tal vez hoy tenga suerte, ya me da hasta un poco de lastima, no debería ser tan dura con él solo por ser un acosador insistente.

El ruido de los vehiculos y el murmullo de la gente al salir de la empresa rumbo al edificio me recibe, mientras soy seguida por los hombres de seguridad que mi jefecito/cuñado/podría decirse amigo, puso para mí, su justificación es que Sophia estará tranquila si sabe que estoy cuidada.

A veces es todo un osito de felpa cuando se trata de mi castaña favorita. Debo decir que estoy feliz que este casada con un hombre como él, la trata bien, es su mundo e insiste en que gasta todo su maldito dinero y ella no lo hace, por dios, esa mujer no sabe lo que se pierde.

Diviso el vehículo al que debo subir, la verdad que esta vida de rica no me sienta nada mal, me agrada muchísimo, me llevan de un lugar a otro, puedo hacer compras sin importarme el monto, el sueño de toda mujer, aunque sale todo de mi bolsillo. Pero no importa por que los ceros en mi cheque cuando cobro lo puede cubrir perfectamente.

Que genial poder trabajar en lo que uno ama.

Uno de los hombres me hace una seña, queriendo que mire hacia la dirección que me indica, y no es necesario que lo haga, pues ya pude ver a la distancia quien se acercaba.

- Miller - suelto en cuanto esta a solo unos pasos.

- Señorita Denver, ¿como ha estado? - lo miro como queriendo decir en serio me preguntas eso.

- Creo que sabes perfectamente como he estado, lo has sabido ayer y antes de ayer, y toda la semana, tu jefe no ha dejado de enviarlos a ver como me encuentro, si no viene él en persona los envía a ustedes, comienzo a creer que tiene demasiado tiempo libre. Dime la verdad, no le va muy bien a su negocio ¿cierto? - la mueca en su rostro parece querer dejar salir una sonrisa.

Fallo a mi favorحيث تعيش القصص. اكتشف الآن