8

514 43 44
                                    


-------- ≪ °✾° ≫ --------








Bésame, maldita sea!, le suplico, pero no puedo moverme. Un extraño y desconocido deseo me paraliza. Estoy totalmente cautivado. Observo fascinado la boca de Spreen de Luque, y él me observa a mí con una mirada velada, con ojos cada vez más impenetrables. Respira más deprisa de lo normal, y yo he dejado de respirar. Estoy entre sus brazos. Bésame, por favor. Cierra los ojos, respira muy hondo y mueve ligeramente la cabeza, como si respondiera a mi silenciosa petición, cuando vuelve abrirlos, ha recuperado la determinación, ha tomado una férrea decisión.

—Roier, deberías mantenerte alejado de mí. No soy un alfa para ti. -suspira.

¿Qué? ¿A qué viene esto? Se supone que soy yo el que debería decidirlo. Frunzo el cceño y muevo la cabeza en señal de negación.

—Respira, Roier, respira. Voy ayudarte a ponerte en pie y a dejarte marchar. -me dice en voz baja y me aparta suavemente.

Me ha subido la adrenalina por todo el cuerpo, por el ciclista que casi me atropella o por la embriagadora proximidad de Spreen, y me siento paralizado y débil, ¡No!, grita mi omega interior mientras se aparta dejándome desamparado. Apoya las manos en mis hombros, a cierta distancia, y observa atentamente mi reacción. Y lo único que puedo pensar es que quería que me besara, que era obvio, pero no lo ha hecho. No me desea. La verdad es que no me desea. He fastidiado soberanamente la cita.

—Quiero decirte una cosa. -le digo tras recuperar la voz. —Gracias. ‐musito hundido en la humillación.

¿Cómo he podido malinterpretar hasta tal punto la situación entre nosotros? Tengo que apartarme de él.

—¿Por qué?
-frunce el ceño. No ha retirado las manos de mis hombros.

—Por salvarme. -susurro.

—Ese idiota iba en sentido contrário. Me alegro de haber estado aquí. Me dan escalofríos sólo de pensar lo que podría haberte pasado. ¿Quieres venir al hotel a sentarte un momento?

Me suelta y baja las manos. Estoy frente a él y me siento como un tonto.

Intento aclarar mis ideas. Sólo quiero marcharme. Todas mis vagas e incoherentes esperanzas se han frustrado. No me desea. ¿En qué estaba pensando?, me regaño a mí mismo. ¿Qué iba a interesarle de ti a Spreen de Luque? Se burla mi adolorido omega. Me rodeo con los brazos, me giro hacia la carretera y veo aliviado que el semáforo ha aparecido el hombrecillo verde. Cruzo rápidamente, consciente de que de Luque me sigue. Frente al hotel vuelvo un instante la cara hacia él, pero no puedo mirarlo a los ojos.

—Gracias por el té y por la sesión de fotos. -murmuro.

—Roier...yo...

Se calla su tono angustiado me llama la atención, de modo que lo miro involuntariamente. Se pasa la mano por el pelo con mirada desolada. Parece destrozado, frustrado y con expresión alterada. Su prudente control a desaparecido.

—¿Qué,Spreen? -le pregunto bruscamente al ver que no dice nada.

Quiero marcharme. Necesito lleverme mi frágil omega herido y mimarlo para que se cure.

Los Juegos Oscuros De Un MillonarioUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum