Capítulo 14 - La marcha Radetzky

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La primera semana de las vacaciones de Navidad pasó entre temperaturas gélidas y largos días tocando en la calle para Taehyung. Pero para su sorpresa, cada mañana al despertar recibía un mensaje de Jungkook preguntándole si iba a ir al parque y a qué hora. El primer día pensó que lo hacía para avisar a su sobrino o simplemente para sacar un tema de conversación. Pero, un par de horas después de llegar vio su rostro entre la gente que le rodeaba, dedicándole una sonrisa mientras le saludaba tímidamente con la mano.

Así, se convirtió en rutina tenerle como compañía silenciosa durante largas horas, a pesar de las peticiones del violinista por que volviese a casa, preocupado por su bienestar. Él tenía que sufrir porque no tenía alternativa, pero no quería que Jungkook se arriesgase a caer enfermo. Pero por supuesto, cada uno de los días el chico le quitaba importancia, diciéndole que, si él estaba tocando, quería escucharle. Y al terminar, Jungkook le llevaba de vuelta a casa en su moto, dándole la oportunidad a Taehyung de abrazar su cuerpo robusto y tonificado con la excusa de no caerse de ella.

Que aquello era una estrategia de Jungkook para poder sentir secretamente su delicioso calor, derritiéndose cada vez que el chico estrechaba sus brazos en torno a su cintura, no tenía por qué saberlo nadie más que el propio Jungkook.

Aquella mañana, el día despertó un maravilloso cielo azul, animando a Taehyung a levantarse de la cama. A pesar de que los cristales empañados revelaban que el frío fuera era tan intenso como los días anteriores, la presencia de un poco de sol ya era bastante alentadora.

Jungkook:

"¿Hoy vas a ir también a tocar al parque solo por la tarde como ayer?"

Taehyung:

"He quedado con Jimin y Hoseok por la tarde, así que estaré solo por la mañana y me iré a casa para cambiarme de ropa y comer algo rápido"

Jungkook:

"Iré a verte en un rato entonces."

Taehyung:

"No hace falta, hoy dicen que va a hacer mucho frío... "

Jungkook:

"Lo siento, soy sordo, no entiendo lo que dices."

Taehyung:

"Estamos literalmente hablando por mensaje."

Jungkook:

"Sordo y ciego. ¡Nos vemos luego!"

Taehyung puso los ojos en blanco con una sonrisa al leer el mensaje. El Jungkook que pretendía ser un perfecto seductor le había encantado desde que sus ojos se cruzaron en aquella fiesta, pero el chico al que estaba conociendo en ese momento le gustaba mucho más.

Por supuesto, aquella personalidad que mostraba antes de que el caos se apoderase de todo seguía ahí. Pero, sin embargo, había otras facetas nuevas que se habían unido. Su capacidad casi infinita de molestarle, tan propia de los hermanos pequeños de la familia, y cómo fruncía el ceño con confusión cuando Taehyung se lo devolvía. Cómo, de vez en cuando, su cerebro hacía una conexión neuronal aleatoria y empezaba a hacer algo ridículo sin ninguna explicación aparente. Cómo se mordía el labio y bajaba la mirada con nerviosismo si alguien le hacía un cumplido.

El Jungkook de antes era poco menos que el hombre ideal, pero el Jungkook de ahora era real. Y aquello era un problema para Taehyung, porque cada día que pasaba, sus sentimientos crecían más y más, pasando de ser una semilla llena de "quizás", a ser un enorme árbol de emociones que recorría con sus ramas cada rincón de su corazón.

Entre notas [EN EMISION]Where stories live. Discover now