" Una pequeña parte de mi "

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Noté como sus manos se aferraron a mi ropa y me encantó, podía sentir el cosquilleo entre mi pierna crecer a medida que notaba las reacciones de su cuerpo.

Giré mi cara para mirarla, sus pupilas estaban dilatadas y sus ojos no se separaban de mis labios. Mordió el suyo, haciendo que mi atención se desviará ahí, encima ese pintalabios los hacían ver más grandes, más besables.

- Eres mala Sofia...- agarró la parte trasera de mi cuello y pego más ella, giro un poco la cabeza para, dejando su boca en mi oído- Pero yo puedo ser peor cuando se trata de ponerme guapa para ti....- agarró una de mis manos y, con lentitud la colo por debajo de su falda.

La llevo hasta su traero, podía sentir su piel caliente y si, admito que no me esperaba nada de esto y que tanto atrevimiento me ponía, demasiado.

- ¿Lo sientes?- asentí, metió un poco más mi mano, lo justo para notar el tanga- Todo esto me lo he puesto para ti, para luego, pero estas siendo muy...muy...- su lengua hizo un pequeño recorrido a lo largo de mi cuello- Mala- susurro en mi odio de vuelta- Déjame prepararme y podrás hacer lo que quieras conmigo luego-

Se separó para mirarme, estaba decidida, confiada y, ver ese poderío, me excitaba de maneras inexplicables.

- No deberías decirle a un espía eso, se lo puede tomar....demasiado literal- dije viendo sus ojos.

- Pero tu no eres cualquier espía, ¿no es así?- volvió a hacer eso de pasar su dedos por mi mandíbula.

- No, por eso deberías saber algo- sonreí.

- Dime- me miró.

Me acerque a ella, rompiendo aquella distancia que nos quedaba. Deje mis labios a escasos centímetros de ella, se me hizo tan difícil que ni yo sabía como aguanté.

- Estoy entrenada para estas cosas, pero no te negaré que sería capaz de arrodillar me aqui mismo y te hacerte mía, pero entonces no solo serían diez minutos lo que me pedirías, así que entra a ese baño, termina de arreglarte y sal- dije, provocando que nuestros labios se rozaran al hablar- ¿Lo has entendido?- asintió, sin dejar de mirarme a los ojos y los labios- Bien- me separe y mire el reloj de mi muñeca- Cinco minutos, Morgan- la volví a mirar- Y gracias- apreté su nalga, causando que un pequeño jadeo saliera de su boca- Por el adelanto de esta noche- sonreí antes de alejarme de ella.

Baje las escaleras feliz y cachonda, una cosa llevaba a la otra. Reconozco que me costó mucho, demasiado, para mi ella era irresistible y lo hubiera conseguido si no fuera porque tenía toda una sorpesa planeada después de visitar a Lucrecia.

Los minutos pasaron y cinco minutos estaba bajando las escaleras, completamente arreglada. Se vía igual de guapa que siempre, sonreí como una idiota.

- Estas preciosa- dije al tenerla cerca.

- Lo estaría más si me hubieras dejado otros cinco minutos- dijo molesta, pero sabía que ya no eran por esos cinco minutos.

- No se si es posible que pudieras estar más guapa aún- rodee su cintura y dejé un beso en su mejilla.

- Si, tu halagame para arreglarlo- rodeo mi cuello.

- Digo la verdad, estas hermosa, siempre lo estás, ¿dudas de mi palabra?- alce mi ceja.

- Para nada, solo que ahora voy a ir pensado en todo lo que quiero que me hagas esta noche- rei- No es gracioso, ¿como voy a concentrarme?-

- Con mucha voluntad, tu tampoco me lo has puesto fácil- eso la hizo sonreír.

- Era la intención- rio- Bueno, vámonos, que estoy nerviosa- me dio unos golpecitos en los hombros y se separó.

Mi espía favoritaWhere stories live. Discover now